Sabemos de la importancia del autocuidado para mantener una buena salud física, mental, emocional y espiritual, pero a menudo no lo llevamos a cabo argumentando la falta de tiempo. Sin embargo, esto suele ser más una excusa que una realidad. A lo largo de la jornada buscamos tiempo para comer de forma saludable o hacer algo de ejercicio, pero rara vez reservamos un espacio para hacer reflexión interna y evaluar cómo nos encontramos, hacia dónde nos dirigimos, qué necesitamos… ¿Qué se esconde realmente detrás de la justificación de la falta de tiempo?
No se trata tanto de decir «no tengo tiempo«, sino más bien «no tengo tiempo para qué«. Cuando respondemos a la pregunta ¿Para qué? comenzamos a ser nuestra prioridad, este es el primer paso hacia nuestro bienestar. Tomar el tiempo para sentirnos y escucharnos es fundamental si queremos lograr cuidarnos, comprendernos, valorarnos y respetarnos.
En numerosas ocasiones, el pretexto de la falta de tiempo es una manera de conformarse, de no organizarse de forma más efectiva y de eludir responsabilidades, evitando así tomar ciertas decisiones. A menudo no hacemos todo lo posible para cambiar la situación, lo intentamos, pero flojito. Detrás de la excusa de ‘no tengo tiempo’, en realidad se esconde un ‘no quiero’ disfrazado de un ‘no me apetece’, ‘no me interesa’ o ‘no me gusta’…. En definitiva “no es una prioridad”, y si no somos nuestra propia prioridad ¿Qué ocurre? Que dejamos de ser los protagonistas de nuestra vida, por lo tanto, nuestra felicidad y salud, también la emocional, están principalmente determinadas por el entorno, las circunstancias, los demás.
Tomemos las riendas de nuestra vida y busquemos momentos para cuidarnos en nuestra rutina diaria. No justifiquemos nuestra falta de autocuidado con la excusa de no tener tiempo, porque esto no es nada más que miedo: a enfrentarnos con nuestra realidad, a tomar decisiones que nos lleven al cambio, a la falta de disciplina, porque cuidarse supone cierto esfuerzo, a reconocer que no somos quienes deseamos ser o a sentir decepción por nuestra situación actual. En resumen, se trata del miedo a aceptarnos tal como somos y, desde esta realidad, comenzar a dedicar tiempo para nosotros. Con lo cual, seguimos igual, hasta que llega el momento en que nos convertimos en robots que simplemente cumplen funciones sin ser conscientes de su desgaste personal y emocional. Un día estallamos y lo psicomatizamos, enfermamos. Nuestra dimensión corporal nos advierte que necesitamos urgentemente tiempo para cuidarnos. Pongámonos manos a la obra antes de que sea muy tarde.
¿Cómo vencer la excusa de ‘no tengo tiempo’?
- Actuar es la clave principal y fundamental. Cambiar nuestra actitud frente a las cosas, comenzar a cuidarnos conscientemente con pequeñas acciones, dedicar un tiempo para nosotros todos los días y, sobre todo, querer encontrar formas de lograrlo. Lo motivacional es fundamental. Buscar la razón del para qué cuidarnos.
- Priorizar: Identificar lo verdaderamente urgente en lugar de abrumarnos con todo lo pendiente, para evitar ansiedad. Algunos asuntos pueden esperar, mientras que otros son esenciales. Porque nuestro bienestar también pasa por dejar cosas sin hacer. Nuestra salud y bienestar son primordiales y, en ocasiones, urgentes.
- Organizarse: Aceptar nuestras limitaciones, el autoconocimento es imprescindible. No podemos llegar a todo, el tiempo es limitado, y hay que planificar nuestras tareas diarias centrándonos en lo crucial. Reservando tiempo para uno mismo.
- Evitar la automatización: Tomarse un descanso, ser conscientes del momento presente y de nuestras necesidades. Buscar la manera para estar presentes en lo que hacemos y buscar tiempos y espacios para parar.
- Realizar tareas de manera ordenada y planificada: Con conciencia y enfoque, una a la vez. Obtendremos mejores resultados y disfrutaremos del proceso. Nos sentiremos mejor.
- Recompensarnos al completar una tarea difícil. Estimulará nuestra automotivación.
- Ser honestos: No obligarnos a hacer cosas que no nos interesan o para las que no estamos listos. Si no soy capaz o no puedo, decirlo. Es fundamental decidir lo qué podemos y queremos y qué no.
- Evitar sobrecargarse con tareas que generen malestar. Recordemos siempre que la salud mental y emocional son prioritarias. Busquemos ayuda si es necesario y deleguemos tareas.
En resumidas cuentas. Cuando nos damos un tiempo para cuidarnos, ¡es como darle un abrazo a nuestro propio ser! Esto no solo nos hace sentirnos bien, sino que también es una inversión a medio y largo plazo en nuestra salud y bienestar. ¡Y no es solo eso! Cuidarnos es un acto de puro amor propio que se nota en nuestro entorno, contagiando positividad a nuestro alrededor. Aprender a cuidarnos es mucho más que satisfacer nuestros antojos del momento, es nutrir cada parte de nuestro ser: cuerpo, mente, corazón y alma. Preguntas como «¿Qué necesito hoy?», «¿Qué me falta?» o «¿Qué me haría feliz?» son las clave para impulsar nuestro bienestar diario. Así que, ¡dediquemos tiempo para nosotros, que nos lo merecemos!
El bienestar emocional debe formar parte de nuestra rutina diaria. Cuidarse es preguntarnos “¿qué necesito?” y actuar sin esperar para “cuando tenga tiempo”.
PROPUESTA DE TRABAJO: ante la excusa del tiempo que te pones para no cuidarte. Haz este ejercicio de reflexión y acción:
- Frente a la falta de tiempo, la pregunta que surge es: ¿Dónde encontrarlo? ¿Es posible que no encuentres un momento en las 24 horas diarias y las 168 semanales para el autocuidado? ¡Es difícil de creer! ¿Vale la pena posponer tu cuidado? La respuesta es no, por lo que te pregunto ¿Qué acción concreta y alcanzable tomarás para reservar tiempo para ti cada día?
- Habitualmente te saboteas y negocias contigo mismo diciéndote: Mañana empiezo, estoy cansado, no es el momento…Al final te estás autoengañando. Tienes que conocer tus debilidades, no olvides que tu principal enemigo eres tú. Sé firme en las decisiones que tomes. ¿Qué vas a hacer cuando pongas la excusa del tiempo?
- Nunca debes compararte con otros. Por mucho que te esfuerces, tu vida y circunstancias son únicas. Debes cuidarte basándote en tu propia realidad, sin compararte con nadie. A menudo, abandonamos por no aceptar nuestras limitaciones. Tu tiempo es el que es. ¿Con qué cuantas para comenzar autocuidarte?
- Por último, es importante superar los obstáculos emocionales: durante los días estresantes y agotadores, es normal que intentes justificarte. Sin embargo, en esos momentos cuando realmente necesitas mantener la fortaleza y recordar que cuidarte te traerá beneficios, ayudándote a relajarte y desconectar. Al hacerlo, liberarás endorfinas y adrenalina, proporcionándote la energía y bienestar que necesitas. Ten confianza en ti mismo. ¿Se te ocurre algún ejercicio para esos días difíciles y complicados? Te propongo dos: la relajación – concentración y un buen paseo por un entorno natural.
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