Todos hemos experimentado como las emociones nos hacer ser y actuar de un modo u otro. Ya sean de alegría, tristeza, asco, miedo, ira o sorpresa, nuestras emociones son parte de nuestra vida. Pero, ¿Cómo se gestionan las emociones? ¿Cómo podemos diferenciar, en muchas ocasiones entre nuestras emociones, pensamientos y comportamiento? ¿Podemos ser conscientes de nuestras emociones y evitar tensión emocional? Exploraremos este temas y algunas herramientas para trabajar y afrontar la gestión emocional en nuestra vida.
Lo primero que tenemos que saber es que «nadie nace sabiendo» Por supuesto, no nacemos sabiendo cómo gestionar lo que sentimos, simplemente dejamos que suceda. A lo largo de nuestra vida, no solamente que no nos enseñan a gestionar lo que sentimos, normalmente nos corrigen nuestros comportamientos, pero no se profundiza, no se va al origen. La gestión emocional es un proceso que requiere tiempo, paciencia y muchísima autoconciencia. Es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. Pero, ¿Qué es exactamente la gestión emocional?
La gestión emocional hace referencia a ser conscientes de las emociones que sentimos, aceptarlas y regularlas si es necesario, adaptándonos al contexto en el que nos encontremos, para expresar lo que sentimos de manera acorde a las circunstancias. Este proceso puede llegar a ser todo un reto, pero por suerte, se puede mejorar mediante la práctica, mucha práctica. No es simplemente reprimir o ignorar lo que sentimos, que es lo que normalmente nos enseñan, sino reconocerlas, reconocernos en ellas, comprenderlas y aprender a afrontarlas de manera saludable. La gestión emocional también implica la adquisición de herramientas que nos ayuden a manejar nuestras emociones para liberarnos de vivir como rehenes de los impulsos.
Nuestra tarea es el ser conscientes emocionales. Nadie puede controlar todo lo que sucede, vive o lo que otros sienten, pero sí podemos cambiar la perspectiva interior que nos provoca estas situaciones. Al ser conscientes de nuestras emociones, podemos aprender a manejarlas de manera más efectiva y acorde al momento, respondiendo de la mejor forma.
Contar con una buena gestión emocional también implica que aprendamos a eliminar la carga emocional. Para esto, necesitamos contar con ciertas técnicas que se aprenden en educación emocional. Estas pueden incluir actividades como la música, el deporte, la meditación, respiración consciente, escritura emocional, entre otros. Estas técnicas nos ayudan a liberar la tensión emocional y a mantener un estado de bienestar emocional equilibrado.
Pensemos que la gestión emocional es como un viaje, y cada viaje necesita las herramientas adecuadas. Los protagonistas del viaje de nuestra vida somos nosotros y podemos valorar hasta qué punto contamos con lo necesario para que sea una aventura, una experiencia para explorar caminos que hagan que nuestra vida sea verdaderamente un regalo.
Cuando hablo de gestionar las emociones sólo quiero decir las realmente angustiosas e incapacitantes. Sentir emociones es lo que hace rica a la vida. (Daniel Goleman)
PROPUESTA DE TRABAJO: consiste en practicar a diario algunas técnicas de gestión emocional. Aquí te propongo tres:
- Primera: aprende a hacer una pausa, tomar distancia de tus emociones y pensamientos; y cuestiona tus interpretaciones, amplia tu perspectiva y elige una forma útil de actuar en esa situación. No es sencillo, requiere de mucha consciencia y práctica. comienza por respirar un par de veces lenta y profundamente o alejarte, si es posible, unos segundos para escuchar tus pensamientos y sentir las emociones…ahora responde ¿Por qué se ha producido esta situación? ¿Por qué me provoca esta emoción, este sentimiento? ¿Qué tengo que hacer?…
- Segunda: Normaliza el compartir cómo te sientes con las personas que te rodean y busca apoyos entre tus allegados. Esto te ayudará a reducir la carga emocional.
- Tercera: Aprende a escucharte. ¡Qué importante es! Pero a veces necesitas que te digan cómo. Te invito a utilizar el diario de sentimientos como una de las herramientas más potentes para una sana y buena gestión emocional.