Cuatro herramientas para trabajar la alegría como la emoción básica imprescindible para poder seguir adelante con una actitud positiva, sobre todo en momentos complicados y difíciles. Sonriamos mucho, alegrémonos por cada experiencia y, sobre todo, no nos dejemos arrastrar por el pesimismo y el desánimo que nos rodea habitualmente. La alegría nos abre a una forma de ver y entender la vida que nos cambia el modo de ser. ¡Qué poco trabajo cuesta ser personas que generemos un buen clima en los espacios en los que nos movemos! No significa que tengamos que ser falsos; simplemente que nadie se merece aguantar nuestros malos rollos y enfados personales. Se trata de que, en vez de crear malestar o incluso agresividad, utilicemos nuestro estado de ánimo como herramienta de comunicación y lo expresemos propiciando que los demás, no solo sean más comprensivos, sino también, que en algún momento sean divertidos. Por eso lo de sumar, aportar incluso nuestros días «plof» a la convivencia de estos días.
La alegría es casi imposible ocultarla y su expresión más evidente es la sonrisa que nos ayuda a estar bien y nos equilibra todas las emociones, desintoxica de los malos rollos y, además, es muy contagiosa. La sonrisa es esencial en nuestra vida, sobre todo en circunstancias como en las que nos encontramos. Cuando sonreímos transmitimos a los demás la señal de cercanía y proximidad que nos ayuda y facilita para comenzar un diálogo más personal y sincero con el otro, ayudándole a estar mejor y sentirse mejor en algunos momentos complicados o difíciles de su vida.
COMENZAMOS: Esta actividad nos puede funcionar muchos días y nos ayudará a levantar nuestro ánimo y el de los demás, los que están con nosotros y los que se conectan habitualmente.
1º La primera actividad es hacer en un folio, cartulina, etc. una composición con todo tipo de materiales sobre todo lo que nos causa alegría en nuestra vida, lo hacemos de manera creativa y motivadora, individual (Luego lo podemos compartir) o en grupo, de los dos modos esa obre de arte hay que exponerla.
2º Se trata de bailar. Esta actividad es mejor hacerla en grupo, pero si estamos solos nos podemos grabar o hacer un directo. Tenemos que evitar la vergüenza y dejarnos llevar. Es una actividad divertida y para pasarlo muy bien ¿Te atreves? Lo primero es hacer una buena selección de música, cuanto más variada y disparatada mejor. Ponemos la música a todo volumen y ¡cantamos! No importa que no sepamos del todo la letra o que esté en otro idioma, lo importante es que cantemos con todas nuestras ganas y poco a poco comencemos a movernos, a expresarnos, a ¡BAILAR! e interactuar con los demás. Sonríe, sonríe, sonríe…
3º Vamos preparar una “Batalla de chistes” Lo primero, como propuesta, es que comencemos a reír a carcajadas y si estamos en grupo mejor, notaremos como se contagia la risa. Una profunda inspiración y sé consciente de cómo te sientes en este momento, ¿verdad que mucho mejor? Comenzamos la actividad dedicando un tiempo para recopilar chistes entre todos en un tiempo determinado. Trascurrido este tiempo, nos enfrentaremos por equipos para ver cual provoca más risas a los demás. No se trata solo de los chistes, sino que cómo se cuentan, la comunicación no verbal es importantísima. Si estás solo, graba los chistes y envíalos a los que lo van a hacer contigo o simplemente para alegrar el día a alguien.
4º Una actividad sorprendente, una fiesta de disfraces con regalos. Tenemos que pensar en la temática o si es libre, en el lugar donde la vamos a celebrar, la decoración, la música, la comida, etc. no celebramos nada en concreto pero si mucho en general. Para la fiesta cada uno buscará algo para regalar o lo confeccionamos con creatividad para envolverlo en una caja de regalo. dentro, además del regalo,. habrá una nota con un mensaje positivo, motivador y alegre. Nos preguntamos ¿Qué me gustaría que alguien me dijera hoy para alegrar el día? el día de la fiesta sin que nadie lo vea colocamos en el lugar de la fiesta todos los regalos y cada uno recoge uno, lo abre y lee el mensaje que ha recibido ¡Sorpresa! Ese regalo y este mensaje es para ti. Guárdalo en un lugar visible para que cada vez que lo necesites puedas recurrir a él y motivarte.
Sonriamos mucho, pongamos buena cara al mal tiempo y nunca dejemos de reír. Una sonrisa de más de diez segundos nos hace sentir bien y más positivos.
