GESTIONO, NO CONTROLO

Cuando hablamos de gestión emocional, nos referimos a afrontar mejor las situaciones en las que nuestras emociones nos juegas malas pasadas y reaccionamos de manera muy poco ajustada a la realidad. Cuando se trata de emociones positivas no hay problema, todo el mundo las acepta y está bien visto expresarlas. Pero, ¿qué sucede con las negativas? En muchísimas ocasiones las ignoramos e incluso reprimimos. Esto no sirve de nada; tarde o temprano saldrán y entonces puede que no sea el momento o el lugar. Ser conscientes de lo que sentimos y cuando lo sepamos realmente, entonces, podemos buscar el camino para gestionar esa emoción. Comencemos a expresar y vivir las emociones, también las negativas, porque son una válvula de escape y muy bueno para nuestra salud mental y emocional.

Escribe, expresa, cuenta lo que sientes; te ayudará a mejorar la capacidad de gestión emocional.

PROPUESTA DE TRABAJO: Si algo debemos haber aprendido de la inteligencia emocional es que se vive en gerundio, es decir, se adquiere haciendo, trabajando y practicando. En estas actividades aprenderemos algunas técnicas para gestionar nuestras emociones desde la comunicación verbal:

  1. Expresa lo que sientes, explica lo que te está pasando, lo que te causa ese malestar o tensión. El primero que tiene que saber lo que le sucede eres tú.

·         Ahora sé lo más específico posible en esos sentimientos que te ha provocado la situación concreta, es decir, define claramente la emoción concreta.

·         Cuenta las causas por las que sientes esto, los motivos que te hacen sentir así.

·         ¿Qué necesitas para que esto no vuelva a suceder? Explica lo que quieres que cambie para solucionar este conflicto que genera confusión, tensión, etc.

·         Si no sabes exactamente lo que hacer puedes pedir ayuda. No sé qué me hace estar así, pero lo estoy.

·         Recuerda que este ejercicio de comunicación emocional tiene que ser desde la asertividad, con tranquilidad y una comunicación directa, clara y muy respetuosa

2. Otra técnica posible para llevar a cabo ante cualquier conflicto sería seguir este proceso: calmarse – pensar – expresar. El objetivo no es tanto la solución sino el aprendizaje, el proceso.

Calmarse: Respiración, postura, tono de voz, mirada… ¿Estamos calmados?

Pensar: Lo que siento, lo que necesito, en lo que puedo hacer… ¿Tenemos claro cómo nos sentimos y por qué? ¿Sabemos lo que vamos a pedir al otro?

Expresar: tranquilo, con palabras claras… Se pueden comenzar con estas frases: “he comprendido que…”, “cuando…”, “y me estas pidiendo…”, “qué podemos hacer de manera distinta para solucionarlo…”, “vamos a hacer a partir de ahora…”. Debemos llegar a un acuerdo–compromiso.

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ATRÉVETE A EXPRESAR LO QUE SIENTES

No se trata de pensar menos y sentir más, no. De lo que se trata es de darle a nuestras emociones la importancia que se merecen porque son las que mueven nuestras vidas, las que nos impulsan o paralizan, las que nos dicen el qué está sucediéndonos. Conectar el corazón con nuestra mente, escuchar a nuestros sentimientos nos dará muchas pistas de por dónde y cómo seguir el camino hacia nuestra meta. Si separamos nuestro pensar de nuestro sentir, estamos abocados al fracaso en todo lo que hagamos y emprendamos. El corazón es esa voz interior que nos dice lo que es realmente importante vivir. La mente piensa el sentimiento, pero lo vivimos desde el corazón, lo sentimos desde nuestro ser emocionales.

Sentir supone reconocer nuestras emociones y admitir que todos somos sensibles y que experimentamos emociones a cada instante de nuestras vidas. Este reconocimiento es el primer paso para comprender nuestro estado emocional, tanto en nosotros mismos como en otra persona. Si nos pasamos la vida enfadados, veremos enfado en todas partes. Lo mismo puede decirse del resto de las emociones, incluidas las positivas.

Sentir sentimos, y mucho; pero expresarlo de manera correcta no siempre lo hacemos porque no es fácil. Saber expresar los sentimientos supone reconocerlos y reaccionar de acuerdo con ellos. Recordemos que muchas de las interpretaciones que hacemos sobre lo que sentimos o sienten otras personas son meras aproximaciones porque estamos muy influenciados por nuestras creencias y percepciones del momento.

Para sentir más hay que saber expresar lo que sentimos y reaccionar al respecto con naturalidad.

PROPUESTA DE TRABAJO: Se tratan de actividades de reconocimiento y expresión de las emociones, el primer paso para una buena y sana gestión emocional.

  1. Sigue estos sencillos pasos para gestionar esas emociones que te generan malestar, te bloquean o te impiden estar bien contigo, con los demás y con el mundo.
    • Reconoce e identifica de qué emoción o sentimiento se trata. ¿Qué sientes?¿Qué te hace pensar, sentir, vivir? Los síntomas los reconocemos en lo que hacemos o dejamos de hacer con esta emoción.
    • ¿Cómo te ves? ¿Te gustas? ¿Qué te dirías a ti mismo?
    • Ya conoces lo que te sucede ;pues acéptalo con naturalidad y pregúntate: ¿Qué puedes hacer? ¿Qué necesitas?
    • Ponte en marcha, cambia las acciones y cambiarás la emoción; cambia los pensamientos y cambiarás la emoción.
  2. En el móvil o en un espejo expresamos una emoción o sentimiento hasta estar convencido de que es la correcta, que es así como la expresamos y cómo la reconocemos en los demás. Si lo has hecho con el teléfono haz una foto y envíala a alguien para que te diga de que emoción se trata. Ponlo difícil y busca sentimientos como la frustración, la indiferencia, la ilusión, etc… si es en un espejo, entrena para más tarde poderlo hacer a alguien y que adivinen. En clase o en el grupo funcionan ambas opciones. Trabajar la comunicación no verbal es fundamental para reconocer, expresar y gestionar lo que sentimos y sienten los demás.
  3. Por último, crear un buen diccionario de sentimientos. Cuanto más vocabulario emocional manejemos, mucho mejor será nuestra comunicación emocional. La propuesta es que cada día o clase trabajemos un sentimiento, lo conozcamos y expresemos. Se puede hacer un cuadernito donde vamos anotando cada uno de estos sentimientos o un blog de notas virtual. Cada sentimiento lo trabajaremos siguiendo estos pasos:
    • RECONOCERLO en ti y en los demás
    • COMPRENDERLO ¿Por qué me siento así? ¿Qué ha podido provocar este sentimiento? ¿Qué ha pasado?
    • ETIQUETAR ponerle nombre, nombrar lo que siento exactamente, por eso es necesario un rico vocabulario emocional.
    • EXPRESAR si haces bien lo tres pasos anteriores serás capaz de dar una respuesta concreta a lo que sientes sin hacerte daño ni a los demás, con empatía y asertividad, simplemente expresamos lo que sentimos.