¿CÓMO INICIAR EL CURSO CON ENTUSIASMO Y MOTIVACIÓN?

El inicio de un nuevo curso es una emocionante oportunidad para crecer y aprender. A pesar de que el camino pueda presentarse como un desafío abrumador, es fundamental no ceder al miedo y abordar los retos con entusiasmo y motivación, siguiendo algunos pasos clave.

Es importante tener en cuenta que no estamos empezando desde cero, sino que ya hemos progresado bastante. Solo debemos recuperar los recursos, experiencias, conocimientos, etc. que ya tenemos y reflexionar sobre nuestra vida en este momento concreto.

Empezar desde lo que somos, lo que tenemos, lo que sabemos y lo que experimentamos. Analizar nuestro estado personal y emocional actual. Ser conscientes de cómo vamos a iniciar este nuevo curso y con qué recursos contamos. Este ejercicio es vital, ya que nos permite partir desde la verdad e identificar lo que tenemos y necesitamos.

Después de analizar detenidamente nuestra situación actual, es el momento de visualizar nuestros objetivos. Soñar, desear, imaginar… sin límites. La magnitud del sueño no importa, lo fundamental querer mejorar, crecer, transformarse y aprender.

¿Cómo hacer realidad estos sueños? Convirtiéndolos en metas y objetivos. Establecer metas a corto, medio y largo plazo nos acercará cada vez más a nuestras metas. Es fundamental que estas metas sean realistas, alcanzables y factibles.

Muy importante, crear un plan de acción sólido. Esto implica establecer plazos, identificar los recursos necesarios, anticipar posibles obstáculos y solicitar ayuda cuando sea necesario. Reconocer que el camino hacia nuestras metas será para todo el curso, requiriendo esfuerzo y dedicación. Por lo tanto, necesitamos establecer una rutina con horarios fijos para dormir, comer y trabajar, pero también para descansar, divertirnos, relajarnos y tomarnos un respiro, esto es crucial. Adoptar buenos hábitos y rutinas desde el principio del curso es importantísimo.

Planificar cuándo realizar cada rutina y tarea para aprender a priorizar y asumir la responsabilidad de nuestra vida. Puede que esta sea uno de las cosas que más trabajo nos cuesta, la gestión del tiempo.

Mantener siempre el enfoque en nuestro proyecto de curso puede ser complicado cuando la rutina y el cansancio nos absorben. Por eso, es fundamental mantener siempre la vista en las metas que queremos alcanzar. Es bastante útil programar una revisión mensual de nuestro plan de acción y evaluar el progreso para visualizar los logros de cada objetivo.

Convertir nuestras acciones en hábitos diarios requiere mucho esfuerzo para asegurar su permanencia en el tiempo. Buscar motivación en el proceso, celebrar logros y avances, aprender de errores y disfrutar de cada momento son clave. Asimismo, es recomendable y beneficioso romper la rutina de vez en cuando.

¡Comenzamos una nueva travesía emocionante! Y si tienes la oportunidad de hacer un curso de educación emocional, ¡mejor aún! Te equipará con las herramientas para abordarla con la chispa y la energía que tanto echamos de menos.

¡Este curso será una gran aventura!

PROPUESTA DE TRABAJO: Te propongo una actividad que te ayude a construir tu plan para este curso que comienza.

  1. Empieza anotando en tu diario de sentimientos las cosas que ya no tolerarás en este curso, junto con lo que deseas mejorar, alcanzar y superar. A partir de ahí, crea un plan para encaminarte hacia tus metas, utilizando la motivación como tu fuente de energía. Aquí te presentamos algunas pautas para mantener tu nivel de energía en todo momento elevado:
  2. Es fundamental tener claridad constante sobre qué es prioritario, de lo contrario, te resultará difícil saber por dónde empezar.
  3. Establece plazos para cada paso en tu camino hacia el éxito; sin fechas específicas, el proyecto se desvanece.
  4. Define cada meta de la forma más precisa posible.
  5. Transforma tus deseos en objetivos concretos y enfocados en su consecución. Deja a un lado lo meramente mental y pasa a la acción, ya que ver los resultados alimentará tu motivación.
  6. Evalúa y revisa tu progreso con un sólido plan de evaluación, tanto a nivel personal como profesional. Hazte preguntas como: ¿Cómo voy? ¿Por dónde voy? ¿Qué necesito? ¿Cómo me siento? ¿Qué me falta? Y responde a la pregunta: ¿Qué puedo hacer?
  7. Celebra cada éxito y logro alcanzado

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LA VIDA ES UN VALIOSO REGALO

Solemos descuidar disfrutar de cada instante de nuestra vida entre tanto ajetreo diario y preocupaciones. ¡Pero las vacaciones nos ofrecen la oportunidad perfecta para saborearla con calma! En nuestro mundo acelerado, disfrutar de la vida es todo un reto, ¡las vacaciones son el campo de entrenamiento ideal para perfeccionarlo! ¿Por qué nos cuesta tanto vivir el momento presente a pesar de tantas cosas maravillosas con las que contamos y que nos rodean? Vamos a reflexionar en las razones que nos impiden disfrutar plenamente de la vida.

Disfrutar de la vida implica saborear el presente sin juicios ni sufrimientos, simplemente viviendo el momento y afrontando cada situación con flexibilidad y calma. La clave está en valorar lo que tenemos en lugar de anhelar lo que nos falta, evitando depender de futuras metas para ser felices. Vivir el presente, siendo responsables de nuestras acciones, gestionando las emociones y cambiando algunos hábitos y pensamientos limitantes, nos ayuda a no proyectar culpas en otros y a no ser una carga para quienes nos rodean.

La salud emocional consiste en elegir paz, armonía y felicidad por encima de la tristeza, la ansiedad y la desesperación. La inteligencia emocional no se mide por el número de problemas resueltos, sino por mantener la calma, independientemente del resultado.

¡Carpe diem! La vida es una aventura llena de experiencias increíbles ¡Así que no pierdas ni un segundo y disfruta cada momento con pasión!

PROPUESTA DE TRABAJO: Se trata de ser conscientes de las cosas buenas que nos suceden a diario y disfrutar mucho de la vida. No podemos obviar las cosas negativas o complicaciones del día a día, pero no es sano quedarse solamente con lo malo, tienes que ser justo y valorar lo bueno.

  • Todas las propuestas de actividades las escribes en el diario de sentimientos. Te ayudará a ser más consciente de tu presente, a disfrutar de lo que eres y a gestionar lo que te hace sentir mal.
  • La felicidad se esconde en los pequeños detalles que a menudo pasas por alto. Descubre la felicidad en las pequeñas cosas de cada día para iluminar tu vida aún más. Al finalizar la jornada, piensa y escribe al menos tres cosas por las que ha merecido la pena el día.
  • Haz una pausa para disfrutar de lo que tienes, sabes, vives y sientes: dedica unos minutos al día a algo que te haga sonreír, como saborear tu postre favorito o dar un paseo relajante. Busca el espacio y el tiempo para parar.
  • Cultiva relaciones auténticas: invierte tiempo para conectar con amigos y seres queridos, creando momentos especiales juntos. Repasa el día y recuerda los encuentros, momentos, conversaciones…que has tenido con las personas que quieres.
  • Vivir plenamente implica enfocarse en el presente y agradecer lo que tienes. Practica la gratitud, céntrate en tus valores y acepta lo que eres, sientes, piensas y haces, podrás liberarte de las emociones y pensamientos limitantes. ¿Por qué o a quién tengo que dar las gracias en el día?
  • Encuentra alegría en lo sencillo y trabaja en metas realistas, para que cada día sea un paso hacia la persona que deseas llegar a ser y el proyecto de vida por el que estás trabajando. Escribe los avances, aprendizajes, logros, etc de la jornada.

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EL PODER DE UNA SONRISA

La sonrisa es una de las formas más universales y simples para comunicar emociones, siendo un símbolo universal de alegría, amistad y cordialidad. No solo es una manera de expresar sentimientos, sino que también influye de manera significativa en nuestro bienestar y salud emocional. Sonreír es una respuesta instintiva que nos identifica como seres humanos, mostrando alegría, aunque, a veces, esa risa es nerviosa en situaciones de vergüenza, ansiedad o incomodidad. En este momento no nos enfocaremos en ese tema.

En múltiples ocasiones hemos visto la relación entre nuestro ser cuerpo, mente, sentimientos y espíritu. Cuando sonreímos, nuestro cerebro envía señales al cuerpo que provocan respuestas automáticas, generando sensaciones de felicidad y optimismo. La simple acción de sonreír libera endorfinas, serotonina y otros componentes que nos proporcionan una sensación de bienestar en todas las dimensiones de nuestro ser.

La sonrisa es un gran indicador para determinar si le agradamos a alguien, ya que nos revela una sonrisa auténtica, coherente con otras señales verbales y no verbales, lo cual facilitará la interacción (si nos interesa). También nos puede ayudar a suavizar un rechazo. Sonreír nos conecta con los demás. Es muy importante destacar que nos referimos a sonrisas verdaderas, no a las falsas, que suelen ser percibidas como insinceras y nos proporcionan muchas pistas sobre la persona con la que estamos interactuando.

Al sonreír, demostramos confianza y abrimos puertas a relaciones interpersonales, lo que genera confianza y propicia que otros se acerquen a nosotros. Cuando alguien ve una sonrisa, es más probable que responda de la misma manera y se acerque. Esta reacción natural proporciona bienestar, felicidad y optimismo, lo que facilita la creación y mantenimiento de nuestras relaciones sociales. Algunos estudios indican que las personas que sonríen proyectan una imagen más amable, educada y competente. Además, se ha observado que quienes sonríen suelen ser más productivos en el trabajo.

En nuestra rutina diaria, es importante regalar sonrisas, los resultados son prácticamente instantáneos, infalibles y realmente mágicos. Las emociones positivas que generamos se expanden a nuestro entorno.

Pero es que además, sonreír, contribuye al crecimiento de nuestra autoestima y nos ayuda a mantener una mentalidad positiva, lo cual, con el tiempo, nos aportar beneficios para nuestra salud. Beneficios que la ciencia está descubriendo. Tales como: su capacidad para reducir el estrés, combatir la depresión y mantener una actitud positiva frente a las enfermedades. Una sonrisa tiene el poder de ayudarnos a superar momentos difíciles, dándonos la fuerza y motivación necesarias para seguir adelante. Al mismo tiempo, nos aleja de la negatividad que generan los problemas, permitiéndonos cambiar nuestra perspectiva y enfrentar el día a día y los desafíos con una actitud más positiva.

Para experimentar los beneficios de sonreír, intentemos hacerlo de forma consciente al menos 5 veces al día y en distintos momentos.

  • Cuando nos sintamos mal, sonreír puede ser de gran ayuda, ya que este simple gesto comienza a generar emociones positivas en nuestro cerebro. No obstante, es importante recordar que debemos afrontar siempre nuestros problemas, pero hacerlo con una sonrisa puede hacerlo más llevadero.
  • Ayudar a alguien con una sonrisa verdadera puede ser un excelente medio para fortalecer nuestros lazos sociales.
  • Si notamos que estamos perdiendo nuestra vitalidad, es fundamental sonreír y colaborar con otros para contagiar esa alegría.

¿Por qué es importante sonreír? La sonrisa no solo mejora el estado de ánimo, sino que también ayuda al cuerpo a liberar cortisol y endorfinas, lo que conlleva diversos beneficios para la salud, como: Reducción de la presión arterial, aumento de la resistencia, reducción del dolor, reducción del estrés, sistema inmunológico fortalecido, etc.

En resumen, sonreír es una acción simple pero poderosa que puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar. Es esencial que seamos conscientes de cuánto sonreímos y esforzarnos por hacerlo más a menudo, ya que esto puede beneficiar nuestras relaciones sociales, nuestro estado de ánimo y nuestra salud emocional. Además, sonreír puede fomentar un ambiente laboral más positivo y aumentar nuestra productividad en el trabajo.

La próxima vez que sientas una sonrisa asomando, no lo reprimas, deja que salga y sonríe. Una sonrisa ilumina el mundo

PROPUESTA DE TRABAJO: ¿Eres una persona risueña? Investiga lo que dicen quienes te rodean. Este será primera actividad que te propongo. Recuerda que la sonrisa se puede “crear”. Podemos aprender a sonreír y forzar una sonrisa, para aprovecharnos de todos sus beneficios. Te propongo tres recursos para practicar:

  • Busca un lápiz de madera y póntelo entre los dientes, y estate con él puesto durante al menos cinco minutos. Al hacer esto estarás activando los músculos de tu cara de la sonrisa. Si además hablas, mejorará tu dicción.
  • Ponte delante del espejo y sonríete durante al menos cinco minutos. Ensaya distintas sonrisas, hasta que encuentres una con la que te sientas bien. Si lo haces por la mañana empezaras además el día con muy buen humor. La persona más importan te de tu vida eres tú, que mejor que darte los buenos días con una buena sonrisa.
  • Sonríe cuando no hables. Sé consciente de que está pasando con tu sonrisa cuando estás con alguien y aprende a sonreír con naturalidad. A ver qué pasa.

Que estas propuestas sean como un entrenamiento de tu bienestar y notes si realmente sonreír mejora tu vida. Yo hace tiempo que lo hago y los resultados son increíbles. Recuerda, ante la duda, una sonrisa

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SONREÍR

INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA LA VIDA DIARIA

¿Para la vida diaria? ¡Así es! La Inteligencia Emocional es esencial en todos los aspectos de la vida. Recordemos que su objetivo principal es promover nuestro bienestar personal y social todos los días. Sin embargo, trabajar el bienestar implica también lidiar con lo opuesto: el malestar. Es natural experimentar emociones negativas como miedo, ira, tristeza, frustración, dolor, enfermedad o la pérdida de seres queridos. Si desarrollamos las habilidades emocionales necesarias, estaremos más preparados para enfrentar los desafíos que la vida nos presente. Una persona con una sólida Inteligencia Emocional disfrutará más cada momento y gestionará de manera efectiva sus emociones en tiempos difíciles, tomando decisiones adecuadas y actuando con determinación.

La inteligencia emocional no es una habilidad exclusiva de algunas personas ni está determinada por la genética, sino que todos tenemos la capacidad de desarrollarla. La clave está en dirigir nuestra atención hacia nuestro interior y ser conscientes de nuestras emociones y pensamientos, este es el primer paso para aprender a gestionar nuestras emociones a la hora de tomar decisiones y ponernos en acción.

Para integrar la Inteligencia Emocional en la vida cotidiana, es fundamental aprender técnicas de autoconocimiento y autoobservación como punto de partida. De esta manera, podremos gestionar mucho mejor lo que sentimos, reducir el estrés y la ansiedad, y fomentar la comunicación asertiva y la empatía, también hacia nosotros mismos.

Alcanzar un alto nivel de inteligencia emocional no solo resulta beneficioso a nivel personal, sino también en nuestro entorno, permitiéndonos resolver conflictos con las habilidades necesarias para disfrutar de una vida plena y, al mismo tiempo, mantener relaciones saludables.

¿Cómo podemos lograr esto? La aplicación de la Inteligencia Emocional en nuestra vida implica varios pasos que debemos seguir uno a uno con paciencia, constancia y mucha, mucha práctica.

Primer paso: Observar: ¿Qué siento? ¿Cómo me siento? Reconocer nuestras emociones es la base de la conciencia emocional y fundamental para nuestro proceso de crecimiento emocional. Es importante estar atentos a lo que sentimos. Aprender a observarnos y conocernos mejor, ya que, a pesar de estar todo el día con nosotros mismos, a veces nos cuesta identificar ciertas emociones o preferimos evitar hacerlo por temor a sentirnos mal. Además, las emociones suelen venir mezcladas y nos resulta difícil de distinguirlas. Por eso, es crucial aprender a observarnos con sinceridad y sin prejuicios para poder afrontar nuestras emociones. Nos equivocaremos muchas veces, pero eso es parte del proceso. Podemos emplear diversas técnicas, como llevar un diario de emociones o practicar ejercicios de relajación y concentración, para ser conscientes de nuestras emociones.

Segundo paso: Comprender: ¿Cómo nos afecta lo que estamos sintiendo? ¿Cómo impacta en nuestro entorno? ¿Cómo influyen las emociones en nosotros y cómo las circunstancias afectan nuestra forma de sentir? Existe una relación recíproca entre emociones y situaciones, se influyen mutuamente. Entender nuestra dimensión emocional es muy beneficioso. Porque cuando comprendemos que las emociones están para ayudarnos en la vida podremos entender el por qué experimentamos ansiedad, miedo, alegría, vergüenza, entre otros, y en qué contextos nos sucede. Así, podremos anticiparnos y utilizarlo como un medio que suavice una emoción más intensa.

El tercer paso: Gestionar: ¿Cómo gestionamos lo que estamos sintiendo? Aquí nos adentramos en el núcleo de la cuestión, ¿Cómo reaccionamos a lo que estamos sintiendo? Si logramos ser conscientes de nuestras emociones y entender cómo nos afectan y cuándo, esto nos ayudará a gestionar mucho mejor nuestras emociones en nuestra rutina diaria. En este punto, el término «gestionar» es fundamental. Otros términos como «controlar» no son apropiados, ya que implican que debemos evitar ciertas emociones a toda costa o incluso ocultarlas. Un ejemplo claro es el miedo. Si, por ejemplo, estamos a la espera de una entrevista de trabajo y nos proponemos evitar sentir miedo a toda costa, esto provocará el efecto contrario y generará aún más surgiendo la ansiedad. En cambio, si aceptamos la posibilidad de sentir miedo, esta sensación puede surgir, pero a un nivel más bajo, e incluso podemos aprovechar sus beneficios para mejorar nuestro desempeño, ya que nos permitirá movilizar nuestros recursos y hacer frente al acontecimiento.

En definitiva, a medida que seamos más conscientes de nuestras emociones, será más sencillo elegir nuestras acciones de manera más apropiada en cada situación, aprendiendo a utilizar nuestras emociones y sentimientos en nuestro beneficio. Con el tiempo, dejaremos de actuar de forma automática y seremos más conscientes de lo que sentimos y cómo nos afecta. En caso de cometer errores, algo común en medio del ajetreo diario, es importante ser compasivos con nosotros mismos. Lo fundamental es extraer lecciones de esas experiencias para mejorar nuestra gestión emocional gradualmente. No debemos culparnos por lo que sentimos, pero sí asumir la responsabilidad de nuestras acciones al respecto.

Tenemos dos vidas. La segunda empieza cuando nos damos cuenta de que solo tenemos una

PROPUESTA DE TRABAJO: La Inteligencia Emocional no solo mejora nuestro bienestar personal, sino también nuestras relaciones, permitiéndonos resolver conflictos y mantener relaciones saludables. Te propongo algunas ideas para mejorar tu Inteligencia Emocional en la rutina diaria:

  1. Expresa tus emociones durante el día para ganar perspectiva y aligerar tu carga emocional. Habla con alguien de confianza o emplea métodos creativos como escribir en tu diario de sentimientos.
  2. Cuida tu bienestar físico ya que la salud mental, emocional, espiritual y física están interconectadas. Dormir adecuadamente, hacer ejercicio, alimentarte conscientemente y mantenerte hidratado son fundamentales para tu bienestar. Diseña un plan de autocuidado con acciones concretas y alcanzables.
  3. Evalúa tus relaciones y elige aquellas que te aporten calma y bienestar. Rodéate de personas con las que puedas compartir tu vida y experiencias. Estas son tus personas vitales. Encuentra momentos para conectar con ellos.
  4. Establece límites saludables al identificar tus necesidades y aprender a defenderlas. Reconoce tus límites, hasta dónde puedes llegar y cómo hacerlo. Establecer límites es un acto de amor propio, de respeto y valoración hacia ti mismo.
  5. Dedica tiempo a ti mismo ya que eres una prioridad. La soledad puede ser una oportunidad para conocerte mejor, reflexionar y descansar. Encuentra momentos a lo largo del día para actividades como meditar, escuchar música y reflexionar con preguntas como ¿Cómo me siento? ¿Qué necesito? ¿Qué puedo hacer?
  6. Acepta tus errores al identificar la intención detrás de tus acciones para liberarte de la culpa y asumir la responsabilidad. Los errores son oportunidades de aprendizaje que nos permiten corregir y crecer.
  7. Introduce cambios en tu rutina diaria para evitar caer en patrones repetitivos. Descubre nuevos lugares, prueba actividades diferentes y varía tus rutinas para mantener la novedad en tu día a día.
  8. Presta atención a dónde diriges tu energía a lo largo del día. Enfocarte en lo positivo fortalece los aspectos de tu vida que te hacen vivir el presente. Reconoce lo bueno que tienes cada día y antes de dormir elige tres eventos que hayan hecho que el día valiera la pena.
  9. Permítete sentir y escucha tus emociones sin juzgarlas. La alegría, la ira, el miedo, la sorpresa, el asco y la tristeza son emociones vitales que cumplen funciones importantes en nuestra supervivencia y trascendencia.

«Pequeñas acciones diarias para mejorar nuestra salud emocional y bienestar personal»
Aquí te ofrezco algunas recomendaciones para cuidar tu bienestar personal y emocional en tu día a día: Al despertar, deja que tu respiración despierte con conciencia, y con gratitud acoge el nuevo día con una sonrisa. En el ritual del aseo matutino, encuéntrate en el espejo, salúdate con vitalidad y deja que tu sonrisa ilumine el reflejo. Es crucial sintonizar con tus emociones a lo largo de la jornada; aunque al principio pueda parecer muy complicado, con la práctica lograrás equilibrar tu ser al reconocer y reconocerte en las emociones. Otro hábito beneficioso es regalarte amor auténtico, decirte palabras de luz, respetarte, valorarte y velar por tu propio bienestar. Con el tiempo, es esencial armonizar lo que deseas con las capacidades que realmente tienes y organizarte. Y al despedir el día, permite que tres momentos del día vengan a tu memoria, son esos por los que ha merecido la pena la jornada, agradece y deja que tu sonrisa sea la melodía que despida el día. ¿Qué te parece? ¿Se te ocurren algunos más? Pues adelante.

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EL VERANO Y LA SALUD EMOCIONAL: ¡Brilla por Dentro y por Fuera!

El verano, esa temporada dorada de sol, calor y diversión. Para muchos, es sinónimo de vacaciones, ocio y actividades al aire libre. Pero, ¿sabías que también puede tener importantes repercusiones psicológicas? Como todo en la vida, el verano tiene su luz y su sombra. Por eso, es crucial comprender cómo nos afecta este tiempo.

Durante el verano, disponemos de más tiempo para interactuar socialmente. Las vacaciones nos permiten acercarnos a nuestros seres queridos y llenar nuestras vidas de optimismo. Sin embargo, los cambios en la rutina pueden generar estrés y desequilibrios emocionales. Cuidar la salud emocional nos ayudará a adaptarnos y disfrutar positivamente de estos cambios. ¿Cómo?

El verano está lleno de eventos, fiestas y reuniones familiares, creando la sensación de necesidad de actividad y diversión constantemente. Es importante cuidar la salud emocional y establecer límites. Priorizar el bienestar personal sobre las expectativas de los demás. Aprender a decir “no” cuando sea necesario y decidir lo que realmente nos interesa.

El exceso de tiempo libre puede provocar sensación de abrumamiento o falta de sentido. Para mantener una buena salud emocional, busquemos actividades significativas que nos aporten satisfacción y bienestar. Encontrar el equilibrio entre el ocio y productividad, que nos ayude a disfrutar plenamente del verano. Eso no quiere decir que no podamos hacer «locuras» también es necesario salir de la zona de confort y pasarlo muy bien.

El verano nos brinda la oportunidad de dedicar tiempo a nosotros mismos, redescubrirnos y cultivando aspectos de nuestra vida que necesitan atención. Aprovechemos para buscar nuestro sol interior y reflexionar sobre nuestra vida y metas.. El verano nos da la energía que nos reta a salir fuera sin salirnos de dentro.

Finalmente, el verano es la temporada para recoger los frutos de nuestro esfuerzo y dedicación. Estas cosechas estivales nos preparan para encarar la vida de una forma distinta, con renovada energía y un brillo nuevo. Es el momento adecuado para el merecido descanso y el crecimiento personal. Estos frutos simbolizan a individuos maduros que se relajan después de un año de arduo trabajo. La recolección de los frutos nos insta a reflexionar, autoevaluarnos y reconocer nuestro propio proceso de madurez. ¡A celebrarlo!

¡Así que este verano, brilla tanto por dentro como por fuera! Seamos cálidos y «soles» para los demás y recordar que cuidar la salud emocional es clave para disfrutar plenamente de esta maravillosa estación.

¡Feliz verano!

El verano, como cada una de las estaciones, marca una dirección, orienta en un sentido determinado el movimiento de nuestro mundo interior.

José María Toro

PROPUESTA DE TRABAJO: algunas estrategias efectivas para cuidar tu salud emocional durante el verano:

  • Establece límites: Aprende a decir «no» cuando sea necesario. Prioriza tu bienestar y no te sientas presionado/a a estar constantemente ocupado/a.
  • Practica el autocuidado: Dedica tiempo para ti. Lee un libro, escucha música relajante, medita o da paseos tranquilos por la naturaleza.
  • Mantén una rutina equilibrada: Aunque es verano, mantener cierta estructura en tu día a día es importante. Establece horarios regulares de sueño, alimentación y ejercicio. Eso no quiere decir que de vez en cuando te excedas, a fin de cuentas es verano. ¡No olvides disfrutar y relajarte!
  • Conéctate con la naturaleza: Disfruta del buen clima y pasa tiempo al aire libre. La naturaleza tiene un efecto positivo en nuestra salud emocional.
  • Cultiva relaciones significativas: Dedica tiempo a las personas que te brindan apoyo y felicidad. Organiza encuentros con amigos y familiares.
  • Limita el consumo de noticias: Si te generan ansiedad o estrés, limita tu exposición a las noticias. Infórmate a momentos específicos.
  • Practica la gratitud: Lleva un diario de gratitud y anota cada día las cosas por las que te sientes agradecido/a, utiliza el diario de sentimientos. Esto te ayudará a mantener una perspectiva positiva.
  • Busca espacios y tiempos para el silencio: Es importante buscar momentos para la reflexión interna y escucharte a ti mismo.
  • Celebra los éxitos y avances en tu vida: Es muy importante reconocer nuestros logros y celebrarlo.

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RECONOCERSE EN EL SER

Cuando hablamos de conocernos, nos referimos al trabajo en el autoconocimiento. Realizar una introspección puede ser desafiante, ya que implica comprender nuestras emociones, sentimientos y reacciones ante diversas situaciones. Aunque no siempre sea sencillo, esta práctica nos permitirá tener un mayor control sobre nosotros mismos. Con el tiempo, solemos moldearnos y conformarnos, perdiendo esa chispa que nos hace únicos. Todos tenemos un gran potencial que a menudo no desarrollamos por no detenernos a observarnos y cuestionar lo que consideramos normal, que en realidad es simplemente una versión rutinaria, cómoda e insípida de ser. La persona en la que soñábamos convertirnos queda atrás en nuestra vida. Busquemos la mejor versión de nosotros mismos y ayudemos a otros a no perder aquello que los hace auténticos y especiales. La vida es corta y debemos asumir un papel activo en ella.

El autoconocimiento implica comprendernos a fondo y responder a la pregunta de quiénes somos, incluyendo nuestro ser emocional, nuestras imperfecciones, virtudes y forma de afrontar las situaciones. Esta comprensión es esencial para nuestro crecimiento personal, para gestionar nuestras emociones, interactuar con los demás y alcanzar nuestras metas. El autoconocimiento es fundamental para nuestro bienestar personal. Conocernos nos permite comprender lo que deseamos en la vida, ya sea en nuestro proyecto de vida o en la rutina diaria, y actuar en consecuencia de nuestra identidad, características, deseos y circunstancias para establecer metas realistas y reconocer en qué etapa de nuestra vida nos encontramos.

La mayoría de las personas tienden a experimentar a ciegas, sin reflexionar sobre quiénes son o cómo son. Y es que, alcanzar lo que se busca y mantener la estabilidad resulta difícil si no nos conocemos a fondo. El autoconocimiento implica la capacidad de comprendernos, incluyendo emociones, fortalezas, debilidades, valores y motivaciones. Es esencial para mejorar el bienestar emocional, ya que permite identificar nuestras fortalezas, valores y principios en las situaciones que nos pueden brindar felicidad. Al comprendernos a fondo, desde nuestro ser, podemos definirnos y concretar nuestras metas a corto, medio y largo plazo. Al explorar nuestra verdadera esencia, junto con nuestros deseos y emociones, podemos desprendernos de las expectativas externas, por presión social, familiar, laboral… y forjar nuestra propia identidad. Porque creemos que somos lo que hacemos, recordamos, aparentamos, deseamos….y el autoconocimiento nos lleva a una reflexión minuciosa y profunda para alcanzar la deseada salud mental y emocional.

Cada decisión y proceso que emprendemos es resultado de nuestra propia responsabilidad y iniciativa, de ahí la importancia de conocernos y ser fieles a nuestra esencia y núcleo. Somos los protagonistas de nuestra vida en los momentos buenos y difíciles. Descubrirlo es experimentar la vida en su plenitud.

Comencemos por observar nuestros pensamientos, emociones y comportamientos. Dediquemos tiempo a reflexionar sobre lo que sentimos, cómo lo experimentamos, cómo nos afecta, por qué nos afecta de cierta manera y cómo se vinculan pensamientos y emociones, recordando que los pensamientos generan los sentimientos. Definamos nuestros valores. ¿Qué es importante para mí? ¿Qué principios defiendo? Los valores residen en nuestro núcleo, en lo que nos define. La autorreflexión es otra herramienta valiosa para promover la autoconciencia. Preguntémonos cómo nos relacionamos con los demás, cómo reaccionamos ante diversas situaciones o cómo gestionamos el estrés, lo que nos ayudará a comprender mejor nuestro comportamiento. Finalmente, practicar la autocompasión es esencial. No nos castiguemos por nuestros errores, la vida es un proceso y debemos tratarnos con amabilidad. Sin duda, el autoconocimiento nos lleva a una vida más plena.

Descubre quién eres y busca la mejor versión de ti mismo, no te conformes con la mediocridad.

PROPUESTA DE TRABAJO: No es nada novedoso que en el proyecto «emociones creativas» se haga hincapié en la importancia vital del autoconocimiento, en esta ocasión vuelve una vez más a tu interior y responde a estas preguntas: el cómo soy, cómo estoy y hacia dónde voy

1. TEORÍA DE LOS CÍRCULOS CONCÉNTRICOS

Afrontamos la valoración que tenemos de nosotros mismos. Para ello debemos conocernos: cómo actúo con mis amigos y familia, qué sentimientos tengo hacia la vida, qué valores considero importantes, qué puedo conseguir, qué quiero ser… Es decir, nuestras fortalezas y debilidades para construirnos cada día y sentirnos bien.

Contesta a estas preguntas sinceramente.

¿Cuáles son mis valores principales y que no voy a cambiar por nadie?

¿Cuáles son los hábitos que no permitiré que me obliguen a dejar?

¿Cuáles son mis preferencias más frecuentes?

¿Cómo me definiría?

¿Qué me gusta de mí?

¿Qué cambiaría de mí? ¿Qué estaría dispuesto o dispuesta a cambiar por alguien? Saca conclusiones.

Los valores son los ideales, la personalidad, el carácter…. Son lo más importante, lo que te define y te hace ser quien eres.

Los hábitos son las «costumbres» o «rutinas». Son importantes pero no fundamentales; son lo que nos hacen estar en el presente: ir al trabajo o a clase, hacer deporte los domingos por la mañana, ver la tele después de comer, las tareas domésticas, tener algunos gustos gastronómicos…

Las preferencias son las cosas que se suelen hacer en el tiempo libre. Por ejemplo: ir al cine o salir de copas. Pueden cambiar a lo largo de nuestra vida porque tiene que ver con nuestros gustos o aficiones, que en muchísimas ocasiones vienen marcados por las personas con las que compartimos muchos momentos de nuestra vida e incluso pueden pasar a ser hábitos.

2. Escribe en tu diario de sentimientos para conocerte mejor. Reflexiona sobre tus actividades diarias y cómo te sientes. Releerlo ocasionalmente te dará retroalimentación sobre tu persona. Dedica, al menos, 10 minutos diarios o un buen tiempo semanal para esta actividad beneficiosa. Trabajar con el diario te proporciona perspectiva, facilita la identificación de patrones de comportamiento y te permite dar seguimiento a tu progreso, aumentando tu conciencia personal.

3. PARA PROFUNDIZAR VUELVE A ESTA ENTRADA

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BIENESTAR EMOCIONAL PARA VIVIR BIEN Y MEJOR

Hablar de bienestar es hablar de tener salud, pero ¿Qué es tener salud? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, por lo que no basta con no tener ninguna enfermedad. No se puede estar sano sin tener una buena salud mental y emocional. La salud psicosocial es importante en todas las etapas de la vida, desde que somos pequeños hasta que nos hacemos mayores, e igual que pasa con la salud física, puede ir variando a lo largo de la vida. Hablamos de bienestar psicosocial para referimos al bienestar emocional, psicológico y social. Lo entendemos desde su multidimensionalidad y desde una perspectiva de desarrollo integral del ser humano. En cuanto al bienestar emocional, también conocido como bienestar mental o psicológico, nos referimos al estado que nos permite sentir, pensar y actuar plena y adecuadamente en nuestras rutinas diarias. Va más allá de no padecer una enfermedad mental, es vivir cada momento y situación de nuestra vida con naturalidad, equilibrio y optimismo realista.

¿Por qué es tan importante tener bienestar emocional? porque al ser consciente de lo que sentimos, podemos regular lo que hacemos y sus consecuencias. Esto nos capacita para afrontar algunas situaciones de manera más eficaz en la vida cotidiana. En general, si experimentamos un estado de bienestar emocional, nos sentiremos más cómodos tanto mental como físicamente. Asimismo, mantendremos una conexión positiva con nosotros mismo, nuestra familia, amigos y entorno laboral.

Cada vez más personas están tomando conciencia de la importancia de cuidar su salud emocional. Poco a poco estamos aprendiendo a considerar nuestro bienestar emocional al tomar decisiones, especialmente en relación con nuestros hábitos y rutinas. Priorizar nuestras necesidades sobre las obligaciones o deseos de los demás puede contribuir a mejorar nuestra salud mental y emocional. ¿Cómo? manejando adecuadamente el estrés, manteniendo relaciones saludables, tomando decisiones acertadas y disfrutando de una vida plena y significativa siendo conscientes de cada momento, cada instante. Implica sentirnos en armonía y tranquilo, buscando equilibrio y felicidad tanto en uno mismo como en el entorno.

La buena salud emocional no significa estar constantemente feliz o experimentar solo emociones positivas. También sentir y vivir las negativas gestionándolas adecuadamente y buscando ayuda cuando sea necesario. Mejorar la salud mental y emocional es un proceso personal y gradual. Ponemos mejorar cambiando algún aspecto específico de nuestra vida. Por eso es tan importante el autoconocimiento, conocernos y reconocernos, también en lo emocional, recordando que lo que funciona para alguien. no necesariamente funcionará para nosotros. ¡Empecemos hoy a sentirnos mejor con nosotros mismos y a vivir plenamente!

Bienestar emocional es principalmente sentirse bien, en armonía y tranquilidad

PROPUESTA DE TRABAJO: Algunas actividades y prácticas para mejorar tu salud emocional:

  1. Algunas ideas para tu rutina diaria y semanal que tienes que anotar y responder en el diario de sentimientos:
  • Mantener la salud física: Es crucial seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente para mantener una buena salud física, esencial para el bienestar emocional. ¿Qué se te ocurre que puedes hacer, además de lo que ya haces?
  • Priorizar un buen descanso: Al dormir las horas adecuadas, se restaura tanto la mente como el cuerpo. Lo ideal es acostarse a la misma hora todos los días y adoptar hábitos que fomenten un sueño reparador, evitando sentirse cansado, ansioso o confundido al día siguiente. ¿Cómo llevas el sueño? ¿tendrías que mejorarlo? Ideas.
  • Practicar el autocuidado: Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien, como compartir momentos con tus seres queridos, practicar aficiones o simplemente relajarte, parar, descansar. ¿Dedicas tiempo de calidad para ti? ¿Buscas momentos y espacios para disfrutar de la vida y de ti mismo?
  • Desarrollar habilidades de afrontamiento: Aprende a manejar el estrés y los desafíos de la vida de manera saludable, evitando extremos. Te recomiendo la práctica de técnicas de relajación o el yoga o la respiración consciente para prevenir problemas emocionales. ¿Eres consciente de la importancia de estar preparado (proactividad) para afrontar los retos del día a día? ¿Qué haces o vas a comenzar a hacer?
  • Pedir ayuda profesional si es necesario: Si estás experimentando dificultades con tu bienestar emocional, no dudes en buscar asistencia profesional o un coach, mentor…
  • La experiencia «En la Isla de las Emociones» es un buen recurso para trabajar todo lo anterior con todo tipo de herramientas emocionales y acompañados por un guía (Mentor) experto en Inteligencia Emocional.

2. El optimismo es un sentimiento que se relaciona con el bienestar emocional porque tiene una mayor influencia de emociones y sentimientos agradables (ilusión, alegría, entusiasmo, gratitud, etc.) También nos aporta energía, fuerza y eficacia, etc. Se trata de expresar todas las emociones y sentimientos positios de tu día a día para mejorar tu salud emocional. Al final de cada jornada, anota todo lo bueno, positivo, agradable y divertido de ese día y te preguntas: con todo esto ¿Ha merecido la pena el día de hoy? Lo escribes en el diario de sentimientos.

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¿POR QUÉ EN PRESENTE?

Lo primero es preguntarnos: ¿Qué es el presente? El presente es el aquí y ahora en el que estamos viviendo: un saludo, un aroma, una sonrisa, una caricia, en definitiva, una emoción (porque las emociones se viven y sienten en presente). Y es que el es el único tiempo que se puede ver con claridad, es real.

Por eso, hay que vivir el presente siendo conscientes de cada momento, de cada experiencia y acontecimiento para valorar lo que somos y tenemos. Solamente existe el presente. Para nosotros tiene que ser una prioridad vivir en el aquí y el ahora. ¿Cómo? Al principio no es sencillo, se trata de dirigir nuestro pensamiento hacia lo que está realmente sucediendo y llegar a ser cada día más “conscientes”, no perder nada de lo que estamos viviendo. La vida es demasiado importante como para no disfrutarla, llena de momentos increíbles que hay que vivirlos intensamente y jamás olvidarlos, porque es gracias a ellos por lo que somos como somos y estamos donde estamos. Ayudamos, compartimos, reímos, vivimos y amamos en presente.

Vivir en el momento presente es uno de los secretos para lograr nuestro bienestar. ¿Cómo podemos aprender a vivir el presente? Pasamos mucho tiempo entre el pasado y el futuro, perdiendo de vista lo único que realmente importa y existe: el ahora. Llenamos el presente con culpas y remordimientos del pasado, y añadimos incertidumbres y preocupaciones del futuro. Esta mezcla peligrosa puede llevarnos a altas dosis de angustia, ansiedad e insatisfacción. Comparamos nuestras sensaciones actuales con experiencias pasadas o nos imaginamos las futuras, lo que nos impide disfrutar del presente plena y conscientemente. Cada momento es único, hay que vivirlo de este modo. Enfocarse en las tareas de hoy, tomando el tiempo necesario. La clave para disfrutar cada instante radica en hacer menos, pero disfrutarlo al máximo.

No podemos anticipar cuántos momentos felices experimentaremos. Mañanas como las vividas hace un tiempo, conversaciones con viejas amistades o saborear un plato delicioso, todo esto no está garantizado, pero, ¿Y si nos enfocamos en disfrutar de lo que tenemos hoy? A veces olvidamos que las experiencias positivas son limitadas cuando nos pasamos la vida planeando el próximo capítulo. Es importante hacer planes cuando sea necesario, pero no a expensas de sacrificar el momento presente. Porque es en el hoy, desde lo que tengo y soy desde lo que puedo marcarme objetivos y metas. Avancemos siempre y que nuestra historia sea solamente un recurso, no un lastre, para crecer y aprender. Y el futuro un lugar para soñar y marcar esos objetivos y metas…pero es el PRESENTE lo realmente importante.

Cuando aprendemos a vivir en PRESENTE vemos como la vida cotidiana comienza a tener sentido y a convertirse en un regalo porque todo nos hará sentirnos vivos. Seremos más optimistas y felices. Esto generará a muestro alrededor un ambiente acogedor y seremos también un regalo allá donde nos encontremos.

Somos en presente continuo y recorremos el camino de nuestra vida paso a paso, experiencia a experiencia.

PROPUESTA DE TRABAJO: en esta ocasión te propongo que trabajas la conciencia plena, que vivas el momento sintiendo cada instante, experiencia, encuentro, avance… PARA y dedica un buen rato para hacer los siguientes ejercicios.

  1. Vivir el presente sabiendo que la mayoría de las situaciones no son positivas ni negativas, son tus expectativas, experiencias y percepciones las que inclinan la balanza en uno u otro sentido. ¿Cómo estás en este momento? ¿Qué sientes? ¿Cómo te sientes?
  2. Recuerda que cada momento es único e irrepetible, que jamás volverás a vivir, sea agradable o desagradable, vívelo como si fuera el primero y el último. El truco para saborear cada instante consiste en hacer menos pero disfrutando más. ¿Dedicas tiempo en tus actividades para saborear lo bueno? ¿En las dificultades o problemas eres capaz de vivir el momento con serenidad?
  3. La vida es un instante, un suspiro, un parpadeo…vivir en presente es darle a la vida y a nuestros días la importancia que se merecen. Somos en presente continuo.
  • Saluda a todo el mundo, si es posible con un buen apretón de manos, un abrazo, una sonrisa… Hazte presente para los demás, eres un regalo.
  • Agradece cada cosa, persona o acontecimiento que vaya sucediendo por muy pequeño e insignificante que sea. Es otra forma de ser presente y de hacerte presente.
  • ESCRIBE EN EL DIARIO, el diario de sentimientos.
  • En el enlace tienes más actividades ENLACE

La Gestión Emocional: Un viaje al mundo de las emociones

Las emociones, además de ayudarnos a estar atentos a nuestro entorno, también nos permiten conocernos mejor al identificar como reaccionamos a diferentes estímulos tanto internos como externos. La memoria retiene la experiencia a esas respuestas y nos ayuda a anticipar nuestro comportamiento en situaciones similares. Por eso, el primer paso para la gestión emocional es el reconocernos en lo que sentimos y cómo actuamos.

La gestión emocional es un aspecto fundamental en nuestra vida cotidiana. Aprender a manejar nuestras emociones de manera efectiva puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos, cómo interactuamos con los demás, cómo manejamos las situaciones estresantes y que decisiones tomamos. Algunas ideas que nos pueden ayudar a mejorar la gestión emocional:

Identificar la emoción. El primer paso para una buena gestión emocional es reconocer lo que estamos sintiendo. Esto puede parecer muy simple, pero a menudo es lo más complicado. Podemos confundir nuestras emociones o, en muchos casos, intentar ignorarlas. Por eso, es fundamental e imprescindible contar con un amplio vocabulario emocional que nos ayude a desarrollar una mayor conciencia de las emociones y a identificar cómo somos cuando sentimos determinadas emociones.

Explora la Emoción. Una vez que hayamos identificado lo que estamos sintiendo, es importante explorar esa emoción. ¿Qué nos quiere decir? ¿De qué nos está advirtiendo? Las emociones tienen una determinada función para adaptarnos, advertirnos, protegernos… A menudo, nos están diciendo algo sobre nosotros mismos, nuestras necesidades o nuestro entorno. Al explorar las emociones, podemos empezar a entender lo que necesitamos para afrontar determinadas situaciones.

Respondemos a la Pregunta: ¿Qué Necesito? Después de reconocer y explorar las emociones, el siguiente paso es responder a la pregunta: ¿Qué necesito? Esto puede implicar necesidades físicas, como descansar o comer, necesidades emocionales, como consuelo o apoyo, o necesidades mentales, como necesitar un cambio de perspectiva o de pensamiento. Al identificar y atender las necesidades, podemos empezar a gestionar lo que sentimos de manera más efectiva.

Actúa en Consecuencia. El siguiente paso es actuar en consecuencia. ¿Qué podemos hacer para cuidar nuestra salud física, mental y emocional? Es uno de los momentos de la gestión emocional que nos aporta diferentes formas de afrontar lo que sentimos. Puede implicar hablar con un amigo, hacer ejercicio, practicar la meditación o buscar la ayuda de un profesional. Recordemos, que pedir ayuda y tomar medidas para cuidar de uno mismo, es parte de una sana gestión emocional. Las emociones también nos «hablan» de necesidades vitales y tenemos que escucharlas.

En definitiva. Tenemos que experimentar todas y cada una de las emociones. De hecho, es normal y saludable hacerlo. Lo importante es el cómo respondemos a estas emociones. Al afrontar y comprender lo que sentimos, estamos mejor equipados para gestionar cualquier situación que se nos presente, tendremos las herramientas necesarias. Así que recordemos, cuidar de nuestra salud emocional es fundamental para llevar una vida plena y equilibrada.

Imaginemos que desde pequeños nos hubieran enseñado a gestionar adecuadamente lo que sentimos, ¡imaginemos cómo sería la vida! Pero nunca es tarde para empezar. Con un poco de paciencia y practicar, practicar, practicar, todos podemos ser maestros de nuestras emociones y vivir en plena armonía con nosotros mismos y con los demás. Si además, contamos con un guía que nos acompañe en el proceso, esas emociones serán una fuente de información en nuestro crecimiento personal.

Cuanto más atentos estemos a nuestros sentimientos, mejor podremos gestionarlos

PROPUESTA DE TRABAJO: La Inteligencia Emocional y la gestión de emociones son como un espejo que te muestra tu verdadero yo.

1. Aprende a diferenciar lo que puedes controlar de lo que no, ¡y céntrate en lo que realmente importa! Te propongo crear un «emocionario», una especie de diario emocional donde anotas lo que estás sintiendo y por qué. Poner nombre a lo que sientes, cómo te hace sentir y cómo actuar ante este sentimiento. ENLACE

2. Pon toda tu atención en el aquí y el ahora, ¡es una receta infalible para encontrar la calma! para ello cuentas con la respiración consciente como una técnica siempre a mano, fácil de utilizar y muy barata. ENLACE

3. Reserva un ratito al día para lidiar con tus preocupaciones y evita que te roben la paz. Trabaja el diario de sentimientos como una herramienta muy poderosa de gestión emocional. ENLACE

4. ¡Encuentra tu escape emocional en la meditación, el yoga o cualquier hobby sano que te haga vibrar! ENLACE

Para seguir trabajando ENLACE

SOMOS EN EL DÍA A DÍA

¿Cómo afecta a nuestra vida cotidiana y diaria la inteligencia emocional? Las rutinas y costumbres que tenemos ya como un hábito de vida, nos hace acostumbrarnos a que todo sea como es y a ser como somos y no nos paramos a pensar si esta vida es la que quiero y si soy lo que quiero ser. Enfrentarnos a nuestra realidad puede ser muy duro, quizá descubramos que no nos gustamos, que lo que vemos no es lo que soñamos ser. Conocerse es la más importante y decisiva decisión que debemos tomar.

Por ese motivo, es imprescindible trabajar el autoconocimiento. Cuando nos conocemos y reconocemos tal y como somos en los diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana, si además sabemos cuáles son nuestras emociones y las identificamos, nos costará muy poco reconocerlas en los demás y, por consiguiente, evitar reacciones poco deseables en ciertas ocasiones en las que perdemos el control y nos generan problemas de lo más absurdos. Debemos encontrar las herramientas necesarias para reaccionar adecuadamente, convertir muchos de los momentos complicados y difíciles de nuestro quehacer diario en oportunidades para cambiar, aprender y mejorar como personas

Pero es que, además, en nuestra vida cotidiana nos encontramos con situaciones en las que, si contáramos con buenas habilidades sociales, nos diferenciaríamos mucho de los demás. Potencialmente todos contamos con estas habilidades, pero es necesario ser conscientes del impacto que tenemos en los demás y trabajara diario y con insistencia nuestro modo de relacionarnos con los demás con naturalidad y eficacia poniéndolo en práctica.

Seamos conscientes que cambiar hábitos es complicado y costoso pero no imposible. Tenemos que tener muy claro que queremos cambiarlos porque nuestra vida mejoraría con ello. Es recomendable que hagamos una lista razonable de los hábitos que queremos cambiar, los que queremos introducir o de aquellos que nos gustaría seguir mejorando. Uno a uno y sin prisa, para evitar muchas frustraciones por querer cambiar mucho y rápido. Mejor empecemos con un par de hábitos, los que creemos que serán más fáciles de cambiar y los vamos incorporando de forma progresiva: uno nuevo cada semana, cada quincena, o cada mes, dependiendo del tipo de hábito o de las prioridades.

Decía Aristóteles que somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito. Por tanto, nuestros hábitos, malos o buenos, nos definen.

PROPUESTA DE TRABAJO: Te invito a realizar varias tareas, rutinas que te ayuden a vivir el día a día con serenidad y crecimiento personal

  • Durante un tiempo, anota utilizando el diario de sentimientos, todo lo que vives en el día. Fíjate minuciosamente en cada uno de los momentos del día, en tus reacciones y actitudes, pensamientos y sentimientos, etc. y pregúntate: “¿Quién soy?”“¿Cómo soy?” Y si no te gusta lo que ves, cambia
  • Otra actividad que te ayudará a mejorar es el responder a esta pregunta cada vez que te enfrentes a una situación complicada ¿Qué comportamientos, acciones tengo en esos momentos? y observa, sobre todo, las consecuencias. Posiblemente los resultados no son los que tú deseas. Pues bien, ¿Qué puedes hacer? Lo principal es que quieras verdaderamente cambiar esa situación; busca la motivación, el para qué deseo que eso cambie desde otra perspectiva y buscar las herramientas que mejor te funcionen y que vas a hacer la próxima vez: ¿Qué vas a hacer corporalmente?¿En qué vas a centrar tu atención, tus pensamientos?¿Cómo te vas a expresar y qué vas a hacer de manera diferente?
  • Por ultimo, e invito a reflexionar sobre cómo te manejas con tus habilidades sociales en tu vida de cada día, en lo cotidiano y habitual: Escuchar, ser amable, respeto a las opiniones, comprensión, paciencia, proximidad, atención, empatía, autenticidad, etc. Haz una buena reflexión y mira en si tienes que mejorar o cambiar algunos hábitos y costumbres.