NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y PENSAMIENTO CRÍTICO

¿Eres autocrítico? ¿Posees la inteligencia emocional necesaria para tomar decisiones fundamentadas? Con frecuencia, las emociones pueden incidir en nuestras decisiones y acciones en situaciones específicas. Pero ceder ante los impulsos puede derivar en la pérdida de control y desenlaces no deseados.

No obstante, resulta interesante resaltar que el proceso de desarrollar el pensamiento crítico en la vida y con nuestros mismos sería más fácil si supiéramos gestionar nuestras emociones de manera más efectiva. Este aspecto, quizás, representa nuestro principal reto y, al mismo tiempo, es un dilema sobre los problemas que se observan en la sociedad actual: Actuar sin reflexionar, desinformación, cientos de corrientes de opinión, sentir sin analizar…

Entonces, ¿Qué es el pensamiento crítico? El pensamiento crítico es la habilidad para analizar a fondo una situación y formar una opinión personal.

  • En términos generales, el proceso de pensamiento crítico implica la capacidad de recopilar información y datos, evaluar circunstancias, y proponer posibles soluciones.
  • Una característica clave del pensamiento crítico es la objetividad, evitando que los prejuicios, las emociones o las suposiciones personales afecten la forma de razonar, lo cual suele ser lo más desafiante en este proceso, dado que, al final, somos humanos y a veces nos dejamos llevar por lo emocional. Por eso es tan importante ser competentes emocionales.

En definitiva, un pensador crítico competente debe abordar las cosas considerando el contexto y los datos recopilados de manera imparcial. Según la sabiduría popular, el pensamiento crítico sería no quedarse con lo primero que te dicen. Se trata de cuestionar lo que se da por sentado en la vida cotidiana. Es crucial desarrollar esta habilidad hoy en día, ya que todo ocurre rápidamente y a menudo no somos plenamente conscientes de lo que percibimos, escuchamos o entendemos. Es fundamental aprender a detenerse, reflexionar, analizar, comprender y tomar decisiones.

¿Qué podemos hacer para activar la mente o hacer crecer el pensamiento crítico?

Se ha demostrado que las emociones influyen de manera constante en la toma de decisiones y son la principal causa de los errores más comunes que observamos en nuestro tiempo al no aplicar eficazmente el pensamiento crítico. Si queremos desarrollar un buen pensamiento crítico tenemos que trabajar habilidades clave como la observación y la escucha activa.

Estas habilidades, estrechamente relacionadas con la Inteligencia Emocional, nos brindan las herramientas necesarias para examinar detalladamente una situación y, a partir de ahí, formar nuestra propia conclusión. Sin embargo, para lograr este propósito, la objetividad es clave. Por lo tanto, debemos ser capaces de separarnos de las emociones y analizar cada situación sin ser influenciados por lo emocional. ¿Es complicado? Sí, requiere práctica, pero no es imposible.

Entonces, ¿debemos ignorar las emociones? Una persona emocionalmente competente entiende que las emociones nos protegen, nos ayudan a adaptarnos, cuidarnos y brindarnos información. Si las emociones nos impiden actuar adecuadamente, distorsionan la realidad o magnifican las situaciones, no podremos tomar decisiones acertadas. Por eso es tan importante reconocer y reconocernos en nuestras emociones como una herramienta poderosa, es lo que conocemos como inteligencia emocional. Esta habilidad es esencial para desarrollar el pensamiento crítico.

Ambas habilidades, pensamiento crítico e inteligencia emocional, son imprescindibles para el éxito personal y profesional. Al desarrollarlas conjuntamente, potenciamos nuestra capacidad para enfrentar desafíos y tomar decisiones acertadas y equilibradas. Al tener una buena Inteligencia Emocional, el pensamiento crítico se vuelve más claro, profundo y eficaz.

«Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto»

Aristóteles

PROPUESTA DE TRABAJO: Te propongo algunas propuestas que puedes desarrollar para trabajar el pensamiento crítico con Inteligencia Emocional:

  1. Análisis de pensamiento: En el ámbito del pensamiento crítico, es crucial la capacidad de analizar datos de diversas fuentes para llegar a conclusiones sólidas, eliminando ideas preconcebidas y evaluando toda la información disponible. Frente a un problema que requiera un análisis detallado, es fundamental considerar las emociones implicadas, tanto propias como de otras personas afectadas por la situación o su resolución.
  2. Actitud abierta: Implica dejar de lado prejuicios personales para analizar la información de forma objetiva, basando las conclusiones en datos concretos. Una mentalidad abierta es fundamental en inteligencia emocional y competencias comunicativas, permitiendo apreciar distintas perspectivas, opiniones e ideas sin prejuicios ni críticas defensivas.
  3. Resolución de problemas: En la toma de decisiones, es esencial llegar a una conclusión apropiada basada en toda la información disponible. El pensamiento crítico favorece la resolución de desafíos tanto en el ámbito laboral como en la vida diaria.
  4. Manejo de emociones: Capacita para abordar conflictos de manera más asertiva, como situaciones de injusticia que pueden generar frustración y rabia.
  5. Autorregulación: Implica regular pensamientos y gestionar emociones, evitando prejuicios para llegar a la conclusión adecuada. La capacidad de gestionar pensamientos, acciones y emociones se logra mediante técnicas personales que permiten analizar el entorno y modular respuestas emocionales para adaptarse al entorno.
  6. Observación: Permite explorar más allá de lo evidente, desarrollar diferentes enfoques e identificar obstáculos al analizar pensamientos y emociones para comprender lo que sucede y reconectar con experiencias pasadas.
  7. Interpretación: Valorar la importancia de la información en cada escenario es crucial para alcanzar conclusiones precisas, donde la intuición, vinculada estrechamente a nuestras emociones, desempeña un papel fundamental.
  8. Evaluación: Ante cuestiones complejas, se requieren decisiones fundamentadas y basadas en todos los datos disponibles. La Inteligencia Emocional facilita esta evaluación aportando optimismo realista.
  9. Comunicación: Es fundamental comunicar nuestras decisiones y conclusiones de forma efectiva y clara, respaldando con pruebas, especialmente cuando existen varias respuestas. La inteligencia emocional contribuye a crear una comunicación efectiva, armoniosa y empática, superando barreras comunicativas.

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