¿Qué nos impulsa a levantarnos por las mañanas? ¿Qué nos inspira a seguir adelante y por qué lo hacemos? ¿Para quién y con qué propósito? La respuesta está en la conexión entre nuestras emociones, la motivación y la inteligencia emocional. Estos elementos son esenciales para nuestro desarrollo personal y profesional.
Las emociones y la motivación están estrechamente relacionadas, siendo esenciales en la vida. La motivación nos ayuda a perseverar, a levantarnos tras una caída y a aprender de nuestros errores. Nos impulsa a realizar acciones extraordinarias desde nuestro interior, mientras que las emociones actúan como un motor en nuestro corazón que nos incita a actuar. Ambos elementos son vitales y se complementan perfectamente. Conocer y reconocer nuestras emociones, así como la fuerza de nuestra automotivación, son pilares de la Inteligencia Emocional, siendo la automotivación fundamental para nuestro crecimiento personal y profesional. En resumen, las emociones actúan como un motor motivador, de la misma manera que la motivación puede influir en nuestras emociones. Ambas son fundamentales para nuestro desarrollo personal, profesional y emocional. Las emociones tienen la capacidad de motivar de distintas maneras, ya sea de forma directa o a través de lo que deseamos. La alegría es la emoción primaria que más nos ayuda a acercarnos nuestras metas gratificantes y a aumentar nuestro optimismo frente a cualquier situación cotidiana. Si trabajamos para contar con un estado de alegría, mejorará nuestra motivación para lograr lo que deseamos.
¿Cómo lograr la motivación que necesitamos a diario? Los motivos que nos impulsan cada día son como peldaños que nos elevan para superar desafíos. Si estos peldaños no existen o fallan, todo puede desmoronarse. Por eso, necesitamos metas que nos trasciendan; hacer cosas que realmente nos hagan mejores personas y contribuyan a transformar el mundo en un lugar mucho mejor. Vivir el presente no es suficiente, necesitamos objetivos con un valor significativo para nosotros, convirtiéndose en una fuerza interna que nos impulse, nos llene de esperanza y nos guíe con claridad en nuestra vida diaria. Y es que, tenemos que vivir cada día, cada momento, cada experiencia con plenitud, enfocándonos en lo que nos hace crecer y avanzar. Reconocer nuestros logros y manteniendo un pensamiento positivo y realista que estimule nuestra motivación.
Cuando tenemos claras nuestras metas y objetivos, la pasión por alcanzarlos se convierte en una fuente poderosa de motivación, impulsándonos a la acción. La motivación se convierte en nuestra principal aliada para mantener la alegría, el entusiasmo, el optimismo y la determinación en nuestro camino hacia el logro de nuestras metas.
Porque la motivación es la que nos ayuda a establecer metas y objetivos en nuestra vida y a potenciar nuestro bienestar emocional y la realización personal que tanto anhelamos. ¡Encuentra lo que te motiva y deja que esa motivación te guíe hacia una vida plena y satisfactoria!
¡Cada día es una nueva oportunidad para avanzar hacia tus sueños!
PROPUESTA DE TRABAJO: Te propongo una actividad que te llevará algún tiempo:
- Se trata de hacer un horario de motivación. Que al menos una vez al día dediques un tiempo y espacio para hacer algo que te motive, que te haga sentir bien. Puedes hacer un plan quincenal en el que marques una actividad cada día (es importante concretar el momento del día) y comprometerte a llevarlas a cabo. Al final de este tiempo, haz balance, reflexiona sobre los resultados y haz un nuevo plan (puedes repetir actividades)
- Para seguir trabajando ENLACE