MOTIVADOR O ANIMADOR

¿Qué diferencia hay entre animar y motivar?

A menudo confundimos los términos «animación» y «motivación» y es que, aunque ambas pueden inspirarnos a actuar, los motivos y las motivaciones suelen ser diferentes. Tenemos que comprender las diferencias entre animación y motivación y cómo se pueden aplicar a nuestra vida personal y profesional.

Ser animador o motivador cuando sea necesario

Lo primero es entender que animar afecta a las emociones, mientras que la motivar influye en el comportamiento y en nuestra vida. Todo lo que hacemos con motivación lo llevamos a cabo. Aunque necesitemos los ánimos que nos impulsen para comenzar o continuar con la fuerza. Es fácil animar a alguien para que realice diferentes actividades y logre con éxito un objetivo. Entonces ¿por qué no lo hacemos? Una palabra de aliento, de gratitud, de refuerzo positivo…puede ser la diferencia para emprender una tarea.

Sin embargo, la motivación significa tener razones, dar motivos para comenzar o continuar un proyecto o una idea, movilizar personas y crear vínculos con lo que estamos haciendo. La motivación implica ofrecer incentivos y es necesaria para mantener el interés y el compromiso de las personas hacia una tarea. Es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta de una persona hacia fines y metas determinadas. La motivación se mantiene en el tiempo y logra frutos, no parte solo del mero deseo.

¿Cómo Animar y animarnos?

Impulsándonos desde lo emocional. Conectar con lo positivo, lo valioso y alegre. Una palabra de aliento, una sonrisa, un abrazo…simplemente saber que estás ahí puede ser una manera de animar a alguien. Pensemos que el ánimo es un estado emocional y que se gestiona desde la conciencia de lo que sentimos y los pensamientos que nos provoca. Si somos capaces de cambiar el pensamiento, podremos cambiar los sentimientos. Seamos racionales y reflexionemos sobre lo que nos hace sentir desanimados y utilicemos los sentimientos negativos como un despertar que nos indique que algo necesitamos cambiar. Por lo tanto, es importante reconocer que sentirse desmotivado, desanimado, triste o similar está bien si se toma como una señal para actuar en consecuencia. No quiere estar así y me animo al cambio.

¿Y la motivación?

Brota y nace de la actitud, que es la clave de la motivación, no una consecuencia. La motivación surge de la voluntad de querer, no del resultado de algo. Para estar motivado, el ingrediente principal y esencial es tener el deseo de estarlo, porque queremos lograr nuestras metas y objetivos. La motivación requiere dedicación, trabajo y compromiso. Estar o no motivados es fundamental en el resultado que obtendremos en diferentes ámbitos de nuestra vida. Esperar a que la motivación llegue sin hacer nada es propio de personas mediocres.

¿Y cómo motivar a los demás? La clave está en la empatía. Una persona empática establece relaciones basadas en el apoyo mutuo y la ayuda, por lo que motiva desde el corazón. Comprende a los demás, está atento a sus emociones y ayuda a desarrollar sus habilidades y capacidades, no se queda en dar ánimos. Su postura es de servicio y considera las necesidades de los demás. Además, aprovecha que cada uno de nosotros somos distintos para crear teniendo en cuenta diferentes perspectivas. Ayuda a buscar la pasión, la misión, la visión y los valioso de las personas a las que motiva.

En conclusión, es fácil animar a alguien, pero motivar es más complejo. Para motivar, debemos fijar objetivos y metas, programar un plan de actuación y trabajar para lograrlo. Quien motiva sabe que esto es difícil, pero también sabe que es imposible motivar si no se entrega responsabilidad y libertad de actuación a quienes se desee motivar.

PROPUESTA DE TRABAJO: Es necesario interiorizar algunas ideas prácticas para nuestro día a día:

  • Haz una lista de algunas de las tareas que realizas habitualmente. Ahora, piensa en cada una de ellas y realiza este ejercicio: Si motivar es dar motivos. te invito a recordar por qué debes esforzarte, qué ocurrirá cuando logres lo que deseas y cómo mejorará tu vida cuando eso suceda.
  • La motivación nos impulsa a la acción. Una de las claves para motivarnos a lograr un objetivo es tomar conciencia de los progresos que vamos dando en el corto plazo. Escribe en el diario de sentimientos cada paso, cada avance hacia tus metas.
  • Haz planes concretos, con submetas, es el primer paso para que el deseo deje de ser una idea, que puede desanimarnos y se transforme en realidad. Crea un plan, una programación.
  • Si quieres seguir trabajando la motivación ENLACE

Publicado por

Pedrolupi

Docente durante más de 30 años y hoy mentor en inteligencia emocional y formador vivencial. Tras vivir la desmotivación y la desconexión en primera persona, descubrí que el verdadero cambio empieza desde dentro: parar, mirarse y reconectar con el propósito de vida. Acompaño a personas, equipos e instituciones a recuperar energía, equilibrio y sentido de vida, con un estilo cercano, práctico y con humor, porque el autocuidado y la motivación no pueden quedarse en teoría: se viven.