COMO A UNO MISMO

Las herramientas emocionales más importantes que tenemos que utilizar don las que nos ayudan a saber si vamos por buen camino en la construcción de nuestra vida. Son herramientas con las que solamente tenemos que estar muy atentos a lo que sentimos, ponerle nombre, reconocer aquello que sale del corazón y que realmente nos da las pistas de lo que somos; es sentir que todo tiene sentido y que nuestra forma de ser, lo que realmente somos, se corresponde con lo que pensamos y vivimos. Ser uno mismo, sinceros y auténticos.

¿Quién soy? La respuesta que demos a esta pregunta será el principio, el comienzo hacia nuestra realización personal y emocional. No es una pregunta nueva, claro que no, pero lo que sí sabemos es que nunca es definitiva, porque jamás dejamos de crecer, cambiar y madurar como personas. El autoconocimiento lleva toda la vida y nunca dejamos de sorprendernos de lo que somos capaces de hacer, sentir, imaginar.

Cuando nos observemos conscientemente, descubriremos que no todo lo que somos se corresponde con lo que hacemos y pensamos. Nuestro comportamiento ante la vida nos dará muchísimas pistas de quiénes somos. Interpretar estos comportamientos nos dará luz para saber quiénes somos realmente y, gracias a este autoconocimiento, lograremos el equilibrio necesario. Seamos realistas y justos con nosotros mismos y hagamos un buen retrato de cómo somos. Cada día aprendemos algo nuevo, también de nosotros mismos. Cada experiencia nos hace reaccionar, aprender, crecer y madurar o, por el contrario, nos bloquea y nos hace retroceder.

COMENZAMOS: Cuestionarnos lo que nos contamos a nosotros mismos sobre quiénes somos y sentir realmente a la persona que soy.

1º En soledad y silencio vas a hacer esta actividad. Un autorretrato desde las cinco habilidades de Daniel Goleman:

  1. Haz un autorretrato de tu forma de ser, comportarte, valorarte, vivir tu día a día en tus lugares habituales y con las personas con las que convives.
  2. Obsérvate desde fuera cuando te enfadas, cabreas, pierdes los nervios, etc. ¿Qué ves? ¿Te gustas? ¿Qué puedes hacer?
  3. Busca motivaciones para cada día, un objetivo, tarea, emoción que haga de esa jornada algo especial.
  4. Ponte en el lugar del otro, intenta comprender el por qué actúa de una manera u otra, y que la otra persona se ponga en tu lugar.
  5. Haz la lista de todas las habilidades sociales con las que cuentas: saber escuchar, simpatía, ser motivador, animador, colaborador, etc., y descríbete desde esta cuestión: Si me viese desde fuera, ¿qué pensaría de mí? ¿Me gustaría cómo soy con los demás?

2º Se trata de eligir, al menos, cuatro de los adjetivos de la lista y definir cómo eres

AMABLE ALEGRE SIMPÁTICO ANTIPÁTICO APASIONADO ATENTO ATREVIDO TRABAJADOR ATOLONDRADO EDUCADO INGENIOSO EXIGENTE ENTUSIASTA GENEROSO HURAÑO HOSCO INTRATABLE ESTÚPIDO EXTRAVAGANTE INEXPRESIVO LISTO MALHUMORADO MALICIOSO MENTIROSO GRUÑÓN VALIENTE BOBO, BURLÓN DESPIERTO FANÁTICO FANFARRÓN FELIZ FIEL HONRADO LISTO CHULO, PRESUMIDO DESVERGONZADO MIEDOSO PRUDENTE MEMO ZOPENCO BRUTO MAJADERO CALMOSO CONFIADO CONTESTATARIO COBARDE SERIO CULTO SINCERO BÁRBARO SOEZ CHIFLADO SABIONDO SALVAJE SENSATO SOLITARIO SOSO SOÑADOR CAZURRO DECIDIDO DESORDENADO DIVERTIDO DÓCIL IDIOTA ILUSO IMBÉCIL INSOLENTE INTELIGENTE ORGULLOSO CAMPECHANO REBELDE RISUEÑO LLORÓN TRISTE TÍMIDO EXTROVERTIDO

Con esos adjetivos tienes que desarrollar y explicar un poco esa descripción lo más exhaustivamente posible. Después pide a algunas personas que te describan y compara.
¿Qué te parece? Saca algunas conclusiones

Conocerse bien es el primer
y más importante paso para poder ser los protagonistas de nuestra vida

En el proyecto emocional para educadores valientes «En la Isla de las Emociones» trabajamos en primera persona el autoconocimiento, el autocuidado, la gestión de lo que sentimos y esa motivación que nos facilita nuestra vida y labor profesional ¿Te apuntas? No dudes en ponerte en contacto conmigo

CON QUIÉN MEJOR QUE CONMIGO

Somos nuestro peor enemigo. Nos machacamos y ninguneamos en un sinfín de ocasiones. Tenemos que conocernos y reconocernos, para aceptar nuestras limitaciones y conductas, formas de ver y sentir, hasta la manera que tenemos de interpretar y asumir nuestros sentimientos, tener consciencia de quiénes somos verdaderamente: Y sí, esa persona somos nosotros. Si conocemos nuestras limitaciones, podemos cambiarlas; si conocemos lo que no nos gusta de lo que hacemos o de cómo nos comportamos, podemos corregirlo; si conocemos lo que nos afecta y cómo nos afecta, podemos gestionarlo…Si nos aceptamos y respetamos, nos amamos y amaremos a los demás, porque amarnos a nosotros mismos, ese amor propio, es el origen para poder amar a los demás. El amor a uno mismo nos hace crecer, ser conscientes de quiénes somos y de lo que tenemos. Aceptar y estar preparados para mejorar, pero desde la consciencia y cambiar aquello que creamos necesario.

La vida es una y tenemos que vivirla en primera persona. Disfrutar de cada momento, cada instante con pasión. Necesitamos momentos de calidad para nosotros mismos para cuidarnos y poder dar al mundo lo mejor de nosotros mismos, porque si no me amo, cuido, respeto y acepto ¿Quién lo hará por mi? Te invito a comenzar a dedicar tiempo para ti, no es egoísmo, es necesidad vital.

Conocer quiénes somos para ser quienes queremos

PROPUESTA DE TRABAJO: Se trata de trabajar tu SER desde todas las dimensiones de tu persona.

  1. Obsérvate en diversos ámbitos de tu vida y ,sin juzgar y siendo lo más imparcial posible, descríbete. Mira como si fueses un espectador en una sala de cine en la que te ves como en una película. En silencio, observa lo que haces en diversos espacios de la vida cotidiana. Solamente describe, no analices, no juzgues, no censures… Pregúntate: ¿Te gusta lo que ves? ¿Esa persona eres tú? ¿Qué podrías hacer para ser la mejor versión de ti mismo/a?
  2. Vuelve a repasar esta entrada del AUTOCONOCIMIENTO

En el proyecto emocional para educadores valientes «En la Isla de las Emociones» trabajamos en primera persona el autoconocimiento, el autocuidado, la gestión de lo que sentimos y esa motivación que nos facilita nuestra vida y labor profesional ¿Te apuntas? No dudes en ponerte en contacto conmigo

AUTOCUIDADO Y GESTIÓN DEL TIEMPO

¡Qué bien se está cuando se está bien! Así termino casi siempre las prácticas de relajación y concentración cuando imparto talleres o cursos de formación. Necesitamos estar bien para poder darnos y hacerlo de forma adecuada. Todos contamos con el mismo tiempo, el día tiene 24 horas para todos y, sin embargo, hay personas que parece como si tuvieran todo el tiempo del mundo, mientras que otros andan de un lado para otro generando muchísimo estrés y sin poder llegar a todo. ¿Cuál es la diferencia? En cómo lo administramos y en función de qué hacemos, para qué lo hacemos y cuándo lo hacemos. Es cuestión de prioridades.

Para una buena gestión de nuestro tiempo necesitamos con urgencia un buen ejercicio de autoconocimiento, un análisis de la realidad en la que nos movemos y la capacidad de saber decidir sin dificultad, entre otras cosas. El autocuidado comprende todo aquello que llevamos a cabo en nuestro día a día para mejorar nuestro bienestar y nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. desarrollar plenamente la capacidad de cuidarnos con compromiso, porque a veces se nos olvida, y siendo conscientes de cuándo nos dejamos llevar por esos tiempos frenéticos y acelerados que vivimos.

En definitiva, se trata de cuidar y querer a la persona más importante de nuestra vida, a nosotros mismos. Porque si no estamos bien, si no tenemos tiempo para lo que es realmente importante y urgente en nuestra vida ¿Para qué queremos el tiempo? Seamos cada día más conscientes de lo necesario que es el estar bien, sentirnos bien y comencemos a, poco a poco, con algunas acciones pequeñas, a pensar en nuestra salud (Física, mental, emocional y espiritual) para dar al mundo lo mejor de lo que somos y tenemos.

Cuando gestionamos de forma eficaz nuestro tiempo, somos más productivos y logramos mayor tiempo para nuestro autocuidado.

PROPUESTA DE TRABAJO: Desde hoy mismo comienza a gestionar tu tiempo para que las actividades de autocuidado sean prioridad.

  1. ¡Algunas ideas para autocuidarte! Recuerda que es cuestión de «tiempo» y que las cosas importantes no se logran de la noche a la mañana. Te propongo que comiences haciendo una lista de las posibles acciones que puedes comenzar a hacer YA:
    • Busca algunos hábitos saludables. Puedes regresar a esta ENTRADA
    • Encuentra momentos para estar con personas que te aprecian, te entienden, te quieren, te respetan, te animan…
    • Cada día es una nueva oportunidad para reinventarte. Comienza con la actitud de querer cambiar el mundo (tu mundo)
    • El mejor amigo que tienes eres tú mismo, pero también tu peor enemigo. Quiérete, perdónate, respétate. Y háblate siempre con cariño
    • Practica la escucha activa, también contigo mismo. No interpretes, no juzgues…
    • Sé empático y no dejes que las circunstancias te lleven a un estado del que, a veces, es muy complicado salir.
    • Cuida todas las dimensiones de tu SER (Física, metal, emocional y espiritual) Busca el equilibrio.
    • …y para, respira, siente, VIVE!!!

2. ¡Algunas ideas para la gestión del tiempo!

  • Haz una planificación del día: Una lista de las tareas que tienes que realizar y durante varios días haz un seguimiento de cuanto tiempo dedicas a cada cosa. Te recomiendo una tabla de registro, sencilla, pero que te ayude a ser consciente de a qué dedicas el tiempo.
  • Cuando ya lo hayas hecho, al menos durante una semana, organízate de acuerdo a las actividades que son realmente importantes y que tienes que realizar sí o sí, y elimina todas las que te hacen perder tiempo y energía.
  • Crea hábitos saludables de bienestar en tu cuerpo, mente, sentimientos y espíritu, agendados y planificados en tu agenda diario y semanal.
  • Decide que es importante y urgente para organizarte. Habrá cosas que podrás posponer e incluso olvidar, otras puedes delegarlas. Lo que realmente merece la pena es el vivir cada día como una oportunidad para ser y estar mejor.
  • Por último, DISFRUTA de cada momento, de cada instante, de cada encuentro…porque la vida es un regalo que tenemos que disfrutar con intensidad.

TALLER «Aprendiendo a sentir»

«Conócete, acéptate, supérate»

San Agustín

Justificación: Partimos de la premisa de que las emociones nos permiten tomar conciencia del contacto que tenemos con todo lo que hay a nuestro alrededor. Conocer, conocernos y reconocernos en nuestro ser emocional nos abrirá a vivir plena e intensamente cada acontecimiento de nuestro día a día. Por este motivo, las emociones nos guían a la hora de la verdad para en la toma de decisiones. Por este motivo, tenemos que entrenarnos para adecuar lo que sentimos a las circunstancias sin dejarnos manipular por el mundo.

Las emociones son la que son: Miedo, ira, asco, tristeza, alegría y sorpresa, las sentimos y vivimos de forma innata y natural para adaptarnos a las circunstancias.

Objetivo: Entender y trabajar la conciencia emocional tan necesaria para aprender, comprender y expresar lo que las emociones nos quieren decir en cada momento y así, utilizarlas adecuadamente en nuestra vida y el ámbito educativo.

PROPUESTA DE TRABAJO: Comenzamos el taller con la dinámica: “Las tarjetas que preguntan” para practicar el arte de preguntarnos. Son las preguntas, no las respuestas las que nos indica el qué, cómo y para qué de las cosas y de la vida. Además, no solamente respondemos a la pregunta que me hace la tarjeta, sino que, además, lo compartimos con otras personas. Verbalizar lo que siento es un buen comienzo para una sana y buena gestión emocional.

Continuamos siendo conscientes de las cuatro dimensiones de nuestro SER: somos cuerpo, mente, sentimientos y espíritu. Todo lo que le hacemos a cada una de estas dimensiones le afecta para bien o para mal al resto. Desde nuestro ser corporal es mucho más sencillo lograr el equilibrio tan necesario para nuestra vida. Cambiar nuestro pensamiento y gestionar nuestros sentimientos. Finalmente, es en el núcleo de nuestro ser, el que nos hace únicos e irrepetibles, donde se encuentra nuestra esencia, el lugar donde residen los valores, los sueños, la VIDA…y que se nutre y nutre al resto de dimensiones. Aprendamos a cuidarnos y cuidar desde las cuatro dimensiones.

El siguiente paso en el taller fue una práctica de relajación desde la postura y la respiración consciente. ¡Qué importante aprender a parar, a callar, a simplemente estar!

Concluimos el taller con el juego de las “coronitas emocionales” en las que reconocíamos la emoción que llevamos en la frente por las reacciones de los demás, pero también nosotros ayudamos a los demás a reconocer la emoción que llevan. Terminamos uniéndonos a nuestro grupo de emociones y después buscando la emoción que me ayudaría a gestionar mejor la que en este momento llevo en la frente…una dinámica que se puede ampliar y reforzar con muchas más actividades: Historias por parejas o grupos de 4, diálogo con los de mi grupo para compartir cuándo y cómo me siento así, gestión emocional con otra emoción, reconocerme cuando siento esta emoción, buscar la respuesta a la pregunta ¿Qué podría hacer?…

“El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional»

Daniel Goleman

EXPRESIÓN EMOCIONAL

¿Por qué es tan importante expresar lo que sentimos? Comencemos diciendo que no solamente es importante, sino, totalmente necesario, si queremos tener una sana salud emocional. Partimos de la premisa de que es inevitable que sentir sentimos siempre, ahora bien, otra cosa es saber expresar lo que sentimos o expresarlo correctamente, sin negar o tratando de disfrazar eso que sentimos, ya que, si hacemos esto, lo único que se provocamos es que a la larga se tengamos problemas.

Expresar lo que sentimos es fundamental para procesar nuestras experiencias y vivirlas desde lo emocional con naturalidad y entendiendo lo que nos está pasando para poder gestionarlo o potenciarlo, según sea el caso. La expresión de los sentimientos nos sirve tanto para desahogarnos, como para cambiar los pensamientos negativos por positivos, si fuese necesario.

Tenemos que aprender a reconocer y reconocernos en lo que sentimos, lo que llevamos en nuestro mundo interior y que no siempre es ajustado a las circunstancias en las que vivimos nuestro ser emocional. Se trata de un proceso continuo y de observación de nosotros mismos, de autoconocimiento, que nos permita ir adquiriendo las habilidades necesarias para aceptar lo que sentimos, gestionarlo y aprender a actuar en consecuencia en distintos contextos, es decir, nos hace más competentes emocionales.

Las emociones siempre cumplen una función muy importante en nuestra vida porque nos permiten orientar nuestras acciones, reacciones, decisiones de manera eficaz. Además nos dan el conocimiento necesario para adaptarnos a distintos entornos y en contextos diferentes porque son una fuente de información: nos guían, asesoran, permiten entender aquello que te sucede a nuestro alrededor y en nuestro interior y, además, también nos permiten relacionarnos con los otros.

Expresar lo que sentimos es algo complicado porque no nos han enseñado a hacerlo y cuando lo hacemos las consecuencias no son las que deseábamos. Tenemos que aprender a exteriorizar los miedos, las angustias, las frustraciones, el amor, el perdón, el agradecimiento, etc. Puede que al principio nos cueste e incluso nos sintamos avergonzados, pero al terminar de hablar descubrimos sus beneficios: nos liberamos, conectamos con nosotros mismo y los demás, nos sentimos bien y relajados.

PROPUESTA DE TRABAJO: Vas a realizar un ejercicio de autoconciencia emocional siguiendo los siguientes pasos:

  1. Identifica lo que sientes: Se trata de poner nombre a la emoción que estás experimentando en este momento o en un momento muy próximo en el tiempo. Miedo, ira, asco-rechazo, tristeza, alegría o sorpresa.
  2. Piensa en cuál ha sido la causa: Tienes que preguntarte por el origen o motivo: ¿por qué me siento así? ¿Qué ha sucedido? ¿Ha pasado en otras ocasiones?
  3. Analiza los pensamientos que te vienen: los pensamientos son los que hacen que esas emociones se transformen en sentimientos y lo vivas en positivo o en negativo. Descubrir qué piensas, puede evitarte muchos problemas. Recuerda que cuando comienzas diciendo “Siento que…” estás comunicando un pensamiento, no un sentimiento. Ten en cuenta que los pensamientos son fruto de tus experiencias pasadas, vividas o aprendidas y que en este momento puede que no sean ciertos o incluso erróneos estos pensamientos. La gestión de lo que sientes depende de este momento.
  4. Escoge el mejor modo de expresar lo que sientes: Sea positivo o negativo lo que te generan estos sentimientos, tienes que expresarlos mediante palabras, conductas o incluso mediante la escritura. Pero expresa lo que sientes y mira cuáles serán las consecuencias de expresarlo o no y de qué modo hacerlo. Lo que sientes hazlo siempre en primera persona «Me siento…» y después añade un «porque…» tu conciencia emocional mejorará mucho.
  5. Establece el objetivo: pregúntate qué pretendes conseguir al expresar ese sentimiento. Desahogarte, resolver un problema, sentirte mucho mejor, eliminar tensión, compartir. etc.
  6. Regula la intensidad emocional: Si regresas a los pasos 3 y 4 verás que expresar las emociones con una intensidad inapropiada puede ser el origen de una situación problemática, por eso es importante gestionar lo que sentimos antes de expresarlo con alguna técnica: respiración, anclaje emocional, postura, tono de voz…
  7. Ahora te toca practicar, practicar y practicar: Mi recomendación es que comiences tus prácticas en el diario de sentimientos adquiriendo un buen vocabulario emocional y reconociéndote en lo que sientes.

APRENDER A SOLTAR: OTOÑO

La naturaleza nos habla de estaciones, nos abre a vivir cada tiempo con su ritmo y significado. El otoño es la estación del año en que vemos como las hojas se sueltan…tenemos que aprender de esta estación a desprendernos, descargarnos, dejar caer todo lo que en nuestro día a día nos pesa, nos entorpece, nos hacer ser peores o no nos deja, simplemente SER.

La descarga que nos procura el descanso en el silencio ha de abrirnos y encaminarnos hacia una nueva actitud, hacia un nuevo modo de estar y de hacer en el que pasamos de “cargar” a “hacernos cargo”. Otoño es el escenario donde las hojas inician la maravillosa danza del soltarse.

José María Toro. DESCANSER. Descansar para Ser.
(Editorial Desclée de Brouwer. 3ª edición)

PROPUESTA DE TRABAJO: Ser conscientes de las cosas, personas, actividades…que tenemos en nuestra vida que deberíamos dejar ir, soltar…

  1. Se entrega a cada uno un dibujo de una hoja o se pide creatividad y que cada cual dibuje una hoja. En su interior escribimos a modo de diario de sentimientos todo lo que en este momento de nuestra vida tenemos que dejar caer para poder seguir adelante, para dejar espacio para lo «nuevo» en la primavera de nuestra vida, de nuestro ser. Buscamos acciones concretas y posibles para que esto sea posible y las anotamos por detrás de la misma hoja. Terminamos con un compromiso personal para lograr soltar estas cargas más o menos pesadas. Decoramos la hoja y y la guardamos en un cuaderno diario o la pegamos con la posibilidad de mirar la parte de atrás, para, antes de la llegada del invierno revisemos si lo hemos logrado. Si la respuesta es no, nos preguntamos ¿por qué? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué necesito? para avanzar en nuestro crecimiento personal y dar paso a la siguiente estación: El invierno

NATURALMENTE NATURAL

Cuando descubrimos que «somos naturaleza» y aceptamos nuestro ser natural, buscamos momentos y espacios para conectar con nuestra esencia. La naturaleza nos enseña a ser naturales y no hay nada más grande y bueno que comportarnos y ser tal y como somos, con toda la naturalidad del mundo, sin máscaras, ni tapujos. Ser nosotros mismos, sin fingir, ns hace más auténticos y crece nuestra autoestima propiciando una muy buena gestión emocional. En lo personal aprendemos a apreciar lo que somos y el cómo nos gustaría ser. Aceptarnos tal y como somos significa que podemos mejorar por nosotros mismos. Observar la naturaleza, comprender y contemplar sus leyes y principios, seguir el ritmo de las estaciones, conocer nuestro estado anímico en cada momento son algunas de las tareas pendientes que tenemos para lograr ser realmente parte del entorno natural en el que vivimos, convivimos y sentimos.

No hay nada más sano y bueno para nuestra vida que el ser naturales
y dejar que nuestra luz brille.

PROPUESTA DE TRABAJO

Te propongo dos momentos para trabajar tu SER naturaleza, tu SER natural.

1º Aprovecha un tiempo de descanso o de vacaciones para salir y buscar un lugar para estar en contacto directo con la naturaleza: el monte, el campo, el mar, un parque tranquilo,un lago Y simplemente está, contempla, respira, siente…Verás que mejora tu estado anímico y te encontrarás mucho mejor. Se trata de repetir esta actividad siempre que puedas y en vacaciones contamos con muchas oportunidades para hacerlo. Aprovecha para practicar otras herramientas emocionales: el silencio. la meditación, la quietud, etc… y déjate llevar conectando con lo más profundo de tu ser: escucha los latidos de tu corazón, observa tu respiración, siente la brisa en la piel, descálzate y nota la tierra, la hierba, el agua…, porque donde está tu atención ahí estás tú. Dibuja, escribe, canta, etc.

2º Es una actividad mas profunda y personal, un trabajo de interiorización y búsqueda de tu ser. Vas a hacer un ejercicio de autoconocimiento y de observar lo natural que eres. Responde: “¿Quién soy desde mi ser naturaleza?”. Te invito a escribir tus reflexiones en el Diario de sentimientos, hazlo de forma creativa dibujando, pintando, subrayando, etc.

¿SOY LO QUIÉN SOY?

El autoconocimiento es el primer pilar y la base de toda nuestra vida personal y emocional. Cuando hablamos de autoconocimiento nos referimos a saber interpretar adecuadamente y reconocer lo que somos, pensamos, sentimos y vivimos para avanzar hacia el pleno desarrollo como personas. El autoconocimiento lo podemos encontrar con distintos aspectos: la autopercepción, la autoobservación, la autoestima y la autoaceptación o autoconcepto. En definitiva es saber identificar, aceptar y comprender quiénes somos y quiénes queremos ser. La buena noticia es que es posible cambiar, mejorar, avanzar…y cuanto más nos conozcamos más sencillo se hará este proceso.

Conocernos bien para regular nuestras emociones, a tomar decisiones desde la realidad de manera más clara y eficaz, a ser conscientes de nuestras limitantes y potenciar nuestras competencias y habilidades. Desde el autoconocimiento, nuestras relaciones interpersonales mejoran y nos facilita la comunicación eficaz.

Buscar la mejor versión de nosotros mismos, desde el amor y el afecto, nos permite encontrarnos con la persona más importante de nuestra vida: Esa persona eres tú mismo.

PROPUESTA DE TRABAJO: Trabajar el autoconocimiento desde la visión que los demás tienen de nosotros.

1. ¿Me conoces? esta actividad está pensada para realizarla con grupos o personas que se conozcan desde tiempo. En grupos de 4 ó 5 pedimos que cada uno se describa de forma sencilla (Con adjetivos) y sin censurarnos. Dedicamos un tiempo en silencio.

Empezamos dando el tiempo suficiente para que cada uno escriba en su hoja los nombres de los miembros de su grupo y junto a cada nombre deberá poner cómo cree que es cada uno de sus compañeros.

Una vez el grupo haya terminado de describir a sus compañeros, cada uno empezará diciendo, primero, su opinión sobre sí mismo:

“Yo creo que soy muy hablador”

Una vez descrito cada uno, comenzará el resto del grupo a decir lo que piensa de él. La persona que recibe estas respuestas las anota en su hoja hasta que todos los del grupo hayan expresado lo que piensan de los demás y escuchado lo que piensan todos de él. Ahora, en esa lista y con su propia definición, completará su «hoja de autoconocimiento» del siguiente modo, siguiendo las definiciones de los demás:

“Yo creo que soy muy hablador…pero sé escuchar cuando es necesario”

Se finaliza la dinámica en el gran grupo comentando qué han sentido durante la descripción de sus compañeros y si se han visto identificados con las definiciones. Este ejercicio sirve para contrastar la imagen propia con la que ven los demás de nosotros mismos, aunque se debe ir con cuidado y asegurarse de que el ejercicio se va a hacer en el grupo con total respeto y siempre pensando en el otro. Por eso, tenemos que hacer un compromiso antes de comenzar para que nadie se ofenda o sienta mal.

Para profundizar ENLACE

LO IMPORTANTE ES SENTIR PARA SEGUIR

¿Qué nos sucede cuando pasamos malas rachas, cuando parece que todo nos sale mal? ¿Qué hacemos ante un fracaso? O, mejor dicho, ¿Cómo nos sentimos? Sentir lo que nos sucede es necesario, pero hay que sentir “bien”, sin resignación ni dramas; simplemente sentir y observar las consecuencias de lo que siento y los comportamientos que genera. Desde la tolerancia y la flexibilidad debemos tener confianza en nuestras fortalezas y gestionar estos sentimientos de forma adecuada. Se trata de ser resilientes y, sin perder la esperanza, buscar todas las oportunidades que nos da esta experiencia para aprender, crecer y hacernos más fuertes, levantarse con más fuerza de nuestras caídas.

Estamos hablando de educarnos en la resiliencia desde lo emocional, desde las emociones. expresando lo que sentimos sin censura. Porque la resiliencia, es la llave de nuestro bienestar corporal, mental y emocional. Implica aprender a recuperarnos de las dificultades o los cambios, de las pérdidas o los fracasos. Es aprender a seguir adelante con la «lección» aprendida, con más fuerza porque somos más sabios. Se trata de recuperarse.

Cuando pasamos momentos muy complicados y difíciles es cuando realmente nos conocemos y reconocemos, somos capaces de sacar nuestro potencial como personas y enfrentarnos a las circunstancias con valentía. Aprendemos que los cambios son parte del camino y que las metas se pueden reemplazar con otras nuevas. Mirar al futuro con optimismo realista y desde nuestra realidad, desde lo que sentimos en este momento, lanzarnos a una nueva aventura.

Sentir más para hacernos más fuertes ante las dificultades y los malos momentos.

PROPUESTA DE TRABAJO: El fin de estas actividades es mejorar la autoestima y percepción las circunstancias desde lo que sentimos para generar una actitud positiva realista que favorezca la conexión con nosotros mismos, la realidad y los acontecimientos. Se trata de dar refuerzo positivo y evitar focalizarnos continuamente en lo negativo

  1. A modo de reflexión y autoconocimiento, completa el cuadro del modelo de (Grotberg, 1995) Dedica el tiempo que necesites. Conocernos, reconocernos, saber dónde estamos, con qué y quiénes contamos, etc… es el primer paso para ser resilientes.

2. En esta segunda actividad retoma las prácticas para la toma de decisiones conscientes y recuerda que no siempre van a ser las acertadas. Potencia tu autonomía, la creatividad y la flexibilidad ante las adversidades como la mejor de tus armas para buscar nuevas respuestas y siempre, siempre, siempre con buen humor.

DESDE LA AUTOESTIMA

No es que seamos mejores personas por tener la autoestima adecuada, es que el tenerla en su justa medida nos hace estar mejor, sentirnos bien y esto provoca que nos comportemos mucho mejor y ser mejores en todos los aspectos de nuestra vida. Se nota que nuestra autoestima es la adecuada, porque influye en nuestras conductas.

En este punto propongo que tengamos como misión fundamental de nuestro día a día: lograr una buena y alta autoestima. Se trata de cambiar los hábitos y costumbres que nos desestabilizan por otros más positivos a través del cambio de esas creencias limitantes que no nos permiten ser y actuar como realmente debemos.

Las personas con buena autoestima, trasmiten y dan seguridad porque la tienen, personas que emprenden proyectos, tienen metas claras ,toman decisiones y salen al mundo a descubrir nuevas experiencias y herramientas para lograr una vida mejor; son muy agradecidas con lo que reciben y tienen. Con personas así, podemos ir al fin del mundo.

Autoestima alta y actitud positiva es igual a una vida plena y feliz, generadora de alegría alrededor.

PROPUESTA DE TRABAJO: Dos actividades para practicar a diario en la vida y en el aula.

  1. Vamos a escribir en un folio 10 veces “yo soy…” y completar las frases poniendo solamente características positivas (cualidades, logros, destrezas, conocimientos, capacidades…). Ahora, en parejas: tendrán que ”venderse” a ellos mismos, uno hará el papel de vendedor y otro de comprador, para después cambiar los papeles. El vendedor tiene que exponer las razones por las que al comprador le conviene adquirirle. Del feedback y de todo lo sucedido en la actividad sacamos conclusiones y respondemos a las preguntas ¿Qué he aprendido? ¿Con qué me quedo?
  2. Desde el trabajo de autoconocimiento de la actividad anterior, mejora lo negativo y destaca lo positivo: Se trata de dedicar un buen rato a hacer una lista con dos columnas. Destaco en… Tengo dificultad en… al menos 10 en cada columna. Ahora, buscamos actividades sencillas y posibles para, de una en una y temporalizadas (Ponemos fecha) ver la forma de mejorar en lo que tengo dificultades y potenciar lo que ya tengo bien. Una vez logrado, pasamos a la siguiente de la lista. No es necesario ir en orden. Siempre contestando a las preguntas ¿Qué puedo hacer? ¿Qué necesito?
  3. Para profundizar ENLACE