Para muchas personas, tomar decisiones importantes en la vida les supone un cierto temor o al menos incertidumbre, por si se elige incorrectamente. En nuestra vida estamos continuamente tomando decisiones, unas son simplemente para nuestro caminar diario y otras, sin embargo, pueden determinar nuestro futuro. Tomar una buena decisión consiste en trazar el objetivo que se quiere conseguir, reunir toda la información relevante y tener en cuenta las preferencias del que tiene que tomar dicha decisión. Si queremos hacerlo correctamente, debemos ser conscientes de que una buena decisión es un proceso que necesita tiempo y planificación. En las prácticas 23 y 25 se trabaja este tema.
Una buena inteligencia emocional nos ayuda a tomar buenas decisiones desde la realidad objetiva y concreta de cada uno