¿Alguna vez te has detenido a explorar tu propia «Isla interior»? Mi nuevo libro, «En la isla de las emociones», te invita a un viaje transformador hacia el autoconocimiento y la inteligencia emocional.
Este libro no es solo una lectura; es una aventura que te lleva a conectar profundamente contigo mismo. En el bullicio de la vida moderna, a menudo olvidamos la importancia de pausar y reflexionar. Este viaje interior no necesita mapas ni equipaje, solo requiere de tiempo y valentía.
Imagina recorrer caminos que representan tus pensamientos y emociones. Esta travesía te anima a escuchar y sentir, revelando partes de ti que quizás han estado ocultas. Al explorar tus emociones, puedes colorear y dar sentido a tu vida, mejorando tu bienestar emocional y creciendo personalmente.
El desarrollo de la inteligencia emocional es un viaje continuo. Conectar con tu interior te ayuda a descubrir que eres un tesoro único, llevándote hacia la felicidad, la paz y el amor propio. Este proceso te permite salir del piloto automático y gestionar tus experiencias de una manera más consciente. No solo enriquece tu vida personal, sino que también mejora tu salud emocional.
¿Estás listo para descubrir la riqueza de tu ser? La aventura te espera. ¡Comienza hoy a vivirla en «En la isla de las emociones»!
Además, puedes extender esta experiencia con una mentoría individual online. Tu bienestar no puede esperar más. Es tu momento para volver a disfrutar de lo que amas.
La respiración es un proceso automático que iniciamos al nacer y perdura hasta nuestro último aliento. Con la respiración llevamos oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo, llevamos vida a todos los rincones de nuestro ser. ¿Puede la respiración influir en nuestro estado de ánimo y emociones? Efectivamente, no solo que influye, no si no que, cuando estamos mal, nuestra respiración también cambia. Por ese motivo tenemos que aprender a respirar, a hacerlo de manera consciente.
¿Qué es la respiración consciente?
Una de las técnicas de gestión emocional más eficaces y poderosas para afrontar algunas situaciones complejas, capaz de aportarnos bienestar emocional y mental. Es una técnica que se centra en hacer presente nuestra respiración: cómo estamos respirando y la sensación del aire que entra y sale de nuestros pulmones. Es una técnica muy sencilla que puede ayudarnos a relajarnos, concentrarnos y a regular nuestras emociones. La Respiración consciente afecta a nuestro estado de ánimo porque nos facilita gestionar adecuadamente lo que sentimos reduciendo el estrés y la ansiedad y así, nos permite actuar con más calma y serenidad ante algunas situaciones.
Ser conscientes implica asumir la responsabilidad de nuestra existencia. En la sociedad actual, estamos constantemente bombardeados con distracciones y preocupaciones que nos impiden estar verdaderamente presentes en nuestras vidas. Sin embargo, si somos conscientes asumimos la responsabilidad de nuestra existencia, nuestro ser y nuestra vida. La consciencia nos hace responsables de nuestras acciones y comprendemos su impacto en el mundo que nos rodea. Estar presentes significa estar conectados con nuestro interior y nuestro entorno de manera profunda. Ambos aspectos son cruciales para fomentar nuestro bienestar, ya que la unión entre sentimientos, cuerpo, mente y espíritu es fundamental para una vida saludable. Y la respiración consciente nos hace estar presentes.
¿ Qué beneficios puede aportarnos la respiración consciente para la salud mental y emocional?
Reducir el estrés y la ansiedad: La respiración nos ayuda a relajar nuestro cuerpo, eliminar tensiones, a conectar con nuestra mente y así poder calmarnos, serenarnos, tranquilizarnos y lograr anclarnos en el presente y afrontar el momento.
Mejorar la concentración: Nos ayuda a conectar con nosotros mismos, a vivir el momento. La respiración tiene la capacidad de enviar señales a nuestro cuerpo y mente que cambian la manera en que ambos funcionan y reaccionan. Centrar nuestra atención en la respiración nos ayudará a concentrarnos y calmar nuestros pensamientos, causantes de nuestros sentimientos.
Regular las Respuestas Emocionales: Facilita la buena gestión de nuestras reacciones ante los sentimientos y emociones que en ocasiones nos resultan abrumadoras. Lo emocional se manifiestan a través de la respiración: no respiramos igual cuando estamos alegres o tristes, con rabia o asco. Las emociones cambian la respiración y viceversa, la respiración puede cambiar las respuestas emocionales.
La práctica de la respiración consciente es simple pero muy poderosa. Tenemos que integrar esta técnica en nuestra vida diaria como un hábito más, una rutina. para logar tener un impacto positivo en nuestra salud mental y emocional. Al practicar esta técnica, no solo mejoraremos físicamente, sino también emocional y mentalmente. Recordemos, la clave está en la constancia, en practicar. Dedicar unos minutos cada día para parar, respirar, vivir y sentir.
Y ¿Qué nos enseña la respiración consciente de nuestro ser emocional en la vida?
Inhalar es recibir. Nos permite conectarnos con el mundo. Tomar el aire que nos rodea. Un significado emocional que nos indica que nos dejamos ayudar, que aceptamos lo que viene de fuera y que puede alimentarnos y hacernos el bien. Significa acogida y, al mismo tiempo, en el movimiento de aspiración, el esfuerzo que debemos hacer para recibir activamente el bien que nos rodea y que nosotros mismos atraemos. En cierto sentido, implica dos cosas: asumir que necesito algo y tomarlo. Exhalar es soltar. Nos permite descubrir que hay cosas que no nos hacen bien, que nos entorpecen y dificultan la vida. Implica soltar, aceptar que algo ya no es saludable para nosotros, que algo puede que ya no sea suficiente, puede que esté vacío y carente de sentido en nuestra vida actual. Significa vaciar los pulmones y, al mismo tiempo, en el movimiento de soltar, hay un esfuerzo que hacemos conscientemente para deshacernos de lo que ya no queremos, de lo que alejamos. Nuevamente, en cierto modo, esto implica dos cosas: asumir que hay algo que ya no necesito y aprender a dejarlo ir.
Cuando algo te duela, cuando estés triste, cuando alguien te enfade, cuando estés bien…respira
PROPUESTA DE TRABAJO: Estos son algunos ejercicios sencillos para practicar la respiración consciente:
1. Busca un lugar cómodo para sentarte o recostarte. Puede ser un lugar tranquilo en tu casa o un espacio aislado en la naturaleza.
2. Concéntrate en tu respiración. Observa como estás respirando. Siente como el aire entra y sale de tu cuerpo. Nota cómo el aire llena tus pulmones, y sale por tu boca o nariz. Simplemente observa.
4. Ahora, comienza a hacer esa respiración más lenta y pausada, sin forzar, simplemente deja que pase. Siente como cada vez es más lenta y profunda. Lleva el aire hasta el último rincón de tu cuerpo.
5. Busca tu propio ritmo de respiración lenta y profunda que que tranquilice, te serene, te calme.
6. Permanece así durante el tiempo que necesites. Practica todos los días. Abre los ojos, sonríe, desperézate, estírate y siente el momento.
6. Cuando lo necesites, vuelve a enfocarte en tu respiración consciente.
Las emociones, además de ayudarnos a estar atentos a nuestro entorno, también nos permiten conocernos mejor al identificar como reaccionamos a diferentes estímulos tanto internos como externos. La memoria retiene la experiencia a esas respuestas y nos ayuda a anticipar nuestro comportamiento en situaciones similares. Por eso, el primer paso para la gestión emocional es el reconocernos en lo que sentimos y cómo actuamos.
La gestión emocional es un aspecto fundamental en nuestra vida cotidiana. Aprender a manejar nuestras emociones de manera efectiva puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos, cómo interactuamos con los demás, cómo manejamos las situaciones estresantes y que decisiones tomamos. Algunas ideas que nos pueden ayudar a mejorar la gestión emocional:
Identificar la emoción. El primer paso para una buena gestión emocional es reconocer lo que estamos sintiendo. Esto puede parecer muy simple, pero a menudo es lo más complicado. Podemos confundir nuestras emociones o, en muchos casos, intentar ignorarlas. Por eso, es fundamental e imprescindible contar con un amplio vocabulario emocional que nos ayude a desarrollar una mayor conciencia de las emociones y a identificar cómo somos cuando sentimos determinadas emociones.
Explora la Emoción. Una vez que hayamos identificado lo que estamos sintiendo, es importante explorar esa emoción. ¿Qué nos quiere decir? ¿De qué nos está advirtiendo? Las emociones tienen una determinada función para adaptarnos, advertirnos, protegernos… A menudo, nos están diciendo algo sobre nosotros mismos, nuestras necesidades o nuestro entorno. Al explorar las emociones, podemos empezar a entender lo que necesitamos para afrontar determinadas situaciones.
Respondemos a la Pregunta: ¿Qué Necesito? Después de reconocer y explorar las emociones, el siguiente paso es responder a la pregunta: ¿Qué necesito? Esto puede implicar necesidades físicas, como descansar o comer, necesidades emocionales, como consuelo o apoyo, o necesidades mentales, como necesitar un cambio de perspectiva o de pensamiento. Al identificar y atender las necesidades, podemos empezar a gestionar lo que sentimos de manera más efectiva.
Actúa en Consecuencia. El siguiente paso es actuar en consecuencia. ¿Qué podemos hacer para cuidar nuestra salud física, mental y emocional? Es uno de los momentos de la gestión emocional que nos aporta diferentes formas de afrontar lo que sentimos. Puede implicar hablar con un amigo, hacer ejercicio, practicar la meditación o buscar la ayuda de un profesional. Recordemos, que pedir ayuda y tomar medidas para cuidar de uno mismo, es parte de una sana gestión emocional. Las emociones también nos «hablan» de necesidades vitales y tenemos que escucharlas.
Endefinitiva. Tenemos que experimentar todas y cada una de las emociones. De hecho, es normal y saludable hacerlo. Lo importante es el cómo respondemos a estas emociones. Al afrontar y comprender lo que sentimos, estamos mejor equipados para gestionar cualquier situación que se nos presente, tendremos las herramientas necesarias. Así que recordemos, cuidar de nuestra salud emocional es fundamental para llevar una vida plena y equilibrada.
Imaginemos que desde pequeños nos hubieran enseñado a gestionar adecuadamente lo que sentimos, ¡imaginemos cómo sería la vida! Pero nunca es tarde para empezar. Con un poco de paciencia y practicar, practicar, practicar, todos podemos ser maestros de nuestras emociones y vivir en plena armonía con nosotros mismos y con los demás. Si además, contamos con un guía que nos acompañe en el proceso, esas emociones serán una fuente de información en nuestro crecimiento personal.
Cuanto más atentos estemos a nuestros sentimientos, mejor podremos gestionarlos
PROPUESTA DE TRABAJO: La Inteligencia Emocional y la gestión de emociones son como un espejo que te muestra tu verdadero yo.
1. Aprende a diferenciar lo que puedes controlar de lo que no, ¡y céntrate en lo que realmente importa! Te propongo crear un «emocionario», una especie de diario emocional donde anotas lo que estás sintiendo y por qué. Poner nombre a lo que sientes, cómo te hace sentir y cómo actuar ante este sentimiento. ENLACE
2. Pon toda tu atención en el aquí y el ahora, ¡es una receta infalible para encontrar la calma! para ello cuentas con la respiración consciente como una técnica siempre a mano, fácil de utilizar y muy barata. ENLACE
3. Reserva un ratito al día para lidiar con tus preocupaciones y evita que te roben la paz. Trabaja el diario de sentimientos como una herramienta muy poderosa de gestión emocional. ENLACE
4. ¡Encuentra tu escape emocional en la meditación, el yoga o cualquier hobby sano que te haga vibrar! ENLACE
El invierno nos invita a parar, reflexionar y descansar. Las bajas temperaturas, el mal tiempo y las largas noches nos llevan a mirar hacia nuestro interior y a buscar momentos de soledad y silencio. Durante esta temporada, es importante recuperar nuestro espacio interior y reflexionar sobre aspectos limitados de nuestro ser, como la inseguridad, la distracción o la inconstancia.
El clima puede afectar nuestro estado emocional. Es común experimentar síntomas de falta de energía o concentración. Sin embargo, podemos aprovechar el invierno para revisar nuestros objetivos y planificar cómo alcanzarlos. Recuerda que es importante dedicar tiempo a la reflexión y cuidar nuestra salud emocional siempre, pero especialmente en temporadas en las que parece que todo se ralentiza, oscurece y nos invade la melancolía.
El invierno es una época que nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre nuestras vidas, trabajos y compromisos. Es una buena época del año para la tranquilidad y el reposo, que nos permite enfocarnos en lo que realmente importa: nosotros mismos. Aunque no todos tengamos la habilidad de hacerlo, es importante tomarse el tiempo para meditar y estar en silencio. Durante el invierno, podemos aprovechar la invitación de la naturaleza para descansar, relajarnos y procesar todos los desafíos de nuestra vida. Es una oportunidad para revitalizar nuestro espíritu y nuestra pasión por la vida, para sincronizarnos con esta estación y conectarnos con la energía invernal. Reconocer el descanso como un derecho y una necesidad, en lugar de un lujo, es crucial para nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. Es en invierno cuando podemos empezar o continuar nuestro camino hacia el silencio y la quietud, que son las formas más elevadas del descanso.
El invierno es la estación del “descenso”; pero no sólo del descenso de las temperaturas sino también del “abismamiento interior”. El invierno es la estación de la profundidad porque el dinamismo energético ocurre dentro, en lo hondo, en las profundidades de la tierra, en los espacios no visibles.
José María Toro
PROPUESTA DE TRABAJO: Aquí una sugerencia para fomentar la introspección y la calma durante el invierno: (Ayuda a tu clase, equipo, familia…a vivir el invierno)
Sigue estos consejos para cuidar tu bienestar emocional siempre, pero especialmente en invierno, es la estación en la que la naturaleza nos invita a parar:
Haz una pausa en tus actividades.
Presta atención a tu estado emocional y mental. Reconoce si alguna emoción te está afectando.
Recuerda tus metas y lo que valoras en la vida.
Dedica un momento para concentrarte en tu respiración y no actúes hasta que te sientas tranquilo, calmado.
Regresa a tus actividades diarias, pero ahora con una mente más clara.
Un proyecto educativo emocional para exploradores valientes que desean crecer y mejorar como personas y profesionales con herramientas de Inteligencia Emocional.
Una mentoría totalmente práctica, para lograr, en cada etapa, un avance en el crecimiento y conocimiento de las propias capacidades y competencias emocionales integrándolas en la vida y en el ámbito educativo.
80 días de una apasionante aventura en la que se trabaja desde el interior, desde lo profundo de nuestro SER para descubrirnos y redescubrir todo nuestro potencial como personas y profesionales.
Ante los nuevos retos de la educación, necesitamos contar con las herramientas necesarias para afrontarlos con éxito. Esta aventura emocional nos ofrece la posibilidad de adquirir lo necesario para tener la seguridad e ilusión necesarias en nuestro día a día en el aula.
Totalmente online y adaptado a las circunstancias personales de los participantes.
Basado en el juego de la búsqueda del tesoro y el aprendizaje por retos.
Necesitamos personas valientes que desde su propia experiencia, sean capaces de convertirse en maestros del corazón, se dediquen a lo que se dediquen.
Esta experiencia se apoya en el AUTOCONOCIMIENTO y la GESTIÓN EMOCIONAL, siempre desde el AUTOCUIDADO y buscando la MOTIVACIÓN que nos impulse a continuar con la ilusión y la energía necesaria para transformar el ámbito en el que nos movemos en primera persona.
Y ¿Qué te llevas de esta increíble aventura emocional?
Algunas propuestas muy prácticas para vivir en primera persona una experiencia auténtica de Inteligencia Emocional
Una oportunidad única para afrontar con seguridad los retos de la sociedad actual desde el autocuidado
Muchísimos recursos y herramientas para aplicar en tu vida y en el ámbito que desees de manera eficaz
Estrategias para tu desarrollo personal y profesional desde lo emocional
Cuando hablamos de gestión emocional, nos referimos a afrontar mejor las situaciones en las que nuestras emociones nos juegas malas pasadas y reaccionamos de manera muy poco ajustada a la realidad. Cuando se trata de emociones positivas no hay problema, todo el mundo las acepta y está bien visto expresarlas. Pero, ¿qué sucede con las negativas? En muchísimas ocasiones las ignoramos e incluso reprimimos. Esto no sirve de nada; tarde o temprano saldrán y entonces puede que no sea el momento o el lugar. Ser conscientes de lo que sentimos y cuando lo sepamos realmente, entonces, podemos buscar el camino para gestionar esa emoción. Comencemos a expresar y vivir las emociones, también las negativas, porque son una válvula de escape y muy bueno para nuestra salud mental y emocional.
Escribe, expresa, cuenta lo que sientes; te ayudará a mejorar la capacidad de gestión emocional.
PROPUESTA DE TRABAJO: Si algo debemos haber aprendido de la inteligencia emocional es que se vive en gerundio, es decir, se adquiere haciendo, trabajando y practicando. En estas actividades aprenderemos algunas técnicas para gestionar nuestras emociones desde la comunicación verbal:
Expresa lo que sientes, explica lo que te está pasando, lo que te causa ese malestar o tensión. El primero que tiene que saber lo que le sucede eres tú.
· Ahora sé lo más específico posible en esos sentimientos que te ha provocado la situación concreta, es decir, define claramente la emoción concreta.
· Cuenta las causas por las que sientes esto, los motivos que te hacen sentir así.
· ¿Qué necesitas para que esto no vuelva a suceder? Explica lo que quieres que cambie para solucionar este conflicto que genera confusión, tensión, etc.
· Si no sabes exactamente lo que hacer puedes pedir ayuda. No sé qué me hace estar así, pero lo estoy.
· Recuerda que este ejercicio de comunicación emocional tiene que ser desde la asertividad, con tranquilidad y una comunicación directa, clara y muy respetuosa
2. Otra técnica posible para llevar a cabo ante cualquier conflicto sería seguir este proceso: calmarse – pensar – expresar. El objetivo no es tanto la solución sino el aprendizaje, el proceso.
Calmarse: Respiración, postura, tono de voz, mirada… ¿Estamos calmados?
Pensar: Lo que siento, lo que necesito, en lo que puedo hacer… ¿Tenemos claro cómo nos sentimos y por qué? ¿Sabemos lo que vamos a pedir al otro?
Expresar: tranquilo, con palabras claras… Se pueden comenzar con estas frases: “he comprendido que…”, “cuando…”, “y me estas pidiendo…”, “qué podemos hacer de manera distinta para solucionarlo…”, “vamos a hacer a partir de ahora…”. Debemos llegar a un acuerdo–compromiso.
Para continuar con el proyecto «Emociones creativas» ENLACE
La herramienta emocional con la que aprenderemos a vivir con serenidad y justo equilibrio lo que nos sucede es la de reconocer lo que sentimos y lo que sienten los demás para dar la importancia que se merece a las emociones, porque son las que mueven nuestras vidas, las que nos impulsan o paralizan, las que nos dicen el qué está sucediéndonos. Conectar el corazón con nuestra mente, escuchar a nuestros sentimientos nos dará muchas pistas de cómo vivir muchas situaciones de nuestra vida.
¿Hemos dedicado un momento en estos días para preguntarnos cómo estamos? ?Qué nos sucede cuando pasamos momentos complicados y difíciles? Sentir lo que nos sucede es necesario, pero hay que sentir “bien”, sin resignación ni dramas; simplemente sentir y observar las consecuencias de lo que siento y los comportamientos que genera. Desde la tolerancia y la flexibilidad debemos tener confianza en nuestras fortalezas y gestionar estos sentimientos de forma adecuada. Se trata de ser resilientes y, sin perder la esperanza, buscar todas las oportunidades que nos está dando esta experiencia para aprender, crecer y hacernos más fuertes, levantarse con más fuerza de nuestras caídas.
Por último, no basta con saber lo que sentimos, además, hay que aprender a expresarlo. Recordemos que muchas de las interpretaciones que hacemos sobre lo que sentimos o sienten otras personas son meras aproximaciones porque estamos muy influenciados por nuestras creencias y percepciones del momento. No es algo sencillo expresar sentimientos, y mucho menos que los demás los entiendan.
COMENZAMOS: Te invito a coger tu diario de sentimientos «especial cuarentena» y dedicar un buen rato a la primera pregunta. Después de este momento realizamos la actividad. Si estamos solos tendremos que quedar con alguien por teléfono, videoconferencia o directo de alguna red social, si estamos en grupo o familia será más sencillo.
1º Lo primero es que de manera personal (utiliza el diario de sentimientos) hagas un ejercicio de memoria. A modo de carta escribir todas las cosas que has hecho con otros durante los últimos días fijándonos en los detalles. • ¿Qué hiciste? ¿Con quién estabas? ¿Dónde? • ¿Qué sentimientos surgieron? ¿Cómo lo sentiste? • ¿Con qué te quedas de este momento? • ¿Fue importante para ti? ► Simplemente deja que tus recuerdos te ayuden a visualizarte junto con otros y, sin juzgarte, ver cómo eres socialmente. • ¿Qué mejorarías? ¿Qué harías de manera diferente? • ¿Qué podrías hacer para mejorar? ¿Qué necesitas?
¿Te entiendes? ¿Te entienden?
2º Esta actividad necesita que cuentes con la ayuda de otros, de manera presencial u online. Vamos a ver si somos capaces de expresar lo que sentimos y que los demás lo entiendan. – Necesitas preparar la actividad buscando emojis o utilizando los del whatsapp. – Cada uno escogerá 2 ó 3 emojis y por turnos, solamente con gestos y expresiones corporales, los otros tienen que adivinar la emoción que intentas expresar (solo se permiten dos intentos). – Al terminar, es otro quien hace el ejercicio. Una actividad divertida y que nos obligará a esforzarnos para expresar sentimientos.
Nos preguntamos:
¿Cuántas emociones he adivinado?
¿Por qué?
¿Cómo lo ha hecho el que las interpretaba?
¿Es sencillo expresar lo que sentimos?
Por eso es tan importante expresar lo que sentimos y si no sabemos lo que es busquemos ayuda. Siempre hay que preguntar ¿Qué sientes? ¿qué puedo hacer por ti o qué puedes hacer por mi? ¿Qué nos falta, qué necesitamos ¿Qué cambiaríamos si se plantea la misma situación?
3º Nos comprometemos con los demás a comunicar de manera asertiva, es decir, sin tensión ni amenaza, sin miedo ni vergüenza, lo que sentimos para evitar malos entendidos, enfados y conflictos. Utiliza la creatividad y confecciona un «contrato» donde todos firmen este compromiso. Ya me contarás qué tal funciona.
Saber lo que sentimos y expresarlo de manara natural nos hace vivir mejor cada situación de nuestra vida