Redescubre tu pasión por enseñar

Regresa «En la Isla de las Emociones» Una mentoría transformadora para educadores Valientes.

En el camino de la enseñanza, es fácil perderse entre las responsabilidades y el estrés diario. Sin embargo, cada educador tiene el poder de reconectar con su pasión y convertirse en la mejor versión de sí mismo. Si realmente somos educadores valientes buscaremos siempre el cómo crecer y mejorar tanto personal como profesionalmente. Vivimos un tiempo convulso y muy complejo en la educación, por eso necesitamos cuidarnos y dedicar tiempo para redescubrirnos y valorar nuestra misión en el mundo.

Embarcarse en una aventura única como «En la Isla de las Emociones» supone vivir durante 80 días una experiencia completamente online con herramientas prácticas de Inteligencia Emocional que transformará muestra vida. Imaginemos poder:

  • Redescubrir la motivación para enseñar: A través de retos y reflexiones, volver a sentir esa chispa que nos llevó a elegir esta noble profesión. No solo beneficiará nuestro bienestar, sino que también impactará positivamente en nuestro alumnado.
  • Gestionar el estrés: Aprendiendo técnicas efectivas para manejar el estrés diario. Con herramientas prácticas de Inteligencia Emocional, para enfrentarnos a los desafíos con una nueva perspectiva, sintiendo más en control y menos el estrés.
  • Cuidarnos: La educación emocional comienza con uno mismo. Aprenderemos a priorizar nuestro bienestar físico y emocional, para que podamos estar en nuestra mejor versión, lista para inspirar al alumnado.
  • Aplicar lo aprendido en el aula: No solo se trata de aprender, sino de implementar. Nos proporciona estrategias que podrás aplicar directamente en el aula, mejorando la relación con el alumnado y creando un ambiente de aprendizaje positivo y enriquecedor.

La mentoría individual, gamificada y práctica «En la Isla de las Emociones» es más que un curso; es un viaje hacia el autoconocimiento y la transformación. Si estás listo para dar el siguiente paso en tu desarrollo personal y profesional, ¡esta es tu oportunidad!

Únete a nosotros y descubre cómo la Inteligencia Emocional puede cambiar no solo tu vida, sino también la del alumnado a nuestro cargo. Somos referentes, también emocionales.

Recuerda, cada gran educador comienza con un pequeño paso hacia su crecimiento.

PROPUESTA DE TRABAJO: para saber si es tu momento para vivir esta experiencia, esta aventura emocional, te invito a dedicar un tiempo para ver como estás emocionalmente siguiendo estos puntos.

  1. ¿Cómo me siento emocionalmente en mi día a día? Reflexiona sobre tus emociones y cómo estas afectan tu bienestar general y tu desempeño en el aula.
  2. ¿Dedico tiempo a actividades que me hacen feliz? Piensa en si estás reservando tiempo para hobbies, ejercicio o momentos de relajación que te ayuden a recargar energías.
  3. ¿Cómo manejo el estrés? Evalúa tus estrategias para enfrentar situaciones estresantes. ¿Son efectivas? ¿Hay algo que podría mejorar?
  4. ¿Busco apoyo cuando lo necesito? Considera si te sientes cómodo pidiendo ayuda a colegas, amigos o profesionales cuando enfrentas desafíos emocionales.
  5. ¿Establezco límites saludables? Reflexiona sobre si estás equilibrando tu vida laboral y personal, y si te permites desconectar del trabajo.
  6. ¿Practico la autocompasión? Pregúntate si eres amable contigo mismo y si reconoces tus logros, por pequeños que sean.
  7. ¿Cómo influyen mis emociones en mi labor docente? Piensa en cómo tu estado emocional puede afectar tu relación con los estudiantes y tu capacidad para enseñar de manera efectiva.

Al responder estas preguntas, podrás identificar áreas en las que podrías mejorar y desarrollar un plan de autocuidado que te ayude a mantener un equilibrio saludable. Recuerda que cuidar de ti mismo es fundamental para poder cuidar de los demás, de tu alumnado. ¡Tú también mereces bienestar!

Te invito a ponerte en contacto conmigo y hablamos, aunque sea 15 minutos ¿Qué te parece? Puede que sea tu momento de vivir la experiencia «En la Isla de las Emociones»

Puedes saber más y contactar conmigo en pedrolupi.es

UNAS FIESTAS LLENAS DE EMOCIONES

¿A quién no le gusta una buena fiesta? Es en esos momentos de fiestas y celebración donde encontramos una fuente inagotable de emociones y bienestar. Las fiestas no solo son esenciales para nuestra vida social, sino que también nos proporcionan un remedio efectivo para mejorar nuestro estado emocional. Los expertos explican que nuestros ancestros fortalecían sus lazos y garantizaban su supervivencia al unirse y moverse en su grupo de forma rítmica. Y es que, las celebraciones no solo tienen un propósito comunicativo, sino también uno instintivo y esencial: mantener el equilibrio personal y entregarse al compás de la fiesta.

Una «fiesta» es mucho más que una simple reunión; es la oportunidad ideal para dejar salir nuestro lado alegre y bailar. La atmósfera festiva se siente y se contagia. Compartir momentos festivos nos llena de sonrisas y nos conecta con los demás, aumentando nuestra felicidad. Un paso fundamental en nuestro crecimiento personal y emocional es encontrar la felicidad en todos los aspectos de nuestra vida. Cuando valoramos cada oportunidad, cada éxito, cada momento y lo celebramos, hacemos que la vida, nuestra vida se llene de luz, color e ilusión.

Cuando las fiestas son en nuestros barrios, pueblos, ciudades, nos conectan con nuestras raíces culturales, fomentando la socialización y fortaleciendo el sentido de pertenencia, de «comunidad».

Las fiestas pueden reducir el estrés y crear experiencias inolvidables que enriquecen nuestra vida personal y emocional. Nos encanta una buena fiesta, ya sea en la calle, en la plaza o en el recinto ferial. La música, el ambiente festivo y la alegría nos invitan a disfrutar del momento. Porque, compartir alegrías nos une y es a través de encuentros, conversaciones, recuerdos y risas a carcajadas cuando conectamos con los demás. Las miradas cómplices mientras se baila crean momentos especiales, incluso cuando algunos hablan de sus problemas o penas, lo hacen con una copa en la mano y una sonrisa en el rostro.

Participar en tradiciones, celebraciones y fiestas es una fuente de felicidad, emociones intensas y recuerdos eternos que nos hacen sentir vivos y parte de un pueblo. No lo pienses más, ¡disfruta de las festividades y únete a algo único! Las fiestas son mucho más que eventos sociales; son momentos que nos permiten reconectar con nosotros mismos y con los demás, celebrando la vida en su máxima expresión.

¡Que nunca falten las razones para festejar!

PROPUESTA DE TRABAJO: Algunos propuestas para vivir plenamente los días de fiesta y celebración:

  • ¿Por qué celebrar? Elige al menos una razón para festejar durante las festividades.
  • ¿Cómo hacerlo? Decide de qué manera celebrar las fiestas para reflejar tu personalidad y forma de divertirte.
  • ¿Con quiénes compartir? Selecciona con quiénes deseas pasar las festividades, evitando actividades no deseadas. Es esencial rodearte de personas con las que realmente desees compartir estos momentos.
  • ¿Qué actividades realizar? Las fiestas son una oportunidad perfecta para celebrar y preservar la rica cultura local, donde se expresan tradiciones, patrimonio cultural y religioso.
  • Un detalle importante. Aunque no seas un bailarín, la música es esencial en las festividades, ya que agrega alegría y entretenimiento a la celebración.
  • ¿Qué prefieres? Bailes populares, conciertos de artistas locales o reconocidos, espectáculos variados con números musicales y verbenas, entre otros.
  • Pero sobre todo, comparte momentos, vive con intensidad los actos, ríe y baila, agradece y disfruta junto a otros.

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EL AUTOUIDADO: ¿UNA PRIORIDAD?

Sabemos de la importancia del autocuidado para mantener una buena salud física, mental, emocional y espiritual, pero a menudo no lo llevamos a cabo argumentando la falta de tiempo. Sin embargo, esto suele ser más una excusa que una realidad. A lo largo de la jornada buscamos tiempo para comer de forma saludable o hacer algo de ejercicio, pero rara vez reservamos un espacio para hacer reflexión interna y evaluar cómo nos encontramos, hacia dónde nos dirigimos, qué necesitamos… ¿Qué se esconde realmente detrás de la justificación de la falta de tiempo?

No se trata tanto de decir «no tengo tiempo«, sino más bien «no tengo tiempo para qué«. Cuando respondemos a la pregunta ¿Para qué? comenzamos a ser nuestra prioridad, este es el primer paso hacia nuestro bienestar. Tomar el tiempo para sentirnos y escucharnos es fundamental si queremos lograr cuidarnos, comprendernos, valorarnos y respetarnos.

En numerosas ocasiones, el pretexto de la falta de tiempo es una manera de conformarse, de no organizarse de forma más efectiva y de eludir responsabilidades, evitando así tomar ciertas decisiones. A menudo no hacemos todo lo posible para cambiar la situación, lo intentamos, pero flojito. Detrás de la excusa de ‘no tengo tiempo’, en realidad se esconde un ‘no quiero’ disfrazado de un ‘no me apetece’, ‘no me interesa’ o ‘no me gusta’…. En definitiva “no es una prioridad”, y si no somos nuestra propia prioridad ¿Qué ocurre? Que dejamos de ser los protagonistas de nuestra vida, por lo tanto, nuestra felicidad y salud, también la emocional, están principalmente determinadas por el entorno, las circunstancias, los demás.

Tomemos las riendas de nuestra vida y busquemos momentos para cuidarnos en nuestra rutina diaria. No justifiquemos nuestra falta de autocuidado con la excusa de no tener tiempo, porque esto no es nada más que miedo: a enfrentarnos con nuestra realidad, a tomar decisiones que nos lleven al cambio, a la falta de disciplina, porque cuidarse supone cierto esfuerzo, a reconocer que no somos quienes deseamos ser o a sentir decepción por nuestra situación actual. En resumen, se trata del miedo a aceptarnos tal como somos y, desde esta realidad, comenzar a dedicar tiempo para nosotros. Con lo cual, seguimos igual, hasta que llega el momento en que nos convertimos en robots que simplemente cumplen funciones sin ser conscientes de su desgaste personal y emocional. Un día estallamos y lo psicomatizamos, enfermamos. Nuestra dimensión corporal nos advierte que necesitamos urgentemente tiempo para cuidarnos. Pongámonos manos a la obra antes de que sea muy tarde.

¿Cómo vencer la excusa de ‘no tengo tiempo’?

  • Actuar es la clave principal y fundamental. Cambiar nuestra actitud frente a las cosas, comenzar a cuidarnos conscientemente con pequeñas acciones, dedicar un tiempo para nosotros todos los días y, sobre todo, querer encontrar formas de lograrlo. Lo motivacional es fundamental. Buscar la razón del para qué cuidarnos.
  • Priorizar: Identificar lo verdaderamente urgente en lugar de abrumarnos con todo lo pendiente, para evitar ansiedad. Algunos asuntos pueden esperar, mientras que otros son esenciales. Porque nuestro bienestar también pasa por dejar cosas sin hacer. Nuestra salud y bienestar son primordiales y, en ocasiones, urgentes.
  • Organizarse: Aceptar nuestras limitaciones, el autoconocimento es imprescindible. No podemos llegar a todo, el tiempo es limitado, y hay que planificar nuestras tareas diarias centrándonos en lo crucial. Reservando tiempo para uno mismo.
  • Evitar la automatización: Tomarse un descanso, ser conscientes del momento presente y de nuestras necesidades. Buscar la manera para estar presentes en lo que hacemos y buscar tiempos y espacios para parar.
  • Realizar tareas de manera ordenada y planificada: Con conciencia y enfoque, una a la vez. Obtendremos mejores resultados y disfrutaremos del proceso. Nos sentiremos mejor.
  • Recompensarnos al completar una tarea difícil. Estimulará nuestra automotivación.
  • Ser honestos: No obligarnos a hacer cosas que no nos interesan o para las que no estamos listos. Si no soy capaz o no puedo, decirlo. Es fundamental decidir lo qué podemos y queremos y qué no.
  • Evitar sobrecargarse con tareas que generen malestar. Recordemos siempre que la salud mental y emocional son prioritarias. Busquemos ayuda si es necesario y deleguemos tareas.

En resumidas cuentas. Cuando nos damos un tiempo para cuidarnos, ¡es como darle un abrazo a nuestro propio ser! Esto no solo nos hace sentirnos bien, sino que también es una inversión a medio y largo plazo en nuestra salud y bienestar. ¡Y no es solo eso! Cuidarnos es un acto de puro amor propio que se nota en nuestro entorno, contagiando positividad a nuestro alrededor. Aprender a cuidarnos es mucho más que satisfacer nuestros antojos del momento, es nutrir cada parte de nuestro ser: cuerpo, mente, corazón y alma. Preguntas como «¿Qué necesito hoy?», «¿Qué me falta?» o «¿Qué me haría feliz?» son las clave para impulsar nuestro bienestar diario. Así que, ¡dediquemos tiempo para nosotros, que nos lo merecemos!

El bienestar emocional debe formar parte de nuestra rutina diaria. Cuidarse es preguntarnos “¿qué necesito?” y actuar sin esperar para “cuando tenga tiempo”.

PROPUESTA DE TRABAJO: ante la excusa del tiempo que te pones para no cuidarte. Haz este ejercicio de reflexión y acción:

  • Frente a la falta de tiempo, la pregunta que surge es: ¿Dónde encontrarlo? ¿Es posible que no encuentres un momento en las 24 horas diarias y las 168 semanales para el autocuidado? ¡Es difícil de creer! ¿Vale la pena posponer tu cuidado? La respuesta es no, por lo que te pregunto ¿Qué acción concreta y alcanzable tomarás para reservar tiempo para ti cada día?
  • Habitualmente te saboteas y negocias contigo mismo diciéndote: Mañana empiezo, estoy cansado, no es el momento…Al final te estás autoengañando. Tienes que conocer tus debilidades, no olvides que tu principal enemigo eres tú. Sé firme en las decisiones que tomes. ¿Qué vas a hacer cuando pongas la excusa del tiempo?
  • Nunca debes compararte con otros. Por mucho que te esfuerces, tu vida y circunstancias son únicas. Debes cuidarte basándote en tu propia realidad, sin compararte con nadie. A menudo, abandonamos por no aceptar nuestras limitaciones. Tu tiempo es el que es. ¿Con qué cuantas para comenzar autocuidarte?
  • Por último, es importante superar los obstáculos emocionales: durante los días estresantes y agotadores, es normal que intentes justificarte. Sin embargo, en esos momentos cuando realmente necesitas mantener la fortaleza y recordar que cuidarte te traerá beneficios, ayudándote a relajarte y desconectar. Al hacerlo, liberarás endorfinas y adrenalina, proporcionándote la energía y bienestar que necesitas. Ten confianza en ti mismo. ¿Se te ocurre algún ejercicio para esos días difíciles y complicados? Te propongo dos: la relajación – concentración y un buen paseo por un entorno natural.

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LA MAGIA DE CONECTAR CORAZONES

La empatía se podía definir como la capacidad que tiene una persona para ponerse en el lugar de otra. Es decir, para entender su situación y los sentimientos que está viviendo. Por eso, ser empático no es nada sencillo. Lo primero que tenemos que entender es que si yo no soy capaz de reconocer mis emociones, si no soy consciente de mis pensamientos, etc. difícilmente podré empatizar. La empatía es también una habilidad poderosa que nos permite construir relaciones más profundas, fomentar la conexión comunitaria y mejorar nuestro bienestar emocional. Para fortalecer esta habilidad, es importante practicar la escucha activa, reconocer las emociones propias y ajenas, ser tolerante y comprensivo, cultivar la empatía en todas las áreas de la vida y realizar actos de bondad y generosidad. Al hacerlo, podremos mejorar nuestra capacidad empática y contribuir a la creación de un mundo más tolerante y comprensivo.

Solemos ser , normalmente, simpáticos, compasivos…pero no empáticos. La empatía es como el arte de ser un explorador de sentimientos, ¡un aventurero de corazones! Implica ponerte en los zapatos de los demás, interpretando sus emociones, pensamientos y circunstancias. Después, conviertes esas pistas en acciones con el objetivo de lograr comprender al otro. Es como ser un guía que, desde la comprensión, acompaña a los demás. Porque la empatía supone el ponernos en la situación de la otra persona con el fin de comprenderla. Por eso, requiere que seamos muy respetuosos y tolerantes respetando las decisiones de los demás, aunque nosotros no hubiésemos tomado esas mismas decisiones. Se trata de apoyar, acompañar, respetar y comprender. Entender que cada persona somos diferentes y tenemos unas necesidades acordes a las circunstancias de cada uno.

¿Cómo es y actúa una persona empática?

  • Con el corazón y la mente siempre abiertos que le permite entender las emocionales que generan algunas situaciones en nuestra vida.
  • Entienden (aunque no tienen por que estar de acuerdo) el motivo que lleva a la otra persona a reaccionar tal y como lo hace, intentando comprender el verdadero motivo por lo que la otra persona se siente así, lo que está viviendo, etc.
  • Acompañan desde el corazón a las personas están experimentando un episodio difícil. complicado, injusto… y son capaces de vislumbrar lo que necesitan en ese momento.
  • Calman, sosiegan y acompañan. Rara vez aconsejan, porque saben que ellos no es tienen la solución.
  • Su empatía viene de sus propias experiencias vividas y sentidas a lo largo de su vida. Hablan desde lo que ya han sentido.
  • Son personas humildes y compasivas.

Una de las principales ventajas de practicar la empatía es que comprendemos las razones que hay detrás de ciertos comportamientos que a veces nos resultan desconcertantes. Al hacerlo, podemos percibir que la hostilidad, falta de interés, desgana… de algunas personas en realidad es miedo e inseguridad, y que la aparente fragilidad de otros revela humildad y timidez. Y es que, la empatía tiene el poder de transformar las relaciones humanas. Al mostrar un interés por los demás y comprender lo que sienten, se fomenta la confianza y el respeto mutuo. Esta cualidad brinda la posibilidad de crecer y aprender a nivel personal, que en la vida nos encontramos con diferentes perspectivas y vivencias que enriquecen nuestra visión del mundo.

En las relaciones interpersonales, es crucial distinguir entre ser empático y ser simpático. Ser empático implica comprender a fondo los sentimientos y perspectivas de los demás, mientras que ser simpático se refiere a ser amable y agradable. Aunque ambas cualidades son positivas en las relaciones, es fundamental encontrar un equilibrio entre ambas para establecer relaciones saludables y significativas. Esta armonía nos permite cultivar conexiones que fomentan nuestro crecimiento personal y desarrollo personal.

La empatía crea una sensación de cercanía con quienes nos rodean, fortaleciendo la confianza en relaciones personales y profesionales. Además, aporta credibilidad y bienestar. Aunque implica alejarse un poco de nosotros, es crucial empezar practicando la empatía hacia uno mismo, ya que a menudo descuidamos nuestras propias necesidades y nos enfrentamos al agotamiento emocional. Concluimos, los beneficios de cultivar la empatía son incalculables y recordemos que la empatía es esencial para construir un mundo en el que todos nos necesitamos.

El primer paso para la compasión es darse cuenta de la necesidad de otra persona. Todo comienza con el simple acto de atención. (Daniel Goleman)

PROPUESTA DE TRABAJO: Algunas ideas para ser un poco más empáticos.

  1. El primer paso para ser verdaderamente empático es entenderte a ti mismo. Intenta entenderte, conocerte y ser empático, primero contigo mismo, con tus propios sentimientos, pensamientos y acciones.
  2. Lo segundo, vive sin prejuicios. Esto te facilitará el poder ser respetuoso, tolerante y no juzgan a los demás. Porque aunque no estés de acuerdo con las decisiones de los otros, tienes que entenderles y tomar distancia.
  3. Te propongo un ejercicio muy práctico para vivir los pasos anteriores. Recuerda un problema de alguien cercano a ti y lo escribes en un papel. Ahora haz este mismo ejercicio como si fuera tu problema. Finalmente, vuelve a redactarlo pero sabiendo que el problema es el otro. Podríamos llamar a este ejercicio: “Yo” tengo “tu” problema. Relee los tres textos ¿Qué ha sucedido? ¿Qué notas? ¿Cómo te sientes?
  4. Para saber más ENLACE

BIENESTAR EMOCIONAL PARA VIVIR BIEN Y MEJOR

Hablar de bienestar es hablar de tener salud, pero ¿Qué es tener salud? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, por lo que no basta con no tener ninguna enfermedad. No se puede estar sano sin tener una buena salud mental y emocional. La salud psicosocial es importante en todas las etapas de la vida, desde que somos pequeños hasta que nos hacemos mayores, e igual que pasa con la salud física, puede ir variando a lo largo de la vida. Hablamos de bienestar psicosocial para referimos al bienestar emocional, psicológico y social. Lo entendemos desde su multidimensionalidad y desde una perspectiva de desarrollo integral del ser humano. En cuanto al bienestar emocional, también conocido como bienestar mental o psicológico, nos referimos al estado que nos permite sentir, pensar y actuar plena y adecuadamente en nuestras rutinas diarias. Va más allá de no padecer una enfermedad mental, es vivir cada momento y situación de nuestra vida con naturalidad, equilibrio y optimismo realista.

¿Por qué es tan importante tener bienestar emocional? porque al ser consciente de lo que sentimos, podemos regular lo que hacemos y sus consecuencias. Esto nos capacita para afrontar algunas situaciones de manera más eficaz en la vida cotidiana. En general, si experimentamos un estado de bienestar emocional, nos sentiremos más cómodos tanto mental como físicamente. Asimismo, mantendremos una conexión positiva con nosotros mismo, nuestra familia, amigos y entorno laboral.

Cada vez más personas están tomando conciencia de la importancia de cuidar su salud emocional. Poco a poco estamos aprendiendo a considerar nuestro bienestar emocional al tomar decisiones, especialmente en relación con nuestros hábitos y rutinas. Priorizar nuestras necesidades sobre las obligaciones o deseos de los demás puede contribuir a mejorar nuestra salud mental y emocional. ¿Cómo? manejando adecuadamente el estrés, manteniendo relaciones saludables, tomando decisiones acertadas y disfrutando de una vida plena y significativa siendo conscientes de cada momento, cada instante. Implica sentirnos en armonía y tranquilo, buscando equilibrio y felicidad tanto en uno mismo como en el entorno.

La buena salud emocional no significa estar constantemente feliz o experimentar solo emociones positivas. También sentir y vivir las negativas gestionándolas adecuadamente y buscando ayuda cuando sea necesario. Mejorar la salud mental y emocional es un proceso personal y gradual. Ponemos mejorar cambiando algún aspecto específico de nuestra vida. Por eso es tan importante el autoconocimiento, conocernos y reconocernos, también en lo emocional, recordando que lo que funciona para alguien. no necesariamente funcionará para nosotros. ¡Empecemos hoy a sentirnos mejor con nosotros mismos y a vivir plenamente!

Bienestar emocional es principalmente sentirse bien, en armonía y tranquilidad

PROPUESTA DE TRABAJO: Algunas actividades y prácticas para mejorar tu salud emocional:

  1. Algunas ideas para tu rutina diaria y semanal que tienes que anotar y responder en el diario de sentimientos:
  • Mantener la salud física: Es crucial seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente para mantener una buena salud física, esencial para el bienestar emocional. ¿Qué se te ocurre que puedes hacer, además de lo que ya haces?
  • Priorizar un buen descanso: Al dormir las horas adecuadas, se restaura tanto la mente como el cuerpo. Lo ideal es acostarse a la misma hora todos los días y adoptar hábitos que fomenten un sueño reparador, evitando sentirse cansado, ansioso o confundido al día siguiente. ¿Cómo llevas el sueño? ¿tendrías que mejorarlo? Ideas.
  • Practicar el autocuidado: Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien, como compartir momentos con tus seres queridos, practicar aficiones o simplemente relajarte, parar, descansar. ¿Dedicas tiempo de calidad para ti? ¿Buscas momentos y espacios para disfrutar de la vida y de ti mismo?
  • Desarrollar habilidades de afrontamiento: Aprende a manejar el estrés y los desafíos de la vida de manera saludable, evitando extremos. Te recomiendo la práctica de técnicas de relajación o el yoga o la respiración consciente para prevenir problemas emocionales. ¿Eres consciente de la importancia de estar preparado (proactividad) para afrontar los retos del día a día? ¿Qué haces o vas a comenzar a hacer?
  • Pedir ayuda profesional si es necesario: Si estás experimentando dificultades con tu bienestar emocional, no dudes en buscar asistencia profesional o un coach, mentor…
  • La experiencia «En la Isla de las Emociones» es un buen recurso para trabajar todo lo anterior con todo tipo de herramientas emocionales y acompañados por un guía (Mentor) experto en Inteligencia Emocional.

2. El optimismo es un sentimiento que se relaciona con el bienestar emocional porque tiene una mayor influencia de emociones y sentimientos agradables (ilusión, alegría, entusiasmo, gratitud, etc.) También nos aporta energía, fuerza y eficacia, etc. Se trata de expresar todas las emociones y sentimientos positios de tu día a día para mejorar tu salud emocional. Al final de cada jornada, anota todo lo bueno, positivo, agradable y divertido de ese día y te preguntas: con todo esto ¿Ha merecido la pena el día de hoy? Lo escribes en el diario de sentimientos.

3. Otras propuestas ENLACE

FELICIDAD…

Cuando hablamos de felicidad ¿A qué nos referimos? Si preguntamos a los que tenemos a nuestro alrededor, la mayoría de las personas nos responderán: bienestar, es decir, tener lo que necesitamos para estar bien. Pero ¿Qué es eso que necesitamos? ahí está la cuestión. Lo primero que tenemos que hacer para responder a la pregunta ¿Qué es la felicidad? es comprender y entender que la felicidad es algo intrínseco al ser humano, que la traemos de «serie» y que por mucho que la busquemos fuera de nosotros jamás la encontraremos. Lo material, lo placentero, lo que nos alegra…claro que es importante, pero no suficiente. Algún ejemplo: En una fiesta ¿por qué hay personas que no son felices? Porque si por dentro no están bien, muy difícilmente disfrutarán de la alegría de una fiesta. Otro ejemplo, el amor ¿Por qué sufrimos por amor? Porque cuando no somos felices nos cuesta entender que el amor es entrega y que eso que llamamos «sufrimiento» no es ni más ni menos que la idealización del amor y, como no es verdadero amor, sufrimos por intentar controlar algo que ya no es o nunca fue.

¿Entonces que es la felicidad? Es el apasionarnos con lo que somos y tenemos, con lo que hacemos y compartimos. Es tener muy claro nuestro propósito de vida, el sentido y dirección de lo que hacemos, para qué lo hacemos y quiénes somos al hacerlo, esa es la verdadera felicidad y todo lo demás será puramente circunstancial, pasajero e incluso una cortina de humo para ocultar, acallar, anestesiar nuestras carencias y falta de sentido. Por eso es tan importante buscar del propósito de nuestra vida: dedicar tiempo de calidad para prestar atención a lo que estamos haciendo y en para qué lo estamos haciendo, ser conscientes de lo que puede ayudarnos a ser más felices.

Sabemos que somos felices o al menos nos acercamos cuando disfrutamos al máximo de lo bueno y bello.

PROPUESTA DE TRABAJO: Se trata de una revisión de tu vida desde el punto de vista de la felicidad. Simplemente tómate un tiempo en el que te observes y te mires. Si lo trabajas en clase o en un grupo, estas actividades se pueden realizar en el diario de sentimientos y posteriormente compartir con los demás lo que se considere adecuado.

  • Escucha a tu corazón y responde sinceramente a estas preguntas difíciles pero muy necesarias para comenzar a vivir plenamente la felicidad:
    ¿Qué es para mí ser feliz?¿Soy realmente feliz?¿Qué puntuación te pondrías del 1 al 10 en felicidad en tu vida? ¿Por qué esta puntuación? ¿Qué da sentido a mi vida, es decir, marca la dirección de los que hago, pienso, siento y soy? ¿Qué necesitas para ser más feliz? ¿Qué puedes hacer?
  • Intentar hacer cada tarea como si fuera un juego con estas 6 premisas que te harán sentirte mejor y, por consiguiente, más feliz. Concentrarse plenamente en ella e ir anotando el proceso en el diario de sentimientos.
  1. Fíjate una meta. Sencilla, posible, clara y a corto plazo. Anótala.
  2. Déjate ir en el proceso. Disfrutar de cada momento siendo consciente de cada paso.
  3. Vence la apatía para realizar las actividades cotidianas menos gratificantes con refuerzos positivos (prémiate con cada logro)
  4. Controla el estado de conciencia para no perderte en el camino. Dedica al menos un rato al día para parar, descansar conscientemente, respirar, meditar y ver por dónde y cómo vas.
  5. Busca la máxima eficacia, no el máximo esfuerzo de lo que hagas. Sin tensión ni estrés, simplemente sé la mejor versión de ti mismo cuando hagas cualquier actividad que consideres importante, las demás también.
  6. No persigas el éxito efímero y banal: mientras más lo busques y lo conviertas en una meta, habrá menos probabilidades de que lo consigas. Sé realista, disfruta de tus logros y define lo qué es y significa para ti el éxito.