LA VIDA COMO UN CARNAVAL

¡La fiesta más grande del año está a la vuelta de la esquina! El Carnaval es pura magia, llena de música, color y fantasía. Además, es una celebración con mucha historia y tradición, ¡una oportunidad perfecta para disfrutar! Potenciemos nuestra creatividad con disfraces originales, interpretando personajes y siempre con los demás ¡Qué fiesta tan emocionante! Así que no lo pienses más, ¡es hora de poner manos a la obra y comenzar el carnaval!

Pero, ¿Qué sucede cuando termina el carnaval y seguimos utilizando máscaras, representando personajes? Es una realidad, que por desgracia ocurre y nos ocurre ¿Es todo lo que vemos verdadero? En la mayoría de las veces nos presentamos al mundo como las personas que queremos que vean, pretendiendo que todo en nuestras vidas es perfecto. Utilizamos máscaras para ocultar nuestras debilidades y carencias, y para obtener la aprobación y aceptación de los demás y de nosotros mismos. Pero, ¿realmente necesitamos usarlas? Muchas de estas máscaras las usamos sin darnos cuenta, son casi parte de nuestra personalidad, pero no de nuestra identidad. Y cuando se rompen, descubrimos nuestro verdadero «yo», desenmascarándonos ante los demás y también ante algunos aspectos de nuestra vida que desconocíamos.

La propuesta es que en lugar de ocultar nuestros miedos y carencias detrás de nuestras máscaras, aprendamos a expresarnos con confianza y libertad, sin temor a ser vulnerables. ¿Por qué es importante ser auténtico y no usar máscaras en nuestra vida? Pero, ¿por qué creemos que tenemos que ponernos máscaras ante los demás y nos cuesta mostrar lo maravillosos que somos? Porque no dedicamos tiempo a autoconocernos, a conocer nuestros talentos, dones y capacidades que nos definen y nos hacen ser nosotros mismos. Tenemos que aprender a quitarnos las máscaras para vivir nuestras vidas con autenticidad. No hay nada más valioso que ser nosotros mismos y mostrar nuestra identidad sin ningún tipo de filtro.

A menudo, disfrazamos nuestras emociones reales detrás de una máscara, protegiéndonos de las miradas, opiniones y juicios de los demás. Es nuestra manera de ocultar nuestros verdaderos sentimientos y nuestra forma natural de comportarnos. ¡Pero no más! Es hora de que dejemos caer la máscara y dejemos que brille nuestra verdadera personalidad. ¿Qué nos frena para no quitarnos las máscaras? El miedo, por eso, el primer paso que debemos dar es entender por qué nos ponemos una máscara y comprender los miedos que hay detrás de ella. Y lo segundo es conocer las consecuencias del uso de máscaras, sobre todo emocionales, porque cuando utilizamos máscaras emocionales, nos estamos engañando al pensar que somos los personajes que representamos y perdemos nuestra verdadera esencia y debilitamos nuestro ser auténtico.

¡Es hora de quitarse la careta y dar un paso hacia la autenticidad! El camino hacia la verdadera identidad comienza por escucharnos y escuchar nuestro interior y reflexionar sobre quiénes somos. Se trata de un auténtico viaje hacia el autoconocimiento. Y cuando descubrimos a nuestro «yo» verdadero y las máscaras que lo ocultan, todo cambia drásticamente. Necesitamos permitir que nuestro «yo» se tambalee de vez en cuando para reconocernos. Ser conscientes de nuestro verdadero yo y evitar caer en una vida en la que todo es apariencia y postureo. La transformación comienza cuando buscamos nuestra verdadera identidad y, aunque pueda ser angustioso, experimentar la vida sin personajes como una oportunidad para encontrar la autenticidad y descubrir quiénes somos realmente. Aceptar nuestras emociones, pensamientos y valores es el primer paso hacia la coherencia y el final de un carnaval permanente.

Ay, no hay que llorar
Que la vida es un carnaval
Y es más bello vivir cantando
Oh-oh-oh, ay, no hay que llorar
Que la vida es un carnaval
Y las penas se van cantando

PROPUESTA DE TRABAJO: ¿Cansado de llevar una máscara emocional? ¡Es hora de desenmascararnos! No nacemos con ellas, así que podemos deshacernos de ellas. ¿Cómo hacerlo? Te presento un ejercicio fácil para empezar:

  • Piensa en las máscaras de tu día a día. Haz una lista de todo lo que te dices en negativo o por miedo y te hace ocultarte tras esas máscaras.
  • ¿Es verdad eso que piensas? Probablemente no. Reflexiona sobre los por qué de esas máscaras y escríbelo en tu diario de sentimientos.
  • Si no es verdad, pregúntate: ¿por qué llevo estas máscaras, cómo me siento? Si me quito esas máscaras ¿Qué sucederá? Probablemente comiences a vivir con autenticidad y con muchos menos miedos. Reflexiona las respuestas y ayúdate del siguiente texto:

Pero, ¡cuidado! El mayor riesgo es la reacción de los demás. Ser auténtico puede asustar a los demás o incluso no gustarles, pero también puede inspirarlos a replantear sus propias vidas. Al final, se darán cuenta de que también tienen el poder de cambiar. Puedes ser un verdadero ejemplo.

Eso sí, cuando te quites alguna máscara recuerda que es para siempre y que las máscaras son para el carnaval. Es una lucha difícil, pero lograrás ser quien eres y no la versión que el mundo quiere que seas.

En definitiva ¡Desenmascárate! Las máscaras emocionales solo nos alejan de nosotros mismos y de los demás, evitando que vivamos plenamente. Piensa en las máscaras que usas y comprométete a quitártelas. Ofrece tus fortalezas y debilidades al mundo sin vergüenza ni arrepentimiento. ¿Te atreves a hacer este ejercicio de autoconocimiento aprovechando estas fechas de carnaval?

Para seguir trabajando ENLACE

¿QUIÉN SOY YO?

La base de una sana inteligencia emocional y por ende de una vida feliz comienza con un buen autoconcepto, siempre real y en positivo.

Todo empieza conociéndonos a nosotros mismos. Es “el principio de toda sabiduría” como dijo Aristóteles hace más de 2000 años. Nuestra responsabilidad es conocernos para descubrir y valorar nuestra identidad personal, para responder a la pregunta ¿quién soy?. Cuando somos conscientes de nuestro YO profundo, de lo que nos hace ser nosotros mismos, lo que nos diferencia de los demás y nos hace únicos e irrepetibles podemos decir que sabemos quienes somos. Con la teoría de la autodiscrepancia (Higgins, 1987) se nos proponen tres formas de vernos. La real, tal y como nos conocemos y nos han hecho creer que somos. La ideal, esa persona que nos gustaría ser. Y, por último, nuestro yo responsable que nos dice cómo deberíamos ser. La tarea es la de conocernos, reconocernos y valorarnos teniendo en cuenta estas tres visiones de nosotros mismos para responder a la pregunta ¿Quién soy? La respuesta será personal desde la vivencia que tenemos de nosotros mismos, con nosotros mismos y en relación con lo que nos rodea. Ser conscientes de lo que pensamos de nosotros mismos, nuestros hábitos, sentimientos, de cómo nos juzgamos, de lo que somos, de cómo somos y de lo que valemos, soñamos y amamos.

Conocernos para aprender la infinidad de cualidades y habilidades con las que contamos y que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra vida, muchas de ellas no sabemos que las poseemos hasta que alguien nos lo dice o hacemos el ejercicio de autoconocimiento, por eso es urgente que dediquemos un espacio y un tiempo para ese encuentro personal con nosotros mismos. El siguiente paso después de conocernos es valorarnos y confiar en nosotros. Nuestro SER profundo, nuestra identidad es lo que realmente nos DEFINE como personas. Cuando asumimos quiénes somos y somos conscientes de nuestro YO podremos tomar la decisión de potenciar aquello que nos hace mejores y mejorar lo que no nos gusta.

PROPUESTA DE TRABAJO te propongo algunas actividades para trabajar tu autoconcepto que te ayuden a descubrir tu identidad. Dedica un tiempo a nosotros mismos.

  1. Haz una reflexión de cómo estás de amor propio y ajeno. Si te sientes querido y si te respetas y quieres a ti mismo. Te pueden ayudar de estas cuestiones:
  • ¿Qué te hace especial y auténtico?
  • ¿Cómo sientes el amor? (Comenzando por ti mismo)
  • ¿Te respetas, cuidas, mimas, etc.?
  • ¿Amas desde lo que sientes y eres? ¿Qué haces para amarte?

2. Esta segunda propuesta se trata de hacer una revisión de cómo andas de autoconocimiento. Haz una radiografía de lo que eres y piensas de ti desde diferentes aspectos de la misma. ¿Te atreves?
Físicamente: ¿Qué opinas de tu salud, aspecto, cuidado, etc.? Puntúate del 1 al 10 y explícalo.
Emocionalmente: ¿Qué opinas de las emociones que predominan en tu vida?¿Las aceptas y gestionas adecuadamente? Puntúate del 1 al 10 y explícalo.
Mentalmente: ¿Qué opinas de tus pensamientos, creencias, miedos, etc.? Puntúate de la misma manera.
Si estás por debajo del 7 en alguno de estos aspectos, debes mejorar tu autoconcepto y preguntarte: ¿Qué necesitas para mejorarlo?¿Qué puedes hacer?

3. Dinámica “Espejito, espejito”
Después de un rato de silencio, relajación y concentración. Respira profundamente y mirándonos en un espajo o en la pantalla del móvil vamos respondiendo a las preguntas:

  • ¿Qué piensas de lo que ves?
  • ¿Qué te dices?
  • ¿Qué haces?
  • ¿Qué elijes?
  • ¿Qué tal estás de amor a ti mismo?
  • ¿Qué quieres cambiar?
  • ¿Qué podrías hacer para mejorar?

CONCLUSIÓN: Termina estas actividades respondiendo a la pregunta ¿Quién soy? Defínete.