¿Te ha pasado alguna vez que tienes muy claro lo que quieres… pero te quedas quieto? Sabes lo que te ilusiona. Lo que te haría bien. Incluso sabes lo que ya no tiene sentido en tu vida. Y aun así… sigues haciendo scroll, cumpliendo rutinas o esperando ese momento ideal que no termina de llegar.
No estás solo. Yo también estuve ahí. Con las ideas claras, pero con el alma apagada.
Hasta que entendí algo muy simple (y muy incómodo): pensar no transforma. Actuar, sí.
No hace falta hacer un gran cambio de vida. No necesitas mudarte a Bali, dejarlo todo o escribir un libro para sentir que estás avanzando. Solo necesitas elegir un paso pequeño, concreto y con sentido. Uno que te conecte contigo. Que no hagas por obligación, sino por convicción. Que no te agote, sino que te devuelva energía.
El primer paso hacia tu propósito no tiene que ser perfecto. Solo tiene que ser verdadero.
Lo que ocurre cuando pasas a la acción
Cuando decides moverte desde dentro, aunque sea poquito, pasan cosas importantes:
- Recuperas energía, porque dejas de sentirte bloqueado
- Refuerzas tu confianza, porque actuar alimenta la autoestima
- Te acercas a lo que te importa
- Te sientes menos perdido, aunque no tengas todas las respuestas
- Y sí, hasta puedes reírte un poco de ti mismo. Que eso también libera.
¿Y si no sabes por dónde empezar? Si te sientes estancado, si sabes lo que quieres pero no cómo avanzar, no pasa nada. Estuve ahí. Y sé lo que se siente.
Acompañar a personas que quieren reenfocarse y reencontrarse con su propósito es justo lo que hago. Por eso, te invito a unirte a mi grupo gratuito de WhatsApp: Energía y Equilibrio. Ahí empezamos por pasos sencillos, trabajamos con ejercicios reales y nos acompañamos sin juicios. Si sientes que este puede ser tu primer paso, escríbeme. Estaré encantado de ayudarte a empezar.
Porque tu propósito no se aplaza. Se vive. Y se practica. Cada día.
El propósito no se encuentra. Se practica. No lo busques fuera. No lo esperes. Hazlo real. Hazlo tuyo. Hazlo hoy.
PROPUESTA PRÁCTICA: para tu día a día. Esta semana, abre tu diario de sentimientos y escribe lo siguiente:
“Mi primer paso es…”
Completa esa frase con algo simple, simbólico y real. Aquí van algunas ideas:
- Apuntarte a eso que llevas tiempo postergando
- Decir no a algo que ya no va contigo
- Recuperar un hábito que te hacía bien
- Mandar ese mensaje que te da vueltas
- Caminar sin rumbo solo para respirar
Elige uno. Hazlo. Y luego, escribe en tu diario de sentimientos cómo te ha hecho sentir.
¿Ha cambiado algo en ti al moverte?
¿Dónde estás emocionalmente después de dar ese paso?
