Vivimos en un mundo en el que no paramos nunca. El reloj, las obligaciones, el papeleo, las expectativas… todo parece empujarnos hacia fuera, sin dejarnos apenas espacio para detenernos, escucharnos, mirarnos, preguntarnos, cuidarnos…. y si siempre estamos corriendo, ¿dónde queda el lugar al que volver cuando nos sentimos agotados o perdidos?
Ese lugar existe, y no está fuera. Está dentro de ti. Es tu isla emocional. Un refugio propio al que acudir cuando el mundo pesa, un espacio interior que te recuerda quién eres y lo que realmente importa.
Por qué es importante tu isla interior. Tener un refugio emocional no es un lujo, es una necesidad para tu vida cotidiana. Te porque te permite:
Recuperar la calma en medio del ruido y el estrés.
Ganar claridad cuando no sabes hacia dónde vas.
Conectar contigo mismo y con las personas que de verdad te sostienen.
Reforzar tu propósito de vida, porque solo desde la pausa puedes recordar hacia dónde quieres caminar.
“No se trata de escapar del mundo, sino de aprender a habitarlo desde tu propia isla interior.”
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu vida
Esta semana regálate un momento para diseñar tu isla interior.
En un folio en blanco.
Dibuja o escribe 3 elementos que no pueden faltar en tu refugio emocional (personas, recuerdos, objetos, hábitos). Decóralo y hazlo bonito.
Colócalo en un lugar visible: tu escritorio, tu nevera, tu agenda…
Cada vez que lo mires, recuerda: puedes volver a ti en cualquier momento.
Este ejercicio es solo el comienzo. En mi libro En la Isla de las Emociones y en mis mentorías te acompaño a recorrer esta isla como un viaje de aventuras: a reconocer tus paisajes internos, a descubrir tus mareas emocionales y a construir un refugio real y práctico para tu día a día.
Si sientes que ha llegado el momento de dejar de sobrevivir y empezar a vivir con calma, claridad y propósito, te invito a dar este paso conmigo. Porque tu isla no es un lugar de fantasía: es el espacio donde recuperas tu vida.
¿Alguna vez has sentido que empiezas el día con ilusión y, a mitad de la jornada, ya estás agotado como si hubieras corrido una maratón sin moverte de la silla? No es falta de fuerza de voluntad, ni que “no sepas organizarte”. La verdadera razón es que no sabemos cuidar ni proteger nuestra energía. Y cuando la dejamos escapar sin darnos cuenta, llegan el cansancio, la frustración y esa sensación de que, por mucho que hagamos, nunca es suficiente.
La vida no se trata de hacer más y más. Se trata de aprender a gestionar dónde y cómo ponemos nuestra energía, porque ese es el recurso más valioso que tenemos.
Piensa en esto: puedes tener todas las ganas del mundo, pero si no sabes hacia dónde te diriges, te vas ahogando en mil tareas pequeñas, en exigencias ajenas, en distracciones constantes… y acabas con la batería vital bajo mínimos.
Cuando logras hacerlo, todo cambia:
Tu día deja de estar dominado por el cansancio.
Recuperas claridad para elegir lo que de verdad importa.
Empiezas a vivir con más calma, equilibrio y propósito.
Si sientes que necesitas acompañamiento para sostener este proceso y no volver a caer en el piloto automático, aquí estoy para ayudarte.
Mis mentorías online, tanto individuales como grupales, y mis talleres presenciales para equipos e instituciones están diseñados para que recuperes tu energía, claridad y motivación desde la experiencia real y herramientas prácticas.
Además, puedes unirte a mi grupo gratuito de WhatsApp “Energía & Equilibrio”, un espacio cercano para compartir estrategias y recordarte que no estás solo en este camino.
Porque cuidarte no es un lujo: es la base para vivir con propósito.
“Tu energía es tu mayor tesoro: cuídala, protégela y decide dónde ponerla.”
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu vida cotidiana. Te invito a algo muy sencillo pero transformador:
Haz dos columnas en tu Diario de Sentimientos. Una titulada “Me recarga” y otra “Me desgasta”.
Escribe al menos cinco cosas en cada columna. Sé honesto contigo: no pienses en lo que “debería ser”, sino en lo que realmente sientes.
Marca con un círculo lo que más te recarga y con una cruz lo que más te desgasta.
Toma una decisión consciente:
Potencia una acción de las que te recargan.
Reduce o elimina una acción de las que te desgastan.
Al final del día, escribe en tu Diario de Sentimientos cómo te has sentido al hacerlo.
Verás que estos pequeños gestos no son banales: son el inicio de un cambio profundo. Son las pistas que te señalan hacia dónde te lleva tu brújula interior. Y si sigues ese camino, poco a poco descubrirás lo que de verdad te mueve: tu propósito de vida.
Septiembre no es solo el mes de la vuelta al trabajo o a las clases o a la rutina. Es también un momento simbólico: el inicio de un nuevo ciclo. Y cada inicio trae consigo una pregunta silenciosa que pocos se atreven a escuchar:
¿Hacia dónde quiero ir realmente?
Vivimos corriendo, llenos de rutinas, apagando fuegos, tachando listas interminables… pero muchas veces olvidamos algo fundamental: que sin rumbo, todo nuestro esfuerzo pierde todo el sentido. Es como remar fuerte en medio del mar sin una brújula. Te mueves, sí, pero no sabes hacia dónde.
Necesitamos una brújula para nuestra vida. Tu brújula interior no es un plan rígido ni un manual. Es eso que te recuerda quién eres, qué valoras y por qué haces lo que haces. Cuando la pierdes, llegan el cansancio, el vacío y la sensación de estar en piloto automático.
Cuando la encuentras, todo cambia:
Tus decisiones cuestan menos porque sabes lo que quieres.
Tu energía no se gasta en exceso, se enfoca y gestiona.
Tus días dejan de ser una repetición y empiezan a tener propósito más claro.
No lo tienes porque hacer en solitario. Este trabajo no siempre es fácil de llevarlo en solitario. Por eso he creado espacios para acompañarte:
Mentorías online personalizadas «Con propósito»: para quienes quieren reenfocarse y recuperar motivación.
Mentoría grupal “Reinicia tu vida”: porque avanzar en comunidad multiplica la fuerza.
Formaciones y talleres presenciales para instituciones, centros educativos y colectivos: para que equipos enteros recuperen el sentido de lo que hacen.
Escuela de Comienzo de Curso · RECONÉCTATE: tres sesiones online en septiembre para empezar con energía real, propósito y equilibrio.
Escríbeme hoy mismo y diseñamos el plan que más se adapta a ti o a tu organización. Porque este curso no tiene por qué ser más de lo mismo. Puede ser el inicio de un rumbo con sentido.
La vida, como un barco en el mar, necesita brújula. Y tu brújula son esas pequeñas razones que te mueven cada mañana.
PROPUESTA PRÁCTICA: para esta semana
El comienzo del curso es una oportunidad perfecta para entrenar esa brújula. Te propongo un ejercicio sencillo pero muy poderoso:
Escribe en una sola frase qué te da sentido al empezar el día. Ejemplos: “Acompañar a mis hijos con calma”, “cuidar mi salud”, “crecer en mi trabajo”, “vivir con más paz”.
Repite este ejercicio cada mañana durante una semana. Verás cómo poco a poco aparece un mapa más claro de lo que te mueve cada día.
Estas frases son pequeñas pistas que te señalan la dirección de tu brújula interior. Pero no te quedes solo en ellas: el verdadero viaje es ir más allá, descubrir el sentido profundo que te mueve y conectar con tu propósito de vida. Esa es la brújula que no se pierde y la que realmente transforma cómo vives tu día a día.
Esta es una de las herramientas que también comparto en mi libro En la Isla de las Emociones. Allí la desarrollé como una brújula emocional práctica para aprender a vivir con más sentido y propósito cada día.
Septiembre no es solo volver a la rutina. Es el momento de elegir cómo quieres empezar: cargado de obligaciones y cansancio, o con claridad, energía y sentido.
La manera en que comienzas el curso puede cambiarlo todo.
Cuando lo haces con propósito, recuperas ilusión, te sostienes mejor en los días difíciles y disfrutas más de lo cotidiano. No se trata de hacer más, sino de hacerlo con alma.
La Escuela Online RECONÉCTATE, un espacio práctico y vivencial de tres sesiones online (9, 10 y 11 de septiembre) para ayudarte a:
Escucharte de verdad y soltar lo que ya no necesitas.
Recuperar tu brújula interna y reconectar contigo.
Transformar la pereza o el desánimo en ilusión auténtica.
Crear hábitos emocionales sencillos y sostenibles.
Conectar con tu propósito y diseñar tu ritual personal de inicio semanal.
Lo que te llevarás
Claridad sobre tu estado emocional y lo que quieres este curso.
Un manifiesto personal de propósito.
Microrituales de energía para sostenerte día a día.
Herramientas reales para cuidarte sin culpa.
El apoyo de un grupo que camina contigo.
¿Cuándo?
9, 10 y 11 de septiembre – Online en directo
2 horas cada tarde (17:30 a 19:30) Hora España peninsular
Por sólo 67€
Incluye Cuaderno de Bitácora y materiales extra
No empieces septiembre en automático. Empieza con propósito.
UNA PROPESTA PRÁCTICA PARA TÍ:
Haz un pequeño ejercicio: escribe en un papel dos listas. En una, lo que quieres dejar atrás. En la otra, lo que necesitas llevar contigo. Después pregúntate: ¿Qué puedo hacer hoy para empezar con propósito?
Julio se ha terminado y con él se va esa ansia inicial con el que empezamos las vacaciones. El entusiasmo por parar, por descansar, por reconectar. Pero la pregunta real es: ¿lo hemos conseguido?
El verano nos regala la posibilidad de un cambio de ritmo, sí, pero muchas veces también nos pone delante de un espejo. Porque no se trata solo de hacer planes o de desconectar. Se trata de conectarnos con lo que realmente importa. Y eso, muchas veces, se nos escapa en medio de las prisas, los viajes, el calor y los compromisos.
Quizá julio haya pasado más rápido de lo que pensabas. Quizá has estado rodeado de gente, pero no has podido estar contigo. Quizá aún no has parado de verdad. Hacer balance no es para fustigarse ni para reprocharse nada. Es para mirar dónde estás, cómo estás y qué podrías hacer diferente en agosto.
No dejes pasar agosto esperando a que pase. Haz que sea un punto de inflexión. Regálate este espacio. Escríbeme y te cuento cómo empezar. Tu bienestar no puede esperar a septiembre. Y tú tampoco.
Y si no sabes por dónde empezar…Si sientes que necesitas ayuda para ordenar lo que sientes, para reenfocar, para darte prioridad, quiero decirte algo muy claro: no tienes que hacerlo solo. Pongo a tu disposición:
Mentoría individual, adaptada a ti y a tu momento vital.
Mentoría grupal, en un espacio de acompañamiento real y transformador.
El grupo privado de WhatsApp, donde cada semana compartimos herramientas, propuestas, apoyo y motivación para volver a ti.
Hacer balance no es mirar hacia atrás, es darte una nueva dirección.
PROPUESTA PRÁCTICA: Haz balance emocional de julio
Regálate quince minutos en calma, silencio y mucha paz. Busca un rincón tranquilo y respóndete por escrito en el diario de sentimientos, sin filtros, sin exigencias:
¿Cómo he llegado emocionalmente a este punto del verano?
¿Qué momentos me han hecho sentir bien? ¿Cuáles me han desconectado?
¿Qué emociones han estado más presentes durante este mes?
¿Qué me ha faltado? ¿Qué me ha sobrado?
¿Qué me gustaría que fuera diferente en agosto?
Después, escribe tres decisiones pequeñas pero importantes para empezar agosto con más intención. Por ejemplo:
Reservar cada día un espacio para mí, sin pantallas ni distracciones.
Decir no a planes que me quitan energía.
Retomar un hábito que me conecte conmigo: caminar, escribir, escuchar música.
No sigas como si nada. No entres en el verano como si no pasara nada. La mayoría llegamos a este punto con la energía bajo mínimos: agotados, saturados, desbordados por dentro aunque por fuera sigamos funcionando. Y eso no es normal, aunque lo hayamos normalizado.
Hemos aguantado demasiado durante todo el curso y, sobre todo, en la recta final. Hemos estado en mil lugares y en con muy pocos momentos para nosotros. Y ahora, cuando por fin parece que toca descansar, ni siquiera sabemos cómo hacerlo.
Porque descansar sin sentido, sin propósito, sin saber qué necesitas de verdad… no sirve. No es raro sentir que algo no encaja. Que aunque todo parece estar bien, por dentro hay ruido, tensión, preguntas sin responder. Y eso no es debilidad. Es tu cuerpo, tu mente y tu corazón pidiéndote parar. Pidiéndote volver.
Porque no se trata solo de descansar. Se trata de cómo descansas. Y de para qué lo haces.
El verano no tiene por qué ser solo sol, playa y muchos planes. Puede ser tu punto de inflexión. Un antes y un después. Un espacio para reconectar contigo. Para mirarte sin prisa. Y para decidir cómo quieres vivir lo que viene.
Este es el momento. Justo ahora. Antes de llenar tu agenda de cosas “para desconectar”, este es el momento para mirar hacia dentro y preguntarte con honestidad:
¿Qué necesito de verdad?
¿Qué me ha pasado por dentro estos meses?
¿Cómo quiero vivir este verano?
¿Qué quiero recuperar de mí que he dejado olvidado?
No hay vacaciones plenas si no sabes de qué necesitas descansar. No hay descanso real si no sabes qué te ha dolido, qué te ha faltado, qué necesitas sanar.
Este es el momento perfecto para parar y escucharte. Y si no sabes cómo, te lo pongo fácil:
He creado la Escuela de Verano Online: Un viaje para ti. No es un curso más. Es una experiencia transformadora. 3 sesiones en directo, prácticas, profundas y cercanas para que este verano sea TU momento. Para que dejes de vivir en modo “aguanta” y empieces a vivir en modo “me cuido”.
Te acompaño paso a paso. Sin presión. Sin exigencias. Con herramientas que funcionan, con apoyo real y con mucho corazón.
¿Te animas? Escríbeme y te cuento cómo apuntarte. Porque no hay mejor inversión este verano… que en ti.
Saber cómo estás no es un capricho, es el primer paso para vivir mejor lo que viene.
PROPUESTA PRÁCTICA: Para terminar el curso con más sentido
Escribe en el diario de sentimientos cómo llegas al final de este curso. Sé honesto. No maquilles nada. Solo escríbelo.
Pregúntate qué necesitas de verdad para este verano. Y no respondas con un “nada” o “ya descansaré”. Respóndete con lo que tu corazón lleva tiempo pidiendo.
Haz algo pequeño cada semana solo para ti. Un paseo sin móvil. Una mañana sin hacer nada. Una conversación contigo mismo/a. Algo que te devuelva tu ritmo, tu luz, tu dirección.
¿De verdad no tienes tiempo, o simplemente no estás en tu propia lista de prioridades?
Vivimos convencidos de que no tenemos tiempo. Nos lo decimos en voz alta y también en silencio, como una justificación, una excusa, como un escudo o como actitud de resignación “es lo que hay”. Y sin darnos cuenta, convertimos esa idea en una forma de vida, ¿Vida?
Pero… ¿y si no fuera del todo cierto este de que «no tienes tiempo»? ¿Y si lo que ocurre no es que te falte tiempo, sino que has dejado de elegirte? ¿Y si lo que está ocurriendo es que estás funcionando al ritmo de los demás, de las circunstancias, de lo que crees que tienes que hacer sí o sí, y ya no recuerdas cómo suena tu propio ritmo?
Cuando dejamos de priorizarnos, lo urgente se come lo importante. Y lo importante, casi siempre, eres tú. Tu bienestar. Tu calma. Tu energía. Tu equilibrio. Lo que necesitas para no solo vivir, sino disfrutar, saborear, devorar…cada momento de tu día a día.
La agenda se llena. Pero tú no estás en ella, ¿verdad? Y eso tiene consecuencias y lo sabes: cansancio crónico, sensación de vacío, pérdida de sentido, apatía emocional.
Hoy no quiero proponerte una tarea más. Ni que te organices mejor. Quiero proponerte algo más profundo: Que vuelvas a estar presente en tu vida. Que seas importante.
Se trata de una nueva mirada hacia ti: ¿quién decide mi tiempo?
Revisa cómo usas el tiempo no es solo como una cuestión de productividad, sino como una cuestión de identidad. Porque cuando tú no decides tu tiempo, alguien o algo lo hace por ti.
Y ahí es cuando el agotamiento no viene solo por las tareas, el papeleo, la agenda… sino de sentir que no tienes el control de tu propia vida, de tu tiempo.
La buena noticia es que siempre puedes volver a tomar el timón. Y no hace falta hacerlo con un gran giro. A veces, basta con una decisión pequeña pero firme.
¿Cómo aplicar esto a tu vida cotidiana? Aquí tienes una propuesta sencilla, práctica y posible:
1. Observa tu tiempo con otra mirada Durante un día, anota en bloques de media hora en qué se va tu tiempo. Hazlo sin juicio. Solo observa. Después, subraya o marca:
Lo que hiciste por obligación
Lo que hiciste por los demás
Lo que hiciste desde la inercia
Lo que hiciste de verdad por ti
Verlo en el diario de sentimientos, con sinceridad y sin censurarte, simplemente es lo que vives.
2. Elige algo para ti No esperes a tener una hora libre o un día perfecto. Elige algo pequeño, cotidiano, que puedas hacer esta semana. Por ejemplo:
Dejar el ordenador a una hora concreta y descansar de forma consciente.
Tomar tu café o infusión sin móvil y sin culpa.
Decir no a una reunión o tarea innecesaria.
Escribir tres frases cada noche en tu diario de sentimientos por los que ha merecido la pena el día.
¿Sabes los beneficios de priorizarte, así, sin culpa?
Recuperas el sentido de lo que haces
Vuelves a conectar con tu energía natural
Tomas decisiones más alineadas contigo
Aprendes a soltar la culpa que aparece cuando te eliges
Construyes una rutina emocional que te sostiene
Te colocas, de nuevo, en el centro de tu vida (sin egoísmo, con responsabilidad)
¿Quieres avanzar en serio en tu vida y gestionar tu tiempo? Pues es hora de tomar decisiones de verdad para vivir con más calma, dirección y motivación, te invito a unirte a:
El grupo gratuito de WhatsApp “Energía y Equilibrio”: donde comparto propuestas semanales para reconectar contigo desde lo cotidiano.
O al grupo privado “Reinicia tu vida”: cuatro semanas de trabajo emocional profundo con acompañamiento personalizado en un grupo reducido.
Escríbeme y te cuento cómo puedes sumarte.
Tu bienestar no es una cuestión de tiempo. Es una cuestión de decisiones.
PROPUESTA PRÁCTICA: La he titulado «Tu agenda emocional»
Abre tu diario de sentimientos
Escribe estas dos preguntas y respóndelas con sinceridad:
¿Qué estás haciendo en tu día a día que no te permite dedicar ni un momento para ti?
¿Qué podrías hacer esta semana, aunque sea diez minutos para recuperar tu tiempo, tu vida, tus pasiones?
Elige algo concreto para ti. Escríbelo y comprométete al 100%.
Pega una nota en un lugar visible que te lo recuerde: Hoy, yo también estoy en mi agenda.
Hay etapas en las que funcionamos en modo automático. Cumplimos. Respondemos. Aguantamos. Y aunque desde fuera parece que todo está bien, por dentro… algo se ha apagado.
No hablamos de una crisis enorme, ni de una tragedia existencial. Hablamos de ese momento en el que te das cuenta de que hace tiempo no te emocionas con nada. No te ríes con ganas. No te ilusionas. No vibras. Como si hubieras desconectado de lo que te hace ser tú.
A mí también me pasó. Y no fue de golpe, fue poco a poco. Hasta que un día me di cuenta de que me había alejado tanto de mí, que casi no me reconocía. Y tuve que volver. No a la vida que tenía, sino a la parte de mí que había dejado olvidada.
Por eso, te propongo una pausa. Pero no para pensar más. Sino para recordar. Para reconectar con eso que te enciende por dentro, que te hace vibrar, que te devuelve el brillo.
¿Por dónde empezar? Hazlo fácil. Abre tu diario de sentimientos y crea tu propio collage de vida. Divide la hoja en tres partes:
Primero, recuerda dos o tres momentos de tu vida en los que te hayas sentido realmente vivo. Esos días en los que dijiste: “Aquí sí. Aquí estoy yo.”
Después, anota qué había en esos momentos. Qué hacías, qué sentías, y qué valor estaba presente. Puede ser libertad, alegría, conexión, juego, creatividad.
Por último, elige un solo elemento de esos momentos. Uno que hoy quieras recuperar. Escríbelo grande. Dibuja algo. Sombrea la palabra. Hazlo importante.
Y termina con esta frase: Hoy recuerdo que lo que me enciende por dentro es…
Te aseguro que algo se mueve cuando haces esto. No necesitas grandes cambios para volver a ti. Solo tienes que empezar a integrar, poquito a poco, aquello que ya sabes que te hace bien. Puede ser una canción que olvidaste. Una rutina pequeña que te conectaba contigo. Un espacio para algo que hacías solo por placer. Una conversación pendiente con tu parte más auténtica. Después de hacer tu collage, mira qué puedes recuperar hoy. No mañana. No el lunes. Hoy. Y anótalo en tu diario de sentimientos. Pregúntate: ¿Cómo me he sentido al recordarlo? ¿Qué emociones han aparecido? ¿Qué parte de mí se ha despertado?
¿Y qué ganas con esto?
Ganas energía, porque dejas de ir contra ti
Ganas claridad, porque te acuerdas de lo que te importa
Ganas presencia, porque vuelves a estar contigo
Ganas ilusión, aunque sea en dosis pequeñas
Y ganas verdad. Tu verdad.
Volver a ti no es egoísta. Es urgente. A veces recordar duele. Porque al ver lo que te hacía bien, te das cuenta de cuánto tiempo llevas lejos de ti. Y eso, aunque es incómodo, también puede ser el punto de partida.
Si quieres acompañamiento para reconectar con tu energía, tus emociones y tu propósito, estás invitado a unirte a mi grupo de WhatsApp: Energía y Equilibrio. Es gratuito, cercano y diseñado para que vuelvas a ti sin exigencia, sin juicio y con mucha humanidad. Escríbeme y te cuento cómo empezar.
Porque tu vida merece más que funcionar. Merece brillar. Aunque sea poco a poco.
No estás perdido. Solo habías olvidado lo que te emocionaba. Y eso se puede recordar.
Hay momentos en los que parece que lo tienes todo en orden. Una vida estable. Un trabajo seguro. Un día a día más o menos predecible.
Y sin embargo, por dentro algo no encaja. No estás mal, pero tampoco estás bien. Sientes que algo te falta, aunque no sepas bien qué.
No es falta de motivación. Es desconexión de tu brújula interior. Esa que da sentido a lo que haces. Esa que te conecta con tu deseo profundo de vivir con plenitud.
Qué es el propósito de vida. El propósito no es una meta lejana ni una gran misión por descubrir. Es algo que se construye cada día. Es el sentido que le das a lo que haces, a cómo vives, a lo que eliges. Cuando estás conectado con tu propósito, todo empieza a tener más sentido. Cuando no, cualquier camino te cansa, cualquier tarea te vacía.
En mi trabajo como mentor emocional acompaño a personas que se sienten en este punto. Que han seguido todas las “normas” pero que sienten que algo les falta. Que quieren reencontrar el rumbo. Volver a sentir energía. Recuperar la ilusión.
Y lo hacemos desde un enfoque cercano, práctico y profundamente humano. Desde la escucha, la calma y el cuidado.
Beneficios de reconectar con tu propósito: Cuando vuelves a conectar con lo que de verdad te mueve:
– Recuperas energía – Tienes más claridad para decidir – Disminuyes el estrés y el malestar – Te sientes más tú – Vuelves a disfrutar lo que haces – Das lo mejor de ti, sin agotarte
No necesitas grandes respuestas. Solo empezar a escucharte. Y desde ahí, ir dando pasos con sentido.
Te puedo acompañar. Ofrezco mentorías emocionales individuales y grupales online y talleres y curos presenciales. Te ayudo a parar, escucharte, reenfocar y construir un camino que tenga sentido para ti.
Si sientes que ha llegado el momento de reconectar con tu propósito, escríbeme. Juntos podemos empezar ese viaje.
No necesitas un mapa perfecto. Necesitas una brújula. Y esa brújula está en ti.
Propuesta práctica: Hoy te invito a parar y preguntarte:
– Qué actividades te hacen sentir vivo o viva – Qué temas te emocionan y te conectan contigo – Cuándo fue la última vez que hiciste algo por puro deseo – Qué parte de ti está esperando ser escuchada
Responde a estas cuestiones con calma, reflexionando y haciendo que calen y te motiven a dar el primer paso hacía tu propósito. Escribe todo en el diario de sentimientos.
No busques respuestas brillantes. Busca verdad. Y si sientes que necesitas ayuda para ordenar todo eso, estoy aquí para acompañarte.
Vivimos inmersos en una cultura del ruido. Un ruido constante que no solo se escucha, también se siente. Está en las notificaciones del móvil, en la lista de tareas que no se termina, en la voz interior que exige más y más.
Y sin darnos cuenta, entramos en piloto automático… hasta que algo dentro de nosotros empieza a gritar en silencio: “necesito parar”.
Pero detenernos hoy en día parece un lujo. ¿Cómo parar cuando todo gira tan rápido? ¿Cómo callar el mundo sin sentir culpa? Tal vez la respuesta no esté en hacer más, sino en aprender a hacer menos… y mejor. Tal vez lo que necesitas no es más fuerza de voluntad, sino más silencio. Porque el silencio es ese espacio donde volvemos a nosotros. Donde dejamos de reaccionar y empezamos a responder.
¿Qué nos regala el silencio? El silencio bien practicado no es ausencia, es presencia. Y cuando lo incorporamos de forma consciente en nuestras rutinas, se convierte en una herramienta poderosa de autocuidado. Aquí tienes algunos de sus beneficios:
Calma mental en medio del caos
Mayor claridad emocional para tomar decisiones sin prisa ni ruido
Conexión profunda contigo mismo y tus necesidades reales
Reducción del estrés y aumento de la capacidad de concentración
Espacio para la creatividad, la intuición y el propósito personal o profesional
Y lo más importante: el silencio nos devuelve el poder de escucharnos.
¿Y tú? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste silencio de verdad?
¿Y si te acompañara en este proceso? Acompaño a personas que cuidan de otros y que han olvidado cómo cuidarse a sí mismas. Mentores, docentes, profesionales del acompañamiento emocional o espiritual… personas como tú, que sienten que ya no pueden con todo. En mis sesiones de mentoría emocional, trabajamos con prácticas sencillas, reales y sostenibles. Sin fórmulas mágicas. Solo con presencia, acompañamiento y herramientas que funcionan.
Si necesitas hacer silencio en tu vida y no sabes por dónde empezar, escríbeme. Te contaré cómo funcionan mis programas individuales o grupales. Estás a tiempo de volver a ti. Y esta vez, síguete.
El silencio no es vacío: es el lugar donde por fin puedes escucharte sin interrupciones.
Propuesta práctica: Cómo empezar a incorporar el silencio en tu día. No necesitas un retiro espiritual ni una montaña aislada. Solo necesitas intención. Aquí te dejo una práctica sencilla, pensada para personas con agendas reales:
Ritual de 5 minutos de silencio diario:
Elige tu momento y tu lugar. Puede ser al despertar, al terminar el día o antes de entrar a una reunión importante.
Deja el móvil fuera. Nada de música, ni notificaciones, ni relojes. Solo tú.
Respira. Observa cómo entra y sale el aire. No tienes que hacer nada más.
Deja pasar los pensamientos sin pelearte con ellos. No intentes controlar nada. Solo observa.
Cuando termines, pregúntate: ¿Qué necesito hoy para estar bien? Escribe tu respuesta en el diario de sentimientos.
Repite este ejercicio cada día durante una semana. No esperes resultados inmediatos. Solo permanece. Lo demás llega solo.