Hay veranos en los que hacemos la maleta con cuidado: ropa fresca, protector solar, un buen libro, ganas de desconectar… pero nos olvidamos de lo más importante: llevarnos a nosotros mismos.
Te hablo de estar de verdad, no solo físicamente. Porque puedes irte a la otra punta del mundo y seguir cargando con la misma prisa, las mismas preocupaciones y la misma desconexión que te acompaña el resto del año. Y así, aunque cambie el paisaje, dentro no cambia nada.
En mi vida, he tenido vacaciones en las que el cuerpo descansaba, pero la mente seguía corriendo. Hasta que entendí que el verano no es solo para “desconectar del trabajo”, sino para reconectar conmigo.
Cuando el calor aprieta, nada sienta mejor que meterse en el agua. No solo porque baja la temperatura, sino porque todo parece más claro después: la vista, el cuerpo, la mente.
El autocuidado en vacaciones es algo parecido: refrescarse por dentro para ver con más claridad tu vida, tus emociones y tus necesidades. Es bajarle unos grados al estrés acumulado y darte el espacio para escucharte sin ruido.
Si no haces este “baño interior”, corres el riesgo de que tus vacaciones sean solo un paréntesis… y que, al volver, todo siga igual o peor.
Mis libros no son de autoayuda, son de autodescubrimiento. Están pensados para que tengas una brújula emocional a mano: ejercicios, reflexiones y retos que no solo llenan páginas, sino que te ayudan a llenarte a ti.
Si quieres un verano de verdad transformador, llévatelos contigo. Y si sientes que necesitas un acompañamiento más cercano, mis mentorías y talleres pueden ayudarte a bajar el ritmo, escucharte y reconectar con tu propósito… incluso en chanclas.
Este verano, llévate a ti. Mis libros y mentorías están aquí para ayudarte a reconectar con lo que eres y lo que quieres.
pedrolupi.es/mis-libros
«El mejor viaje de este verano no está en un mapa, está dentro de ti.»
PROPUESTA PRÁCTICA: para estos días de vacaciones y verano
- Elige un momento del día y conviértelo en tu ritual de escucha: puede ser un café por la mañana, una ducha, o sentarte a mirar el mar.
- Hazlo sin móvil, sin música, sin distracciones. Solo tú y ese instante.
- Después, anótalo en tu Diario de Sentimientos: qué sentiste, qué pensaste, qué cambió en ti. Si puedes, añade una foto para recordarlo cuando vuelvas a la rutina.
Porque si entrenas este hábito en vacaciones, será mucho más fácil mantenerlo el resto del año.
