Julio se ha terminado y con él se va esa ansia inicial con el que empezamos las vacaciones. El entusiasmo por parar, por descansar, por reconectar. Pero la pregunta real es: ¿lo hemos conseguido?
El verano nos regala la posibilidad de un cambio de ritmo, sí, pero muchas veces también nos pone delante de un espejo. Porque no se trata solo de hacer planes o de desconectar. Se trata de conectarnos con lo que realmente importa. Y eso, muchas veces, se nos escapa en medio de las prisas, los viajes, el calor y los compromisos.
Quizá julio haya pasado más rápido de lo que pensabas. Quizá has estado rodeado de gente, pero no has podido estar contigo. Quizá aún no has parado de verdad. Hacer balance no es para fustigarse ni para reprocharse nada. Es para mirar dónde estás, cómo estás y qué podrías hacer diferente en agosto.
No dejes pasar agosto esperando a que pase. Haz que sea un punto de inflexión.
Regálate este espacio. Escríbeme y te cuento cómo empezar. Tu bienestar no puede esperar a septiembre. Y tú tampoco.
Y si no sabes por dónde empezar…Si sientes que necesitas ayuda para ordenar lo que sientes, para reenfocar, para darte prioridad, quiero decirte algo muy claro: no tienes que hacerlo solo. Pongo a tu disposición:
- Mentoría individual, adaptada a ti y a tu momento vital.
- Mentoría grupal, en un espacio de acompañamiento real y transformador.
- El grupo privado de WhatsApp, donde cada semana compartimos herramientas, propuestas, apoyo y motivación para volver a ti.
Hacer balance no es mirar hacia atrás, es darte una nueva dirección.
PROPUESTA PRÁCTICA: Haz balance emocional de julio
Regálate quince minutos en calma, silencio y mucha paz. Busca un rincón tranquilo y respóndete por escrito en el diario de sentimientos, sin filtros, sin exigencias:
- ¿Cómo he llegado emocionalmente a este punto del verano?
- ¿Qué momentos me han hecho sentir bien? ¿Cuáles me han desconectado?
- ¿Qué emociones han estado más presentes durante este mes?
- ¿Qué me ha faltado? ¿Qué me ha sobrado?
- ¿Qué me gustaría que fuera diferente en agosto?
Después, escribe tres decisiones pequeñas pero importantes para empezar agosto con más intención. Por ejemplo:
- Reservar cada día un espacio para mí, sin pantallas ni distracciones.
- Decir no a planes que me quitan energía.
- Retomar un hábito que me conecte conmigo: caminar, escribir, escuchar música.
