Hay momentos en los que la vida se desordena. No sabes cómo salir de ahí, pero tampoco quieres rendirte. Sigues adelante con tus cosas por costumbre, por inercia, por dignidad… o por algo más profundo que a veces ni siquiera puedes explicar.
Y es que cuando todo se tambalea, no hace falta una solución milagrosa. Hace falta recordar lo que, en otros momentos, te ha ayudado a seguir. Eso que no siempre ves, pero que sigue ahí. Un hábito, un valor, una canción, una persona, un gesto cotidiano. Pequeñas cosas que te devuelven presencia, dirección, sentido.
Si estás leyendo esto, es porque sigues aquí. Y eso ya es mucho.
El problema no es no saber a dónde vas. El problema es olvidar de dónde viene tu fuerza para seguir adelante.
Por qué es tan importante reconocer lo que te sostiene
Porque nos han enseñado a exigirnos, pero no a valorarnos o cuidarnos. A resistir, pero no a agradecer lo que nos ha ayudado a resistir. Reconocer lo que nos sostiene nos devuelve a nosotros. Nos saca del piloto automático y nos conecta con algo más real y más íntimo: Nuestra historia, recursos, capacidad de seguir adelante incluso cuando todo se derrumba.
Y además:
- Te permite parar el juicio y activar la gratitud
- Reduce la sensación de estar perdido, sin rumbo
- Refuerza tu autoestima desde lo vivido, no desde lo ideal
- Disminuye el ruido mental y te da claridad
- Te reconcilia con tu ritmo, sin exigencias ni comparaciones
- Te devuelve el foco en lo que de verdad importa
Y si necesitas apoyo para sostener ese camino con más claridad, herramientas y compañía real, puedes formar parte del grupo privado Reinicia tu vida.
Un espacio donde trabajar desde lo cotidiano y lo emocional, con seguimiento, práctica y propósito. También puedes unirte al grupo gratuito Energía y Equilibrio, donde cada semana compartimos propuestas como esta para ayudarte a reconectar contigo. No tienes que hacerlo solo. A veces, solo necesitas recordar que lo importante ya está en ti. Solo tienes que volver a escucharlo.
Lo que te hace seguir no es la fuerza. Es el sentido que le das a cada paso.
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu vida cotidiana
Esta semana, en lugar de seguir exigiéndote más… párate a reconocer todo lo que ya hiciste para llegar hasta aquí. Elige un día tranquilo. Coge una hoja y dibuja en el centro un símbolo que te represente hoy: una brújula, una estrella, un corazón. Lo que tú quieras. A su alrededor, escribe al menos seis cosas que más te han ayudado en otros momentos:
- Una canción que te conectó contigo
- Una persona que te acompañó sin pedir nada
- Un valor que guió tus decisiones (como la honestidad, la libertad o la compasión)
- Un recuerdo que te devolvió esperanza
- Un hábito o gesto que te calma (como escribir, caminar, respirar, mirar el cielo)
- Un objeto o espacio que te da seguridad
Para integrar esta práctica durante la semana, puedes elegir una o varias de estas acciones:
- Escucha una canción que te conecte con tu fuerza
- Escribe un mensaje a alguien que ha sido parte de tu sostén
- Hazte una foto en un lugar que te reconecte contigo
- Relee algo que escribiste en un momento difícil y reconócete
- Cambia el fondo de pantalla del móvil por una palabra que te inspire
- Regálate una pausa sin móvil solo para respirar y estar contigo
Cierra la experiencia con esta frase escrita a mano en tu diario de sentimientos y en una nota visible:
Hoy reconozco lo que me hace seguir. Y me lo agradezco.
