Los manuales “emociones creativas” son un proyecto y como tal tenemos que trabajarlo.
Desarrollar una sana inteligencia emocional lleva tiempo y esfuerzo. Por eso cuanto antes comencemos, mucho mejor.
La vida nos presenta retos y oportunidades para el crecimiento personal. Mi libro «En la isla de las emociones», publicado por PPC Editorial, nos invita a explorar la inteligencia emocional y fomenta el autocuidado en sus dimensiones física, emocional, mental y espiritual.
Nos ofrece herramientas y reflexiones para manejar las emociones de manera saludable, creando un entorno más cercano y positivo. Descubrimos nuestra «isla interior», reconociendo fortalezas y pasiones que enriquecen nuestra vida personal y profesional.
Además, te invito a considerar la mentoría online para profundizar en el autodescubrimiento, en una aventura transformadora que te espera en «En la isla de las emociones».
¡Prepárate para redescubrirte y disfrutar la vida plenamente!
El verano, las vacaciones tienen como objetivo ser tiempo de descanso, desconexión, viajes y cenas largas con amigos. Pero puede convertirse, sin darte cuenta, en una trampa de inercia, rutina y estrés que no te ayude a encontrar esa paz y descanso que necesitas urgentemente.
Hacer por hacer, ir a determinados lugares porque “toca”, decidir según lo que esperan los demás… Y cuando te das cuenta… ya es agosto y tú sigues sin haber respirado a gusto ni un solo día. Por eso, te propongo algo muy simple, pero con mucho poder: Crear tu mantra. Una frase corta, pero con intención. Tu brújula personal para este verano.
Porque no se trata de hacer más. Se trata de no olvidarte de ti mientras vives las vacaciones.
¿Qué es un mantra y para qué sirve?
No es una frase de taza ni de cartel motivacional. Un mantra es un recordatorio emocional. Una frase que te recuerda, en medio del ruido, lo que tú has elegido vivir.
Un mantra no tiene que sonar bonito. Tiene que sonar auténtico. Tiene que servirte como ancla para no perder el rumbo.
¿Y si no sabes ni por dónde empezar?
También eso forma parte del camino. Y para eso están mis acompañamientos.
Te ofrezco mis mentorías emocionales individuales para ayudarte a reconectar contigo, con tu ritmo y con lo que de verdad te mueve. Y además, puedes sumarte gratuitamente al grupo de WhatsApp “Energía y Equilibrio”, donde cada semana comparto propuestas sencillas como esta, ejercicios prácticos y apoyo real para que este verano sea distinto.
Si quieres empezar, escríbeme a través del formulario de la web o entra en pedrolupi.es
Porque este verano, estas vacaciones no son para exigirte más. Son para sentirte más. Para vivir desde dentro, descansar sin culpa y con mucho propósito.
Y a veces, todo empieza con una frase. La tuya.
Si no eliges tu rumbo, el verano lo elige por ti. Y no siempre elige bien.
PROPUESTA PRÁCTICA para esta semana
Uno. Busca un momento tranquilo. Al despertar, después de caminar, mientras tomas un café o simplemente cuando tengas diez minutos sin distracciones.
Dos. Pregúntate con honestidad: ¿Qué quiero vivir este verano? ¿Qué necesito de mí?
Tres. Escribe una frase corta que resuma eso. Algunos ejemplos:
– Este verano es para mí – Vuelvo a mi centro – Descanso con sentido – No me exijo más, me escucho – Hoy también me elijo
Cuatro. Ponla en un lugar visible. Pantalla del móvil, espejo del baño, tu diario emocional o una nota en tu escritorio. Que te la recuerde cada día.
Cinco. Léela con calma. Cada mañana, cada vez que te despistes o cuando vuelvas a exigirte más de la cuenta.
No necesitas motivación artificial. Solo una dirección clara y un poco de compasión contigo.
Durante años nos han hecho creer que el autocuidado es opcional, un lujo, algo que te ganas cuando ya lo has dado todo. Una especie de descanso merecido después de haber cruzado todos los límites.
Cuidarte no debería ser el final del camino. Debería ser el punto de partida. No es egoísmo. No es debilidad. Es una forma de respeto hacia ti mismo. Una manera de decirte: también importo.
Porque si tú no estás bien, nada lo está del todo. Porque sostener a todos mientras tú te apagas, no es fortaleza. Es desgaste. Porque nadie puede escucharte si tú no te escuchas primero.
Nos han enseñado a aguantar, a rendir, a llegar. Pero no nos han enseñado a parar. A revisar cómo estamos. A reconocer cuándo ya es suficiente.
Y entonces pasa lo que sabes bien: vas tirando, sobreviviendo, aparentando. Hasta que un día te das cuenta de que no sabes ni cómo llegaste ahí. Solo que estás agotado, desconectado, en automático.
Ahí es donde empieza el cambio. Cuando eliges escucharte. Cuando entiendes que el cuerpo no te pide descanso por capricho. Te lo pide porque es urgente.
Si sientes que lo necesitas, que no sabes por dónde comenzar, o que lo has intentado todo menos escucharte de verdad, escríbeme. Mis mentorías emocionales están pensadas para eso: ayudarte a recuperar tu energía, tu calma y tu dirección.
No para que hagas más. Para que vivas mejor.
No estás agotado porque haces mucho. Estás agotado porque te olvidas de ti.
PROPUESTA PRÁCTICA para los días de verano y vacaciones:
Haz una pausa de diez minutos. Sin móvil. Sin distracciones. Solo tú contigo.
Siéntate en silencio y hazte esta pregunta con sinceridad: ¿Qué estoy necesitando de mí en este momento?
No busques grandes respuestas. Solo escucha. A veces, un gesto pequeño, real y posible, puede ser el inicio de un cambio profundo.
Cuidarte es urgente. Y este puede ser un buen momento para empezar. ¿Qué se te ocurre que puedes hacer hoy mismo? ¿Ahora mismo?
No sigas como si nada. No entres en el verano como si no pasara nada. La mayoría llegamos a este punto con la energía bajo mínimos: agotados, saturados, desbordados por dentro aunque por fuera sigamos funcionando. Y eso no es normal, aunque lo hayamos normalizado.
Hemos aguantado demasiado durante todo el curso y, sobre todo, en la recta final. Hemos estado en mil lugares y en con muy pocos momentos para nosotros. Y ahora, cuando por fin parece que toca descansar, ni siquiera sabemos cómo hacerlo.
Porque descansar sin sentido, sin propósito, sin saber qué necesitas de verdad… no sirve. No es raro sentir que algo no encaja. Que aunque todo parece estar bien, por dentro hay ruido, tensión, preguntas sin responder. Y eso no es debilidad. Es tu cuerpo, tu mente y tu corazón pidiéndote parar. Pidiéndote volver.
Porque no se trata solo de descansar. Se trata de cómo descansas. Y de para qué lo haces.
El verano no tiene por qué ser solo sol, playa y muchos planes. Puede ser tu punto de inflexión. Un antes y un después. Un espacio para reconectar contigo. Para mirarte sin prisa. Y para decidir cómo quieres vivir lo que viene.
Este es el momento. Justo ahora. Antes de llenar tu agenda de cosas “para desconectar”, este es el momento para mirar hacia dentro y preguntarte con honestidad:
¿Qué necesito de verdad?
¿Qué me ha pasado por dentro estos meses?
¿Cómo quiero vivir este verano?
¿Qué quiero recuperar de mí que he dejado olvidado?
No hay vacaciones plenas si no sabes de qué necesitas descansar. No hay descanso real si no sabes qué te ha dolido, qué te ha faltado, qué necesitas sanar.
Este es el momento perfecto para parar y escucharte. Y si no sabes cómo, te lo pongo fácil:
He creado la Escuela de Verano Online: Un viaje para ti. No es un curso más. Es una experiencia transformadora. 3 sesiones en directo, prácticas, profundas y cercanas para que este verano sea TU momento. Para que dejes de vivir en modo “aguanta” y empieces a vivir en modo “me cuido”.
Te acompaño paso a paso. Sin presión. Sin exigencias. Con herramientas que funcionan, con apoyo real y con mucho corazón.
¿Te animas? Escríbeme y te cuento cómo apuntarte. Porque no hay mejor inversión este verano… que en ti.
Saber cómo estás no es un capricho, es el primer paso para vivir mejor lo que viene.
PROPUESTA PRÁCTICA: Para terminar el curso con más sentido
Escribe en el diario de sentimientos cómo llegas al final de este curso. Sé honesto. No maquilles nada. Solo escríbelo.
Pregúntate qué necesitas de verdad para este verano. Y no respondas con un “nada” o “ya descansaré”. Respóndete con lo que tu corazón lleva tiempo pidiendo.
Haz algo pequeño cada semana solo para ti. Un paseo sin móvil. Una mañana sin hacer nada. Una conversación contigo mismo/a. Algo que te devuelva tu ritmo, tu luz, tu dirección.
Ha terminado el curso. Has dado lo mejor de ti: en tu trabajo, en tu familia, en los cuidados a los demás. Has estado para todos. Pero… ¿has estado para ti?
¿Te has permitido parar de verdad? ¿Te has escuchado? ¿Te has cuidado con el mismo cariño que das a los demás?
El verano no es solo calor, descanso y desconexión. Es una oportunidad para reconectar contigo. Para soltar lo que ya pesa, descansar por dentro y recuperar el rumbo. Es el tiempo de la luz, del fruto, de la claridad. Puede ser el momento en que vuelves a ti con ilusión, con energía renovada y con un propósito más claro.
Por eso nace la Escuela de Verano: Un viaje para ti.
Un espacio online, íntimo y muy práctico. Tres sesiones pensadas para empezar el verano como lo mereces: con calma, con intención y con fuerza.
Fechas 7, 8 y 9 de julio De 9:00 a 11:00 (hora de Canarias) Online, en directo
¿Cuánto cuesta la Escuela de Verano? Solo 63€.
Una pequeña inversión para un gran cambio: herramientas prácticas, acompañamiento cercano y un camino claro para darle rumbo a tu verano… y a tu vida.
Por menos de lo que cuesta una cena para dos, te llevas un verano entero para ti. Porque invertir en ti no tiene precio.
Incluye
Tres encuentros con dinámicas potentes, sencillas y transformadoras
Material exclusivo para acompañarte durante todo el verano
Tu plan emocional personalizado
Tu brújula del verano
Y lo más importante: un espacio solo para ti
¿Para quién es esta propuesta?
Para ti, que enseñas, cuidas, acompañas, sostienes. Para ti, que llegas al verano cansada, pero con el deseo de volver a sentirte bien. Para ti, que sabes que necesitas parar, respirar y mirar hacia dentro. Para ti, que quieres comenzar el verano con propósito, con sentido y con otra energía.
¿Por qué hacer este viaje?
Porque no necesitas más carga. Necesitas una pausa que te transforme. Porque cuando tú estás bien, todo a tu alrededor mejora. Porque el verano puede ser mucho más que descanso: puede ser el momento en el que te vuelves a elegir.
Plazas limitadas Si quieres unirte, MATRICÚLATE en este ENLACE o escríbeme y te envío todos los detalles.
Te espero en este viaje. El viaje más importante: el que te lleva de vuelta a ti.
Empieza el verano. Y con él, los planes, las vacaciones, el cambio de ritmo. Todo parece diseñado para que desconectemos, para que por fin descansemos. Pero muchas veces, detrás de esa desconexión, lo que realmente ocurre es otra cosa: seguimos funcionando. Solo que con ropa más ligera.
¿Y si este verano no se tratara de hacer más cosas, sino dedicar tiempo para ti?
No hace falta llenarse de actividades para que el verano tenga sentido. Lo que necesitamos, muchas veces, no es salir fuera, sino mirar hacia dentro. No necesitamos más estímulos, necesitamos tiempo de calidad para nosotros.
Por qué es importante dedicarnos tiempo
Porque llevamos meses cumpliendo, educando, cuidando, aguantando, dando más de lo que teníamos. Porque si no hacemos tiempo para nosotros, nadie va a venir a darnos permiso. Porque cuidarnos no es un lujo. Es necesidad. No lo olvidemos jamás.
Dedicarnos tiempo a cuidarnos, a descansar no es egoísmo. Es reconocer que también somos importantes. Que no podemos seguir postergándonos. Que no podemos ser el último plan. Que no podemos dejarnos para el final.
El cuerpo pide descanso, sí. Pero también lo piden la mente, las emociones, el alma. Y eso no se cura con una semana de playa ni con dormir un poco más. Se empieza a sanar cuando decidimos volver a nosotros.
Qué pasa cuando nos elegimos
Empezamos a sentirnos más ligeros, sin tanto peso interno
Tomamos decisiones más coherentes, más alineadas con nosotros
Recuperamos energía sin tener que demostrar nada
Nos escuchamos sin culpa, sin exigencias
Nos miramos con más amabilidad
Y, sobre todo, dejamos de vivir por inercia
Si no sabes por dónde empezar, no pasa nada
Estoy aquí para eso. Para acompañarte. Para que este verano no sea otro verano más. Para que no solo descanses, sino que te reconectes.
Mentorías individuales, grupos emocionales, procesos de verdad y humanos para personas que están cansadas de fingir que están bien.
Escríbeme y te cuento cómo puedes empezar. Porque no hay mejor plan de verano que volver a ti.
«No necesitamos más tiempo libre. Necesitamos tiempo para nosotros.»
PROPUESTA PRÁCTICA para este verano, te propongo algo sencillo, posible y real. Un pasaporte emocional que no te lleve a otro lugar, sino que te devuelva a casa. A ti.
Hay momentos en los que la vida se desordena. No sabes cómo salir de ahí, pero tampoco quieres rendirte. Sigues adelante con tus cosas por costumbre, por inercia, por dignidad… o por algo más profundo que a veces ni siquiera puedes explicar.
Y es que cuando todo se tambalea, no hace falta una solución milagrosa. Hace falta recordar lo que, en otros momentos, te ha ayudado a seguir. Eso que no siempre ves, pero que sigue ahí. Un hábito, un valor, una canción, una persona, un gesto cotidiano. Pequeñas cosas que te devuelven presencia, dirección, sentido.
Si estás leyendo esto, es porque sigues aquí. Y eso ya es mucho.
El problema no es no saber a dónde vas. El problema es olvidar de dónde viene tu fuerza para seguir adelante.
Por qué es tan importante reconocer lo que te sostiene
Porque nos han enseñado a exigirnos, pero no a valorarnos o cuidarnos. A resistir, pero no a agradecer lo que nos ha ayudado a resistir. Reconocer lo que nos sostiene nos devuelve a nosotros. Nos saca del piloto automático y nos conecta con algo más real y más íntimo: Nuestra historia, recursos, capacidad de seguir adelante incluso cuando todo se derrumba.
Y además:
Te permite parar el juicio y activar la gratitud
Reduce la sensación de estar perdido, sin rumbo
Refuerza tu autoestima desde lo vivido, no desde lo ideal
Disminuye el ruido mental y te da claridad
Te reconcilia con tu ritmo, sin exigencias ni comparaciones
Te devuelve el foco en lo que de verdad importa
Y si necesitas apoyo para sostener ese camino con más claridad, herramientas y compañía real, puedes formar parte del grupo privado Reinicia tu vida. Un espacio donde trabajar desde lo cotidiano y lo emocional, con seguimiento, práctica y propósito. También puedes unirte al grupo gratuito Energía y Equilibrio, donde cada semana compartimos propuestas como esta para ayudarte a reconectar contigo. No tienes que hacerlo solo. A veces, solo necesitas recordar que lo importante ya está en ti. Solo tienes que volver a escucharlo.
Lo que te hace seguir no es la fuerza. Es el sentido que le das a cada paso.
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu vida cotidiana
Esta semana, en lugar de seguir exigiéndote más… párate a reconocer todo lo que ya hiciste para llegar hasta aquí. Elige un día tranquilo. Coge una hoja y dibuja en el centro un símbolo que te represente hoy: una brújula, una estrella, un corazón. Lo que tú quieras. A su alrededor, escribe al menos seis cosas que más te han ayudado en otros momentos:
Una canción que te conectó contigo
Una persona que te acompañó sin pedir nada
Un valor que guió tus decisiones (como la honestidad, la libertad o la compasión)
Un recuerdo que te devolvió esperanza
Un hábito o gesto que te calma (como escribir, caminar, respirar, mirar el cielo)
Un objeto o espacio que te da seguridad
Para integrar esta práctica durante la semana, puedes elegir una o varias de estas acciones:
Escucha una canción que te conecte con tu fuerza
Escribe un mensaje a alguien que ha sido parte de tu sostén
Hazte una foto en un lugar que te reconecte contigo
Relee algo que escribiste en un momento difícil y reconócete
Cambia el fondo de pantalla del móvil por una palabra que te inspire
Regálate una pausa sin móvil solo para respirar y estar contigo
Cierra la experiencia con esta frase escrita a mano en tu diario de sentimientos y en una nota visible:
Hoy reconozco lo que me hace seguir. Y me lo agradezco.
¿De verdad no tienes tiempo, o simplemente no estás en tu propia lista de prioridades?
Vivimos convencidos de que no tenemos tiempo. Nos lo decimos en voz alta y también en silencio, como una justificación, una excusa, como un escudo o como actitud de resignación “es lo que hay”. Y sin darnos cuenta, convertimos esa idea en una forma de vida, ¿Vida?
Pero… ¿y si no fuera del todo cierto este de que «no tienes tiempo»? ¿Y si lo que ocurre no es que te falte tiempo, sino que has dejado de elegirte? ¿Y si lo que está ocurriendo es que estás funcionando al ritmo de los demás, de las circunstancias, de lo que crees que tienes que hacer sí o sí, y ya no recuerdas cómo suena tu propio ritmo?
Cuando dejamos de priorizarnos, lo urgente se come lo importante. Y lo importante, casi siempre, eres tú. Tu bienestar. Tu calma. Tu energía. Tu equilibrio. Lo que necesitas para no solo vivir, sino disfrutar, saborear, devorar…cada momento de tu día a día.
La agenda se llena. Pero tú no estás en ella, ¿verdad? Y eso tiene consecuencias y lo sabes: cansancio crónico, sensación de vacío, pérdida de sentido, apatía emocional.
Hoy no quiero proponerte una tarea más. Ni que te organices mejor. Quiero proponerte algo más profundo: Que vuelvas a estar presente en tu vida. Que seas importante.
Se trata de una nueva mirada hacia ti: ¿quién decide mi tiempo?
Revisa cómo usas el tiempo no es solo como una cuestión de productividad, sino como una cuestión de identidad. Porque cuando tú no decides tu tiempo, alguien o algo lo hace por ti.
Y ahí es cuando el agotamiento no viene solo por las tareas, el papeleo, la agenda… sino de sentir que no tienes el control de tu propia vida, de tu tiempo.
La buena noticia es que siempre puedes volver a tomar el timón. Y no hace falta hacerlo con un gran giro. A veces, basta con una decisión pequeña pero firme.
¿Cómo aplicar esto a tu vida cotidiana? Aquí tienes una propuesta sencilla, práctica y posible:
1. Observa tu tiempo con otra mirada Durante un día, anota en bloques de media hora en qué se va tu tiempo. Hazlo sin juicio. Solo observa. Después, subraya o marca:
Lo que hiciste por obligación
Lo que hiciste por los demás
Lo que hiciste desde la inercia
Lo que hiciste de verdad por ti
Verlo en el diario de sentimientos, con sinceridad y sin censurarte, simplemente es lo que vives.
2. Elige algo para ti No esperes a tener una hora libre o un día perfecto. Elige algo pequeño, cotidiano, que puedas hacer esta semana. Por ejemplo:
Dejar el ordenador a una hora concreta y descansar de forma consciente.
Tomar tu café o infusión sin móvil y sin culpa.
Decir no a una reunión o tarea innecesaria.
Escribir tres frases cada noche en tu diario de sentimientos por los que ha merecido la pena el día.
¿Sabes los beneficios de priorizarte, así, sin culpa?
Recuperas el sentido de lo que haces
Vuelves a conectar con tu energía natural
Tomas decisiones más alineadas contigo
Aprendes a soltar la culpa que aparece cuando te eliges
Construyes una rutina emocional que te sostiene
Te colocas, de nuevo, en el centro de tu vida (sin egoísmo, con responsabilidad)
¿Quieres avanzar en serio en tu vida y gestionar tu tiempo? Pues es hora de tomar decisiones de verdad para vivir con más calma, dirección y motivación, te invito a unirte a:
El grupo gratuito de WhatsApp “Energía y Equilibrio”: donde comparto propuestas semanales para reconectar contigo desde lo cotidiano.
O al grupo privado “Reinicia tu vida”: cuatro semanas de trabajo emocional profundo con acompañamiento personalizado en un grupo reducido.
Escríbeme y te cuento cómo puedes sumarte.
Tu bienestar no es una cuestión de tiempo. Es una cuestión de decisiones.
PROPUESTA PRÁCTICA: La he titulado «Tu agenda emocional»
Abre tu diario de sentimientos
Escribe estas dos preguntas y respóndelas con sinceridad:
¿Qué estás haciendo en tu día a día que no te permite dedicar ni un momento para ti?
¿Qué podrías hacer esta semana, aunque sea diez minutos para recuperar tu tiempo, tu vida, tus pasiones?
Elige algo concreto para ti. Escríbelo y comprométete al 100%.
Pega una nota en un lugar visible que te lo recuerde: Hoy, yo también estoy en mi agenda.
A veces, no es el agotamiento físico lo que más nos pesa. Es ese murmullo constante dentro de la cabeza. Esas preguntas que aparecen cuando todo está en silencio, cuando por fin te sientas cinco minutos y no hay nada que hacer, cuando ya no puedes evitar escucharte.
Te preguntas en voz baja, casi sin querer:
¿Esto es todo?
¿Por qué me siento así, si se supone que tengo lo que necesito?
¿Hasta cuándo voy a sostener este ritmo sin romperme?
La mayoría de las veces, lo que hacemos es mirar hacia otro lado. Llenamos la agenda, bajamos la mirada, nos convencemos de que “ya pasará”. Y puede que pase. Pero también puede que no. Porque lo que callas no se va. Solo se acumula.
Lo importante es entender que esas preguntas no son una señal de debilidad. Al contrario, son un síntoma de lucidez. Son una llamada de tu cuerpo, de tu mente, de tu vida emocional, diciéndote que algo no está encajando y que ya no puedes seguir viviendo en automático. No necesitas tener la respuesta clara. Solo necesitas dejar de ignorar lo que ya sabes que necesita atención.
Reconocer tu pregunta es el inicio de una transformación. No se trata de resolverlo todo hoy. Se trata de dejar de huir de ti.
¿Quieres seguir avanzando?
Si sientes que estás en ese punto donde no puedes seguir igual, te invito a formar parte del grupo gratuito de WhatsApp Energía y Equilibrio. Y si deseas trabajar más profundamente tu proceso, también puedes unirte al grupo privado de mentoría Reinicia tu vida, donde trabajamos en profundidad con herramientas prácticas, acompañamiento cercano y dirección emocional.
Puedes escribirme directamente para que te cuente cómo unirte. No tienes que hacerlo solo. El primer paso puede ser hoy.
Nombrar una pregunta es un acto de valentía. Escucharla es el primer paso hacia ti.
PROPUESTA DE TRABAJO: Aplicación para tu vida cotidiana
Cuando te sientas sin rumbo o desconectado de ti, no busques una solución rápida. Crea un espacio donde puedas observar esa pregunta con calma. Puedes escribirla, dibujarla o simplemente nombrarla en voz baja. Hazlo sin exigencias. Hazlo para recordarte que sentirte perdido también es parte del proceso y te ayudará a:
Te permite ponerle palabras a lo que sientes
Alivia la sensación de carga mental y emocional
Refuerza tu capacidad de conectar contigo desde la verdad
Te ayuda a salir del piloto automático con más conciencia
Te acerca a decisiones más alineadas con lo que necesitas de verdad
Deja que aparezca. Sin filtros ni forma perfecta. Después, escribe una sola palabra que describa cómo te hace sentir esa pregunta. Y completa con esta afirmación:
Hoy no necesito respuestas. Necesito presencia.
Repite este ejercicio durante tres días. No busques un resultado. Solo observa cómo cambia tu forma de estar contigo.
¿Te ha pasado alguna vez que tienes muy claro lo que quieres… pero te quedas quieto? Sabes lo que te ilusiona. Lo que te haría bien. Incluso sabes lo que ya no tiene sentido en tu vida. Y aun así… sigues haciendo scroll, cumpliendo rutinas o esperando ese momento ideal que no termina de llegar.
No estás solo. Yo también estuve ahí. Con las ideas claras, pero con el alma apagada. Hasta que entendí algo muy simple (y muy incómodo): pensar no transforma. Actuar, sí.
No hace falta hacer un gran cambio de vida. No necesitas mudarte a Bali, dejarlo todo o escribir un libro para sentir que estás avanzando. Solo necesitas elegir un paso pequeño, concreto y con sentido. Uno que te conecte contigo. Que no hagas por obligación, sino por convicción. Que no te agote, sino que te devuelva energía.
El primer paso hacia tu propósito no tiene que ser perfecto. Solo tiene que ser verdadero.
Lo que ocurre cuando pasas a la acción
Cuando decides moverte desde dentro, aunque sea poquito, pasan cosas importantes:
Recuperas energía, porque dejas de sentirte bloqueado
Refuerzas tu confianza, porque actuar alimenta la autoestima
Te acercas a lo que te importa
Te sientes menos perdido, aunque no tengas todas las respuestas
Y sí, hasta puedes reírte un poco de ti mismo. Que eso también libera.
¿Y si no sabes por dónde empezar? Si te sientes estancado, si sabes lo que quieres pero no cómo avanzar, no pasa nada. Estuve ahí. Y sé lo que se siente.
Acompañar a personas que quieren reenfocarse y reencontrarse con su propósito es justo lo que hago. Por eso, te invito a unirte a mi grupo gratuito de WhatsApp: Energía y Equilibrio. Ahí empezamos por pasos sencillos, trabajamos con ejercicios reales y nos acompañamos sin juicios. Si sientes que este puede ser tu primer paso, escríbeme. Estaré encantado de ayudarte a empezar.
Porque tu propósito no se aplaza. Se vive. Y se practica. Cada día.
El propósito no se encuentra. Se practica. No lo busques fuera. No lo esperes. Hazlo real. Hazlo tuyo. Hazlo hoy.
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu día a día. Esta semana, abre tu diario de sentimientos y escribe lo siguiente:
“Mi primer paso es…”
Completa esa frase con algo simple, simbólico y real. Aquí van algunas ideas:
Apuntarte a eso que llevas tiempo postergando
Decir no a algo que ya no va contigo
Recuperar un hábito que te hacía bien
Mandar ese mensaje que te da vueltas
Caminar sin rumbo solo para respirar
Elige uno. Hazlo. Y luego, escribe en tu diario de sentimientos cómo te ha hecho sentir. ¿Ha cambiado algo en ti al moverte? ¿Dónde estás emocionalmente después de dar ese paso?
Hay etapas en las que funcionamos en modo automático. Cumplimos. Respondemos. Aguantamos. Y aunque desde fuera parece que todo está bien, por dentro… algo se ha apagado.
No hablamos de una crisis enorme, ni de una tragedia existencial. Hablamos de ese momento en el que te das cuenta de que hace tiempo no te emocionas con nada. No te ríes con ganas. No te ilusionas. No vibras. Como si hubieras desconectado de lo que te hace ser tú.
A mí también me pasó. Y no fue de golpe, fue poco a poco. Hasta que un día me di cuenta de que me había alejado tanto de mí, que casi no me reconocía. Y tuve que volver. No a la vida que tenía, sino a la parte de mí que había dejado olvidada.
Por eso, te propongo una pausa. Pero no para pensar más. Sino para recordar. Para reconectar con eso que te enciende por dentro, que te hace vibrar, que te devuelve el brillo.
¿Por dónde empezar? Hazlo fácil. Abre tu diario de sentimientos y crea tu propio collage de vida. Divide la hoja en tres partes:
Primero, recuerda dos o tres momentos de tu vida en los que te hayas sentido realmente vivo. Esos días en los que dijiste: “Aquí sí. Aquí estoy yo.”
Después, anota qué había en esos momentos. Qué hacías, qué sentías, y qué valor estaba presente. Puede ser libertad, alegría, conexión, juego, creatividad.
Por último, elige un solo elemento de esos momentos. Uno que hoy quieras recuperar. Escríbelo grande. Dibuja algo. Sombrea la palabra. Hazlo importante.
Y termina con esta frase: Hoy recuerdo que lo que me enciende por dentro es…
Te aseguro que algo se mueve cuando haces esto. No necesitas grandes cambios para volver a ti. Solo tienes que empezar a integrar, poquito a poco, aquello que ya sabes que te hace bien. Puede ser una canción que olvidaste. Una rutina pequeña que te conectaba contigo. Un espacio para algo que hacías solo por placer. Una conversación pendiente con tu parte más auténtica. Después de hacer tu collage, mira qué puedes recuperar hoy. No mañana. No el lunes. Hoy. Y anótalo en tu diario de sentimientos. Pregúntate: ¿Cómo me he sentido al recordarlo? ¿Qué emociones han aparecido? ¿Qué parte de mí se ha despertado?
¿Y qué ganas con esto?
Ganas energía, porque dejas de ir contra ti
Ganas claridad, porque te acuerdas de lo que te importa
Ganas presencia, porque vuelves a estar contigo
Ganas ilusión, aunque sea en dosis pequeñas
Y ganas verdad. Tu verdad.
Volver a ti no es egoísta. Es urgente. A veces recordar duele. Porque al ver lo que te hacía bien, te das cuenta de cuánto tiempo llevas lejos de ti. Y eso, aunque es incómodo, también puede ser el punto de partida.
Si quieres acompañamiento para reconectar con tu energía, tus emociones y tu propósito, estás invitado a unirte a mi grupo de WhatsApp: Energía y Equilibrio. Es gratuito, cercano y diseñado para que vuelvas a ti sin exigencia, sin juicio y con mucha humanidad. Escríbeme y te cuento cómo empezar.
Porque tu vida merece más que funcionar. Merece brillar. Aunque sea poco a poco.
No estás perdido. Solo habías olvidado lo que te emocionaba. Y eso se puede recordar.