Cada año tiene que ser especial, lleno de experiencias. Cada año tenemos que crecer, aprender y, sobre todo, vivir. Este año que terminamos ha sido otro reto para cada uno de nosotros que intentemos vivir con intensidad la vida, con inteligencia emocional.
PROPUESTA DE TAREA: en estos últimos días del año te invito a realizar un ejercicio de memoria emocional en el diario de sentimientos. Se trata de, a modo de bocadillos o nubes, poner los nombres de los meses y escribir en cada uno de los 12 al menos una cosa por la que ese mes fue importante, especial o simplemente recordar a una persona, momento o circunstancia que quieres recordar siempre. Al terminar la actividad tendrás 12 razones por las que este año que terminamos ha merecido la pena. ¿Te animas? Recuerda que esta es mi propuesta desde «Emociones creativas» pero hay tantas maneras de realizar esta actividad como personas existimos. Lo importante es que desde la creatividad hagamos un ejercicio de reflexión del año y comprendamos que siempre, siempre, siempre tenemos algo por lo que dar gracias y seguir adelante.
Al final, después de un buen rato contemplando el trabajo, saca una conclusión, un titular para este año que terminas: en positivo, realista, pero positivo.
La vida es un camino que recorremos año tras año, paso a paso y en el que todo y todos cuentan
La vida no es cíclica, la vida es lineal, hacia adelante. Cada paso, cada encuentro, cada momento, experiencia, etc. nos hacen crecer, madirar y aprender. Al final de una etapa, de un periodo de tiempo es necesario parar y hacer balance de lo que ha sido para nosotros este periodo de nuestra vida. Lo importante es resaltar todo lo que nos ha ayudado a avanzar en la consecución de nuestros sueños. Hacer memoria.
Tarea:
7 PODEROSAS PREGUNTAS PARA HACER BALANCE DEL AÑO [Tomado de BEATRIZ PALÁ]
1. ¿Cuáles eran tus expectativas para el que termina? ¿Qué sueños, metas y deseos te habías propuesto alcanzar?
No es fácil, porque por lo general nos cuesta o por lo menos nos resulta algo complicado recordar más allá de lo que hemos hecho o pensado más de tres o cuatro meses atrás.
Trata de hacer una retrospectiva, de remontarte a enero y utiliza las expectativas de entonces como punto de partida de este ejercicio.
2. ¿Qué propósitos has logrado?
Este ejercicio es muy importante, porque tendemos a ver los logros como acciones sin demasiada importancia. A veces no le damos el valor que tienen, no recordamos lo que nos ha costado conseguirlo.
Elabora una lista de propósitos y metas alcanzadas, una lista de cosas de las que te sientes orgulloso u orgullosa de haber conseguido este año.
3. ¿De qué o por qué sientes agradecimiento de lo acontecido a lo largo del año?
Ser agradecidos nos ayuda tener una perspectiva más positiva, a poner el
foco en lo positivo, en lugar de en aquello que no tenemos, y nos permite
valorar todo más.
Tienes muchas
cosas que agradecer, mucho por lo que decir “gracias”. Adelante…
4. Todos cometemos errores, ¿cuáles han sido los tuyos a lo largo del año?
No mires los errores como fracasos, enfréntalos como un problema a
resolver, en proceso de aprendizaje que te permitirá hacerlo mejor en el
próximo intento.
Haz una lista
de esos errores cometidos a lo largo del año acompañados del aprendizaje que te
ha aportado cada uno.
5. ¿Qué cosas han funcionado y cuáles no han funcionado y estás dispuesto o
dispuesta a dejar ir?
Hacer un repaso por aquello que ha funcionado es muy importante, para
rescatarlo y potenciarlo. De la misma manera, conviene tener localizado aquello
que realmente no ha funcionado y estás dispuesto o dispuesta a dejar ir. De
poco sirve tener objetivos y metas por el simple hecho de que se supone que
deberías lograrlo. Muchas veces nos convencemos a nosotros mismos de que debe
funcionar, pero quizá no es así.
Analiza y
valora todo aquello que no ha funcionado…
6. ¿En quién te has convertido?
La evolución y el cambio son casi inevitables. Y esa evolución nos puede
llevar a ser mejores o todo lo contrario, incluso puede derivar en una
parálisis que nos estanca y no nos permite avanzar…
Reflexiona: ¿Quién
eres? ¿En qué te has convertido? Incluso si te gusta, quizá haya algo que te
gustaría mejorar; o puede que haya algo que no te gusta y desees cambiar… El año
que está por venir es una magnífica oportunidad para encauzar esos deseos.
7. Regresemos al pasado con la experiencia en la mochila… ¿Qué consejo te
darías?
Volvamos a principios de año… Ya con la experiencia adquirida a lo largo de
los doce meses que han pasado.
Si pudieras
volver atrás, ¿qué consejo o consejos le darías a la persona que eras entonces?
He aquí un punto de partida para el año que está a punto de comenzar…
«Emociones creativas» prácticas 19. Actividad 27
Quédate, al menos, con un momento de este año que termina por el que ha merecido la pena y alégrate.
Toca hacer balance del año que terminamos y tenemos que hacer memoria. Recordar todas las cosas que durante este año hemos logrado y las que se han quedado por el camino. Pensemos en los momentos decisivos, en esas conversaciones de las que salimos con ganas de cambiar el mundo, o por lo menos el nuestro. Un año entero en el que hemos aprendido, crecido y madurado. Ahora hagamos una lista de las personas, los momentos, las fechas, lecciones, propósitos, metas logradas y fracasos que nos han enseñado mucho, tanto vivido este año que debemos hacer memoria y seguir adelante con la seguridad de que ha sido un paso más en nuestro caminar hacia la persona que queremos llegar a ser.
Quédate, al menos, con un momento de este año que termina y por lo que ha merecido la pena y alégrate.
Les invito a realizar un ejercicio de memoria emocional en el diario de sentimientos. Se trata de, a modo de bocadillos o nubes, poner los nombres de los meses y escribir en cada uno de los 12 al menos una cosa por la que ese mes fue importante, espacial o simplemente para recordar. Al terminar la actividad tendrás 12 razones por las que este año que terminamos ha merecido la pena. ¿Te animas?
Cuanto mayor objetividad y equilibrio tengamos en el balance del año. más autentico y útil será.