Vivimos en un mundo en el que no paramos nunca. El reloj, las obligaciones, el papeleo, las expectativas… todo parece empujarnos hacia fuera, sin dejarnos apenas espacio para detenernos, escucharnos, mirarnos, preguntarnos, cuidarnos…. y si siempre estamos corriendo, ¿dónde queda el lugar al que volver cuando nos sentimos agotados o perdidos?
Ese lugar existe, y no está fuera. Está dentro de ti. Es tu isla emocional.
Un refugio propio al que acudir cuando el mundo pesa, un espacio interior que te recuerda quién eres y lo que realmente importa.
Por qué es importante tu isla interior. Tener un refugio emocional no es un lujo, es una necesidad para tu vida cotidiana. Te porque te permite:
- Recuperar la calma en medio del ruido y el estrés.
- Ganar claridad cuando no sabes hacia dónde vas.
- Conectar contigo mismo y con las personas que de verdad te sostienen.
- Reforzar tu propósito de vida, porque solo desde la pausa puedes recordar hacia dónde quieres caminar.
“No se trata de escapar del mundo, sino de aprender a habitarlo desde tu propia isla interior.”
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu vida
Esta semana regálate un momento para diseñar tu isla interior.
- En un folio en blanco.
- Dibuja o escribe 3 elementos que no pueden faltar en tu refugio emocional (personas, recuerdos, objetos, hábitos). Decóralo y hazlo bonito.
- Colócalo en un lugar visible: tu escritorio, tu nevera, tu agenda…
Cada vez que lo mires, recuerda: puedes volver a ti en cualquier momento.
Este ejercicio es solo el comienzo. En mi libro En la Isla de las Emociones y en mis mentorías te acompaño a recorrer esta isla como un viaje de aventuras: a reconocer tus paisajes internos, a descubrir tus mareas emocionales y a construir un refugio real y práctico para tu día a día.
Si sientes que ha llegado el momento de dejar de sobrevivir y empezar a vivir con calma, claridad y propósito, te invito a dar este paso conmigo.
Porque tu isla no es un lugar de fantasía: es el espacio donde recuperas tu vida.
