CUIDAR NUESTRA SALUD EMOCIONAL

La importancia de poseer una sólida inteligencia emocional es fundamental para preservar nuestro bienestar y salud emocional. En la actualidad, muchos problemas están estrechamente relacionados con la gestión de nuestras emociones y cómo vivimos cada una de las situaciones de nuestro día a día. Al valorar el papel de la inteligencia emocional, adquirimos las herramientas necesarias para comprender, regular y expresar nuestras emociones de manera saludable.

¿Por qué es tan Importante la Inteligencia Emocional? Porque nos permite:

  • Comprender y clasificar nuestras emociones.
  • Crear un entorno afectuoso y enriquecedor.
  • Aumentar nuestro desarrollo personal.
  • Alcanzar la felicidad y el éxito.
  • Beneficiar a nuestro entorno y a la sociedad en su conjunto.

Y todo esto nos afecta en nuestra vida diaria afrontando la vida con las habilidades necesarias que nos permiten identificar y gestionar las emociones tanto propias como las de los demás con naturalidad y sin provocarnos ansiedad o estrés. Además, nos permite comprender a los demás con la empatía: habilidad de ponerse en el lugar del prójimo, en diversas situaciones y afrontarlas de manera apropiada.

Contar con las competencias emocionales que nos permitan reconocer y reconocernos en lo que sentimos. Comprender que las emociones nos transmiten mensajes sutiles sobre nuestra situación actual, ayudándonos a realizar los ajustes necesarios. Y entendiendo que no podemos controlar las emociones, pero sí gestionarlas y aprender que no podemos resistirnos a ellas, que hay que manejarlas de manera eficaz.

Nuestra salud emocional mejora con algunas estrategias de Inteligencia Emocional:

  1. Identificación de emociones: Detectando las emociones que aparecen en situaciones abrumadoras.
  2. Reconocimiento y clasificación: Explorando el origen de estas emociones para manejarlas mejor.
  3. Escucha activa: Prestando atención al mensaje que cada emoción nos transmite y actuando en consecuencia.
  4. Gestión de errores y frustraciones: Identificando oportunidades en los fracasos y errores para aprender y crecer.

¡Invirtamos en nuestra salud emocional! Recuerda, invertir en tu salud emocional es una inversión que no solo nos beneficia a nosotros, sino también a todos a nuestro alrededor. Una persona emocionalmente inteligente puede enfrentar los desafíos de la vida con mayor resiliencia y optimismo. ¡Hagamos de la inteligencia emocional una prioridad en nuestras vidas!

¡Entender y entendernos en nuestras emociones es clave! Así podremos detectar cuando algo anda patas arriba, reconocerlo y buscar ayuda.

PROPUESTAS DE TRABAJO: No te sientas obligado a hacerlo diariamente, pero dedica tiempo a estas actividades y notarás como mejora tu salud emocional:

  1. Reflexiona con preguntas clave y escribe todo en el diario de sentimientos:
    • ¿Por qué me siento así?
    • ¿Qué trata de enseñarme esta emoción?
    • ¿Cuál puede ser el mensaje escondido?
    • ¿Está siendo adaptativa o desadaptativa?
    • ¿Cómo estoy gestionando ahora mismo esta emoción?
    • ¿Cuál es la mejor manera de gestionar mis emociones ahora mismo?
    • ¿Estoy repitiendo algún patrón?
    • ¿Qué es lo que puede estar manteniendo la aparición de una experiencia emocional desagradable?
  2. Explora actividades motivadoras: Encuentra actividades que te generen felicidad y bienestar. Actividades para promover el bienestar emocional
  • Practicar deporte
  • Ir al cine o ver series
  • Pintar
  • Escuchar podcasts
  • Disfrutar de tiempo en familia
  • Pasear a tu mascota
  • Desconectarse de las redes sociales

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Publicado por

Pedrolupi

Docente durante más de 30 años y hoy mentor en inteligencia emocional y formador vivencial. Tras vivir la desmotivación y la desconexión en primera persona, descubrí que el verdadero cambio empieza desde dentro: parar, mirarse y reconectar con el propósito de vida. Acompaño a personas, equipos e instituciones a recuperar energía, equilibrio y sentido de vida, con un estilo cercano, práctico y con humor, porque el autocuidado y la motivación no pueden quedarse en teoría: se viven.