«Conócete, acéptate, supérate»
San Agustín
Justificación: Partimos de la premisa de que las emociones nos permiten tomar conciencia del contacto que tenemos con todo lo que hay a nuestro alrededor. Conocer, conocernos y reconocernos en nuestro ser emocional nos abrirá a vivir plena e intensamente cada acontecimiento de nuestro día a día. Por este motivo, las emociones nos guían a la hora de la verdad para en la toma de decisiones. Por este motivo, tenemos que entrenarnos para adecuar lo que sentimos a las circunstancias sin dejarnos manipular por el mundo.
Las emociones son la que son: Miedo, ira, asco, tristeza, alegría y sorpresa, las sentimos y vivimos de forma innata y natural para adaptarnos a las circunstancias.
Objetivo: Entender y trabajar la conciencia emocional tan necesaria para aprender, comprender y expresar lo que las emociones nos quieren decir en cada momento y así, utilizarlas adecuadamente en nuestra vida y el ámbito educativo.
PROPUESTA DE TRABAJO: Comenzamos el taller con la dinámica: “Las tarjetas que preguntan” para practicar el arte de preguntarnos. Son las preguntas, no las respuestas las que nos indica el qué, cómo y para qué de las cosas y de la vida. Además, no solamente respondemos a la pregunta que me hace la tarjeta, sino que, además, lo compartimos con otras personas. Verbalizar lo que siento es un buen comienzo para una sana y buena gestión emocional.
Continuamos siendo conscientes de las cuatro dimensiones de nuestro SER: somos cuerpo, mente, sentimientos y espíritu. Todo lo que le hacemos a cada una de estas dimensiones le afecta para bien o para mal al resto. Desde nuestro ser corporal es mucho más sencillo lograr el equilibrio tan necesario para nuestra vida. Cambiar nuestro pensamiento y gestionar nuestros sentimientos. Finalmente, es en el núcleo de nuestro ser, el que nos hace únicos e irrepetibles, donde se encuentra nuestra esencia, el lugar donde residen los valores, los sueños, la VIDA…y que se nutre y nutre al resto de dimensiones. Aprendamos a cuidarnos y cuidar desde las cuatro dimensiones.
El siguiente paso en el taller fue una práctica de relajación desde la postura y la respiración consciente. ¡Qué importante aprender a parar, a callar, a simplemente estar!
Concluimos el taller con el juego de las “coronitas emocionales” en las que reconocíamos la emoción que llevamos en la frente por las reacciones de los demás, pero también nosotros ayudamos a los demás a reconocer la emoción que llevan. Terminamos uniéndonos a nuestro grupo de emociones y después buscando la emoción que me ayudaría a gestionar mejor la que en este momento llevo en la frente…una dinámica que se puede ampliar y reforzar con muchas más actividades: Historias por parejas o grupos de 4, diálogo con los de mi grupo para compartir cuándo y cómo me siento así, gestión emocional con otra emoción, reconocerme cuando siento esta emoción, buscar la respuesta a la pregunta ¿Qué podría hacer?…
“El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional»
Daniel Goleman