Vivir es toda una aventura, un camino. El recorrido es incierto y apasionante, las circunstancias inesperadas, por eso es tan necesario trabajar la inteligencia emocional en nuestras vidas y hacer repaso de por dónde vamos y cómo vamos: si realmente hemos descubierto ya lo importante que es trabajar la inteligencia emocional y la cantidad de beneficios que recibimos con ello, si nos lo estamos tomando en serio. No es solo una moda del momento, ni una corriente del pensamiento filosófico o psicológico, es una nueva forma de enfrentarnos a la vida desde nuestro propio ser.
Virtudes y cualidades como la paciencia, el ser positivos y optimistas tan necesarias para nuestra vida personal y social crecen y se convierten en parte de nuestra forma de sentir, pensar y vivir, mejorando la capacidad de afrontar los problemas y las dificultades del día a día con muchísimo menos esfuerzo y más naturalidad, con otra actitud.
La felicidad depende de la actitud con que vivimos cada experiencia, cada momento.
PROPUESTA DE TRABAJO: La actitud la tienes que trabajar día a día, te invito a seguir estos pasos prácticos en cada jornada
- Haz una lista de las cosas que nos motivan, animan, ilusionan, etc. Será lo que te anime a continuar. Ya hemos trabajado esto en varias actividades y es de donde parte nuestro proyecto.
- Sé consciente de lo que sientes en cada momento. Trabaja asiduamente el Diario de sentimientos para que sea más eficaz.
- Es un paso imprescindible tener un buen plan. Es, por así decirlo, la programación de lo que te has propuesto. Con objetivos claros, medibles y temporalizados. Que sea un proyecto ilusionante.
- Cada pequeño paso que des es importante. Valora esos logros y que sean refuerzos para continuar.
- De vez en cuando, date un capricho.
- Evalúa tus progresos marcando claramente el cómo y el cuándo. Pero no seas muy duro contigo. Sé flexible y busca lo logrado; no te centres en lo que no has conseguido.
- De la evaluación que vas haciendo, aprende la lección: lo que te ha funcionado y lo que no, lo que debes hacer y lo que necesitas. Busca ayuda si es necesario.
- Para que no pierdas la ilusión del comienzo recuerda el porqué emprendiste el proyecto que tienes en este momento y lo que vas a conseguir cuando lo concluyas.
- Si no tenemos ilusión, el esfuerzo nos parece muy grande y corremos el riesgo de tirar la toalla. Disfruta y goza de cada paso que has logrado con dificultad.
- Celebra los éxitos, los logros conseguidos y felicítate. La ilusión hay que alimentarla diariamente.
Y recuerda siempre: Aunque la meta sea lo que conseguimos y nos moviliza, lo que hace que vayamos hacia ella es la pasión, ilusión y entrega que pongamos en el proceso y eso es lo que hace nuestra vida más interesante.
