Nuestro ser emocional activa nuestra creatividad y cuando somos creativos estamos y nos sentimos mucho mejor. Por lo que vemos son complementarios y necesarios el uno para el otro. En esta ocasión, vamos a practicar nuestra creatividad desde las emociones porque son realmente importantes en el proceso creativo. Se trata de encontrar soluciones inteligentes a los problemas de nuestro día a día. La consciencia emocional es fundamental para que nuestro torrente creativo fluya de manera natural y seamos capaces de inventar, crear, imaginar…nuevas formas de ser, ver, vivir y hacer para que nuestra vida y nuestro mundo mejoren.
La creatividad es natural e intrínseca de nuestro ser, ¿por qué perdemos esta capacidad innata con el paso de los años? Intentamos ser como todo el mundo, lo que llamamos ser «normarles» pero ¿qué es la normalidad? la respuesta desde la neurología es la creatividad, pero ¿cómo mejorar nuestra capacidad creativa? Seamos soñadores, imaginemos nuestro ser, nuestra vida, nuestro mundo y sintamos con fuerza lo que nos hace ser mejores personas, profesionales, ciudadanos, amigos…
Jamás dejemos de soñar, imaginar, crear y disfrutar de las pequeñas cosas del día a día. Tenemos que darnos la oportunidad de alcanzar aquello que imaginamos ser.
La creatividad nos hace originales y auténticos aumentando nuestra autoestima y motivación.
PROPUESTA DE TRABAJO: Te propongo algunas herramientas para ejercites tu creatividad desde lo emocional.
- Coge un objeto, el primero que tengas a mano e intenta buscar el máximo de utilidades que puede tener este objeto. Deja que fluya tu creatividad y ve escribiendo todo lo que se te ocurra por muy absurdo o extraño que te parezca. ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo te has sentido? ¿Qué has aprendido y para qué te puede servir esta actividad en tu vida?
- Musicoterapia. Déjate llevar por la música, cierra los ojos y en un espacio en el que no tengas peligro de caer o golpearte: ¡Muévete!.
- Método de Walt Disney: Emprendemos proyectos que terminan siendo un fracaso y son origen de mucha frustración. Con esta técnica cualquier propósito o sueño es posible: en tu proceso de creación adopta el rol de soñador, realista y crítico para crear la estrategia adecuada para ti, esta es la idea. Con este método ponemos todo nuestro ser emocional al servicio de la creación siendo conscientes de quiénes somos, con qué contamos y para qué lo queremos.
- En la primera fase, lo único que cuenta es la idea: Los Soñadores deja libre tu creatividad, todo es posible (por lo menos a priori). Es importante tener en mente que en esta fase todas las ideas son buenas. ¿Qué es posible? ¿Qué puedo hacer? ¿A dónde podemos ir? ¿Puedo crear algo nuevo? y siempre terminar con «¿Qué pasaría si…? sin censurarse, pensando que es posible.
- En la segunda fase, las ideas se ponen en cuestión, pero desde lo positivo y constructivo. Es la hora de los realistas: ¿Cómo puedo llegar allí? ¿Cuáles son los pasos concretos que puedo hacer? ¿Cómo pasamos de dónde estamos ahora al sueño?¿Qué necesito para ponerla en marcha? ¿Tiene fallos? Se trata de filtrar los sueños y transformarlos en proyecto, el cómo.
- Por último, en la tercera fase, aparece el crítico. Se toma la idea y la pone del revés, evaluando los riesgos y posibles errores: ¿Falta algo? ¿Se puede llegar a hacer? ¿Es suficientemente buena? ¿Se puede hacer a tiempo? Esta fase nos permite evaluar el plan y ver posibles problemas. ¿Nos la podemos permitir? El objetivo es que la idea, el sueño responda a las preguntas por qué y para qué.
- Si la idea pasa la prueba es que está lista para que la desarrolles.